El significado de la Cruz de Borgoña que Sumar tacha de «simbología fascista»
Este estandarte se ha popularizado en algunas protestas por lo que alguna formación política, ayuna de conocimientos históricos y que caricaturiza con su comportamiento lo que fue el comunismo en el pasado, ha pedido su ilegalización
La bandera de la Cruz de Borgoña llegó a España como emblema de la compañía de arqueros que acompañó a Felipe de Austria, apodado 'El hermoso', para casarse con la princesa Juana de Trastámara, posteriormente conocida como «la loca», hija de los Reyes Católicos, Isabel y Fernando.
Felipe 'El Hermoso', como duque de Borgoña, era hijo de María, duquesa de Borgoña y Maximiliano de Austria, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y utilizó la Cruz de Borgoña en los uniformes y banderas de su séquito, por ser san Andrés el patrono de Borgoña. San Andrés, hermano de san Pedro, murió mártir de la Fe en una cruz en forma de aspa. Por esta cuestión, los brazos de la Cruz de Borgoña tienen forma a los troncos que formaron la cruz y aparecen con sus nudos en los lugares donde se debieron cortar las ramas que sobresalían.
La bandera de nuestras glorias pasadas
La Cruz de Borgoña fue legada a principios del siglo XVI por el sucesor de ambas herencias, Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico, quien popularizó el símbolo en las unidades armadas de su ejército. Las banderas de sus compañías y tercios de soldados españoles usaron diversos fondos con la Cruz de Borgoña como elemento común de todas ellas, como podemos ver en algunos cuadros que describen las hazañas militares de aquellos tiempos, como uno de los más famosos de todos ellos, La rendición de Breda de Diego de Velázquez. Desde entonces, la Cruz de Borgoña quedó asociada a nuestra época imperial y a la historia particular de las unidades de nuestro ejército.
En el siglo XVIII la llegada de los Borbones variará aquello, aunque Felipe V había asumido el símbolo en sus tropas, la Guerra de Sucesión con el pretendiente austracista, que usaba la misma simbología podía causar confusiones graves en el campo de batalla.
Finalmente, el uso de las armas reales sobre paño blanco se popularizó, pero podía producir confusión con otros países borbónicos con similares banderas, como Francia, Dos Sicilias y Parma, por lo que sustituyó la bandera en las unidades navales por el actual modelo rojigualda, que se popularizó en la Guerra contra el francés y acabo convirtiéndose en nuestra bandera nacional, por un Real Decreto del 13 de octubre de 1843, de Isabel II que dispuso la sustitución de todas las enseñas del Ejército por el nuevo modelo.
Sin embargo, si el antiguo emblema lleno de hechos históricos parecía que iba a desaparecer, reapareció en nuestras contiendas civiles decimonónicas resucitadas por las unidades que defendieron el derecho al trono del príncipe Carlos, frente a su sobrina Isabel. Oficiales del ejército, como el coronel Tomás de Zumalacárregui reasumieron los símbolos olvidados para las tropas carlistas, mientras los liberales asumieron a la popular enseña de la armada, la rojigualda. La Cruz de Borgoña se hará presente en círculos tradicionalistas como algo representativo.
Sin embargo, la Cruz de Borgoña ha mantenido su simbolismo presente dentro de España y fuera de nuestras fronteras. A nivel interno, en banderas y estandartes de numerosas unidades castrenses que toman como origen a las antiguas unidades de la época de los Austrias, y con cuya presencia nos demuestran la larga trayectoria de servicio a España de nuestros regimientos.
Es una imagen perenne de nuestra historia que nos une a quienes formaron parte de ella, abriendo puertas a las relaciones culturales y económicas de nuestro país
Un ejemplo es el Regimiento de Infantería Príncipe n.º 3, que usó este símbolo desde su fundación en 1534 como Tercio Viejo de Lombardía hasta 1704 y desde esa fecha como Regimiento de Lombardía hasta 1776, año en el que toma el nombre de Príncipe. En el caso del Regimiento de caballería Farnesio n.º 12, data su fundación, en 1649, como Tercio de Hessen-Homburg, siendo la unidad de caballería más antigua de Europa.
Al mismo tiempo, unidades posteriores, pero que quieren entroncar con el espíritu heroico del pasado militar español, asumen entre otros, la Cruz de Borgoña, como algunas banderas de la Legión, por ejemplo, la 4ª Bandera Cristo de Lepanto del II Tercio de la Legión Duque de Alba. De forma semejante la encontramos en los guiones de la Guardia Real, la Brigada Paracaidista o la Compañía de Esquiadores Escaladores.
A nivel exterior, es un símbolo de nuestra antigua presencia en el mundo, y la denominada Spanish Military Flag ondea todavía en el Castillo de San Marcos de la ciudad de San Agustín en Florida, en los Fuertes de San Cristóbal y de San Felipe del Morro, en San Juan de Puerto Rico o derivadas de ella como la de los actuales estados de Florida y Alabama en los Estados Unidos. También unidades como el Regimiento «Patricios» del ejército argentino, el más antiguo, tiene a gala llevar como estandarte la Cruz de Borgoña. En definitiva, es una imagen perenne de nuestra historia que nos une a quienes formaron parte de ella, abriendo puertas a las relaciones culturales y económicas de nuestro país.