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Un hueso hueco de cabra u oveja depositado hacia el año 100 a.C. contenía cientos de semillas tóxicas de beleño negroBiax Consult / Antiquity

Demuestran por primera vez el uso de beleño negro como narcótico en época romana

En dosis bajas y controladas la planta podía utilizarse para aliviar el dolor. Sin embargo, en caso de intoxicación las consecuencias podían ser terribles, pudiendo causar enajenación mental

El beleño negro (Hyoscyamus niger) es una planta herbácea extremadamente venenosa, fuente tanto de temor como de fascinación para los galenos de la Antigüedad debido a sus propiedades alucinógenas. En dosis bajas y controladas podía utilizarse para aliviar el dolor (incluso a veces se prescribía a mujeres encintas). Sin embargo, en caso de intoxicación las consecuencias podían ser terribles, pudiendo causar enajenación mental.

Contamos con numerosas pruebas en las fuentes escritas de que los clásicos conocían las propiedades del beleño y le daban uso. El médico y farmacólogo grecorromano Dioscórides, en su obra De materia medica, informa de los tres tipos de beleño existentes (blanco, amarillo y negro) y desaconseja el uso del negro por sus potentes efectos delirantes.

Plinio consideraba que el beleño negro degradaba el cerebro, de modo que, concluye, se trata más de un veneno que de una medicina

También Plinio el Viejo menciona la planta herbácea en su Naturalis Historia. Entre las propiedades atribuidas al beleño, el escritor romano incluye la de remedio contra la tos, el dolor de muelas y el dolor menstrual. También la otitis y la fiebre se habrían visto aliviadas por esta planta. Sin embargo, Plinio consideraba que el beleño negro degradaba el cerebro, de modo que, concluye, se trata más de un veneno que de una medicina, en lo que coincide con el griego Plutarco.

Durante la Edad Media, el beleño continuó apareciendo en los tratados médicos y botánicos, así como en los grimorios. Se le atribuían propiedades mágicas y rituales además de las medicinales. Se utilizaba para conjurar la lluvia, invocar demonios y atraer piezas de caza.

Ilustración del Hyoscyamus niger en Köhler's Medicinal Plants, 1887

Se puede concluir, por tanto, que el beleño era ampliamente utilizado como medicamento y que los perniciosos efectos secundarios de su uso eran bien conocidos en el mundo romano y griego. Aunque no podemos estar seguros de qué variedades fueron reconocidas, Plinio advierte que todas las variedades producen efectos similares.

Sin embargo, las fuentes literarias sólo nos dicen que ciertos literatos conocían su popularidad entre los botánicos. Para conocer con precisión los usos concretos del beleño negro necesitamos de la arqueología, pero esto es, en ocasiones, muy difícil. Es tremendamente habitual que, al excavar un yacimiento, se documente beleño. Pero como se trata de una planta semisilvestre, que crecía en los márgenes de asentamientos humanos, es imposible documentar a ciencia cierta que hubiese sido recogido de manera deliberada, para su uso, y no que su presencia se deba a factores incidentales.

Contamos con algunos ejemplos de yacimientos prehistóricos en los que se ha demostrado su uso terapéutico, pero, hasta ahora, nunca había podido demostrarse empíricamente su uso en el mundo clásico.

Los arqueólogos que investigan el yacimiento neerlandés de Houten-Castellum, en la provincia de Utrecht, un asentamiento rural de época romana, acaban de documentar por primera vez el uso antrópico del beleño en este lugar, ubicado en el límite norte del Imperio (Germania Inferior). Pero estuvieron a punto de pasar por alto este hallazgo único.

Depósito de fango donde se encontró el estucheAntiquity

Después de excavar una granja de 2000 años de antigüedad en el asentamiento, los profesores Maaike Groot, de la Universidad Libre de Berlín, y Martijn van Haasteren, de la Agencia de Patrimonio Cultural de los Países Bajos, se llevaron a su laboratorio de arqueozoología los más de 86.000 huesos de animales hallados en el enclave.

No se dieron cuenta, al limpiarlo, de que uno de los huesos de cabra tenía taponado un extremo, hasta que, accidentalmente, el tapón se desprendió, revelando el contenido interior.

No se trataba de un hueso cualquiera, sino de un frasco fabricado con un hueso vacío y un tapón de resina de abedul, que contenía cientos de pequeñas motas negras, que no eran sino semillas de beleño negro.

Restos de beleño negro encontrados en el yacimientoAntiquity

El hueso y su contenido se encontraron en un hoyo con varias vasijas intactas, una canasta o trampa para peces tejida con ramas de avellano y parte del esqueleto de un caballo. Groot señala que los artefactos cercanos sugieren algún tipo de depósito o ritual con un propósito desconocido. Debido a que el hueso no se quemó, los investigadores descartaron la posibilidad de que fuera una pipa para fumar y, después de considerarlo un poco, decidieron no experimentar para estar seguros. «El veneno contenido en el alijo es muy fuerte», indica Van Haasteren.

El hallazgo del narcótico en este asentamiento, que en aquel entonces era una pequeña propiedad rural a miles de kilómetros de la Italia romana y sus bibliotecas y centros de aprendizaje, también arroja luz sobre cuán ampliamente se difundió el conocimiento médico en la antigüedad. «Aquí estamos, al borde del imperio, y la población local también conocía estas especies de plantas», indicó Groot. Es muy probable, de hecho, que las conociese incluso mejor.