Picotazos de historia
Gustavo, el cocodrilo asesino que mató hasta 200 personas
A lo largo de los años Faye ha documentado más de sesenta ataques mortales atribuidos a Gustavo, aunque se calcula que la macabra contabilidad debe estar por encima de trescientos
El Nilo es uno de los grandes ríos del mundo. Fue cuna de civilizaciones cuyas crecidas marcaban el ritmo y existencia de las gentes que recibían el don de sus frutos y que le adoraban como a un dios. Pero la abundancia de las riquezas del río no solo eran aprovechados por los humanos. El Nilo daba y permitía la vida de una amplia y numerosa fauna. Una de las criaturas del río era el cocodrilo.
En concreto el Crocodylus niloticus. Este es un reptil semiacuático que principalmente se alimenta de vertebrados. Los mayores cocodrilos conocidos pertenecen a la especie de los cocodrilos marinos (Crocodylus porosas) pero los siguientes en tamaño y ferocidad son los del río Nilo.
En la década de los noventa del siglo pasado saltaron a la prensa las investigaciones de un herpetólogo (herpetología: ciencia que estudia la biología básica de los anfibios y reptiles) francés llamado Patrice Faye en la costa del lago Tanganica del estado africano de Burundi. El Tanganica es el segundo lago más grande del mundo y hacen frontera con él los estados de: República Democrática del Congo, Burundi, Zambia y Tanzania.
Faye encontró en las aguas del lago un ejemplar de cocodrilo especialmente grande y violento. El francés llamó al ejemplar «Gustavo». Este animal nunca ha sido capturado o abatido y la información que sobre él se tiene provienen de testimonios directos y de las mediciones de las huellas y marcas dejadas después de uno de sus ataques.
El ejemplar en cuestión mediría algo más de seis metros de largo y tendría un peso cercano a la tonelada. Uno de los principales testimonios viene del propio Faye y es que el inicio de sus relaciones fueron muy distintos. En 1998 el cocodrilo Gustavo atacó y mató a uno de los asistentes de Patrice.
El francés buscó venganza así que consiguió la licencia de las autoridades para perseguir y acabar con la fiera. Según él, cuando lo encontró consiguió alcanzarle con sus disparos pero se le escapó. La segunda vez que dio con él, al contemplar el magnífico ejemplar del que se trataba, bajó su fusil, incapaz de de acabar con la vida de semejante criatura.
Los estudios sobre Gustavo han calculado que debía tener unos setenta años de edad en el año 2005 por el estado de su dentadura –entonces prácticamente intacta– y el tamaño del animal. Es precisamente su tamaño el que ha debido condicionarle ya que, al restarle agilidad, le ha obligado a dirigir sus ataques a presas de mayor tamaño y más fáciles de atrapar.
A lo largo de los años Faye ha documentado más de sesenta ataques mortales atribuidos a Gustavo, aunque se calcula que la macabra contabilidad debe estar por encima de trescientos. Uno de los rasgos característicos de Gustavo, y que han servido para poder atribuir con seguridad los ataques a este ejemplar de cocodrilo, es que tiene cuatro heridas de bala. La más visible y profunda esta en la escapula de su pata derecha. Tal vez fuera una de las heridas que le infligiera el propio Patrice Faye la primera vez que se enfrentó al cocodrilo.
Gustavo alcanzó fama mundial a principios del siglo XXI cuando se convirtió en el protagonista de un documental titulado «Capturando al cocodrilo asesino» y filmado en el año 2004. Tres años después –2007– se estrenó la película Primeval inspirada en el caso de Gustavo y protagonizada por los actores Dominic Purcell y Orlando Jones. Francamente olvidable.
La última aparición comprobada y documentada de Gustavo se produjo en el año 2009. Un grupo de lugareños denunció el ataque del animal, de consecuencias mortales para un joven que se estaba bañando en un tramo del río Ruzizi, antes de llegar al lago Tanganica.