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Infantería de Marina en Guinea Ecuatorial 1964

Infantería de Marina en Guinea Ecuatorial 1964

Los últimos españoles en Guinea Ecuatorial: así fue la salida de la Guardia Civil del país africano

Lo que pasó en los primeros meses de independencia fue un desastre que pudo acabar en una tragedia mayor. En 1968 y 1969, las autoridades franquistas decretaron los sucesos como materia reservada y el asunto quedó olvidado

La independencia de Guinea Ecuatorial se hizo tras un proceso impecable en el que España respetó la voluntad de los guineanos y el derecho internacional. Lo que pasó después, en los primeros meses de independencia, fue un desastre que pudo acabar en una tragedia mayor. En 1968 y 1969, las autoridades franquistas decretaron los sucesos como materia reservada y el asunto quedó olvidado. Pero conviene recordar algunas cuestiones.

Dos posiciones

Curiosamente, en España hubo dos corrientes dentro del gobierno sobre la independencia. Unos, Castiella y sus peones en Exteriores, pretendían respetar absolutamente la voluntad de los guineanos fuera cual fuera el resultado de las urnas. Otros, Carrero Blanco y los que seguían el modelo francés, trataba de hacer una independencia tutelada protegiendo al candidato más favorable a España. Se impusieron los primeros y ganó el peor candidato, Francisco Macías. Hombre de poca estabilidad psíquica y que cayó en manos de personas que lo manipularon para tratar de conseguir hacerse con monopolios económicos, Por cierto, las acusaciones contra García Trevijano en la Transición acabaron con su carrera política.

España había dejado algunos técnicos, un asesor presidencial (el magistrado Rafael de Mendizábal Allende) y un batallón de la Guardia Civil desplegado por el país. Fuerzas mandadas por el comandante Báguena, hombre nacido en el país y que hablaba el idioma fang y conocía a los líderes guineanos desde pequeño.

Francisco Macías en una peseta ecuatoguineana (1969)

Francisco Macías en una peseta ecuatoguineana (1969)

Como era previsible, el país comenzó a deteriorarse social y económicamente. El discurso antiespañol de Macías, la violencia de sus Juventudes en Marcha contra opositores y españoles, la impunidad de los partidarios y la arbitrariedad contra los oponentes hizo que el dinero huyera del país. España se había comprometido a sostener la economía durante los dos primeros años, pero las medidas absurdas provocaron el colapso en un país que nacía sin técnicos cualificados y sin un banco central.

La política tribal de contentar a la parroquia engordó exageradamente una administración ineficaz mientras descendían los ingresos hasta casi la nada. Los residente españoles, algo menos de diez mil, se mantenían en un estado de incertidumbre mientras trataban de sacar el dinero del país.

Los españoles abandonaban sus casas que eran inmediatamente saqueadas y ocupadas por las nuevas autoridades

Los acontecimientos se precipitaron en la parte continental a donde había huido Macías, temeroso de los suyos. Sufrió dos intentos de golpe de Estado que, milagrosamente, salvó. En sus recorridos por Bata vio tres banderas españolas ondeando: consulado, Guardia Civil y casa de cónsul. Le pareció un exceso y ordenó quitar dos. El clima se iba enrareciendo. Los españoles abandonaban sus casas que eran inmediatamente saqueadas y ocupadas por las nuevas autoridades. En la vorágine de incontrolados, llegaron a arder dos iglesias.

La descolonización de Guinea Ecuatorial (Parte 1 de 2)

La descolonización de Guinea Ecuatorial (Parte 1 de 2)

Empezó a temerse una matanza indiscriminada de europeos como sucedió en el Congo. Y, ante la imposibilidad de diálogo y acuerdo con un Macías cada vez más enajenado, un país sometido al terror y al asesinato político y un gobierno de incompetentes, el gobierno español decidió evacuar a toda la población española en una operación arriesgada y difícil. Hay que tener en cuenta que en la parte continental del país, provincia de río Muni, los españoles vivían dispersos en pequeñas poblaciones y en plantaciones y factorías diseminadas por un territorio selvático y con muy malas comunicaciones.

Y aquí entre en acción la Guardia Civil española. Se ordena la evacuación de todo el interior hasta Bata, y de la isla de Bioko (Fernando Poo) hacia Malabo (Santa Isabel). Para luego ser evacuados en barcos de la Armada. La disciplina y la firmeza de los guardias españoles, el riesgo que asumieron frente a las fuerzas armadas guineanas al mando de un coronel Tray, antiguo combatiente en la Guerra Civil española, que también optaba a su cuota de poder en la nueva república. Nunca se había producido una evacuación similar y se hizo de tal modo que solo un español murió al ser tiroteada la balsa en la que viajaba cerca de río Benito.

Se ocultaron los hechos, lo grueso y los detalles. Al gobierno español le seguía interesando difundir la noticia de que la independencia se hizo de manera ordenada, pero supuso la ruptura total con Guinea durante muchos años. Lo contaron algunos testigos en varios libros de finales de los 70 y principios de los 80: Carrascosa, Fernández, García Domínguez. Más tarde Durán Lóriga, José Menéndez y Rafael Mendizabal. Pero quedan muchos detalles sin esclarecer, muchas dudas razonables, algunos errores políticos y diplomáticos, encerrados en los archivos y en la memoria de los que aún viven.

De entre los protagonistas sobresale la figura de Báguena que, con una profesionalidad sin reproche, organizó a la Guardia Civil para que la evacuación se realizara ordenadamente y sin víctimas. Sigue vivo. No sé si tiene redactadas sus memorias, pero sería un testimonio imprescindible para aclarar este episodio oscuro y triste. Es verdad que recientemente el documental de José Antonio León La Guardia Civil en la descolonización de Guinea Ecuatorial y la novela La Guardia Civil. los últimos de Guinea (2023) de Miguel Gilaranz han cubierto parte de esta laguna.

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