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La llamada «pietà de Memnon», con la diosa Eos sosteniendo el cuerpo de Memnón: entre las inscripciones​ está la frase Hermogenes kalos

'Influencers' en la Antigua Grecia: ¿qué significan las inscripciones 'kalos' y 'kales' en la cerámica griega?

Los investigadores opinan que hacen alusión a personajes especialmente relevantes de la sociedad ateniense de la edad de oro de la cultura griega, esto es, los siglos V-IV a.C.

«Bella es también la juvenil belleza, mas dura poco», recoge Teócrito de Siracusa en sus Idilios. Menos efímera que la belleza juvenil ha resultado ser el recuerdo de los jóvenes más hermosos de la Antigua Grecia. Aunque vivieron hace 2500 años, conocemos los nombres de algunos de ellos. ¿Cómo? Gracias a la inagotable fuente de información que son las cerámicas griegas de figuras negras y figuras rojas.

Normalmente estamos acostumbrados a contemplarlos en una vitrina de museo, protegidos por gruesos cristales que convierten estos objetos –de uso cotidiano en la Antigüedad– en tesoros inaccesibles, misteriosos y mudos. Ese sentimiento que nos invade ante su presencia se encuentra, sin embargo, totalmente alejado de la realidad, pues eran objetos de uso cotidiano en los banquetes de las élites sociales.

Hablamos, sobre todo, de copas, jarras o contenedores de vino; también de recipientes de perfume o aceites esenciales utilizados como ofrendas en las tumbas de los parientes. Por tanto, para entender estos objetos debemos trasladarnos a un ambiente bullicioso y festivo en el que todo está pensado para alterar los sentidos.

Crátera ática de voluta con figuras negras, conocida como el vaso François

Si observamos atentamente algunas de estas cerámicas nos sorprenderá que, en no pocos casos, a las escenas representadas (bélicas, mitológicas, fúnebres, festivas o eróticas) acompañan inscripciones. Estos textos pueden ser de distintos tipo. Se han documentado desde nombres de personas, dioses y objetos, como por ejemplo los 130 textos que acompañan a las 270 figuras del célebre Vaso François (en realidad, un recipiente de vino), hasta frases sugerentes, como en el caso de la copa del Pintor de Oltos, expuesta en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. En esta magnífica pieza leemos «Bebe tú también» y Damassipo Kalós («Damasipo es hermoso»), esta última frase junto a la imagen de Teseo (Rey mítico de Atenas) con un lazo rojo en la mano, dispuesto a capturar un toro.

Precisamente en esta copa encontramos este tipo de texto, particularmente llamativo: los denominados como textos kalós y kalé, traducidos como «hermoso» y «hermosa» respectivamente. Se cuentan por decenas los vasos con estas palabras. Los investigadores opinan que hacen alusión a personajes especialmente relevantes de la sociedad ateniense de la edad de oro de la cultura griega, esto es, los siglos V-IV a.C.

Escena de simposio en un psicter, pintura del Grupo de Leagro

Así pues, en los objetos que van a ser utilizados en los banquetes aristocráticos –recordemos que son momentos en los que se tomaban decisiones políticas y económicas– se procuraba hacer mención a estos influencers de la antigüedad. ¿Cómo? Alabando su belleza.

En la mayor parte de los casos se trata de nombres masculinos. Es significativo el caso de un tal Leagro, pues se repite tanto que incluso ha dado nombre a un grupo de pintores, el Grupo de Leagro, que se caracteriza por utilizar técnicas pictóricas similares junto a la inscripción Leagros kalós («Leagro es hermoso»).

Pero no solamente se alabó su belleza sino, también, unos años después, la de su hijo, pues conocemos vasos con el texto «Glaukon hijo de Leagros es hermoso». La belleza debía ser un asunto familiar, aunque también podría deberse a que la vivienda de Leagros se hallaba en el barrio de los ceramistas de Atenas, por lo que los pintores, quizás, conocieron personalmente a estos hermosos padre e hijo. ¿Estamos ante la primera «colaboración» de la historia?

Menos abundantes son los nombres femeninos que aparecen junto a la palabra kalé («hermosa»). Las mujeres con las que se ha relacionado estos nombres son, en su mayoría, hetairas, esto es, prostitutas que animaban los banquetes cantando y bailando. Situación que no debe extrañarnos si tenemos en cuenta que el espacio de la mujer en la antigua Grecia estaba reservado a la vivienda.

A pesar de lo dicho, también aparece la palabra kalé junto a nombres de diosas admiradas por su belleza. Es el caso de la inscripción Afrodita kalé que leemos en un ánfora vinaria del Grupo de Leagros, y en la que se representa la huida de Eneas y su padre Anquises de la destruida Troya, ambos amparados por la diosa Afrodita.