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Jornadas Hispanoamérica

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Jornadas Hispanoamérica: «son tres mujeres, madres, ninguna tuvo una vida fácil, dos vieron morir a sus hijos»

Una mesa que destacó el papel de Isabel la Católica, Dona Marina –Malinche– , y la Virgen de Guadalupe como tres mujeres esenciales para la Hispanidad

Más allá de Colón o Cortés, hay otros personajes que modelaron el sistema político, social, cultural y económico de la Hispanidad. Isabel la Católica, Doña Marina –apodada la Malinche– y la virgen de Guadalupe «son tres mujeres, madres, ninguna tuvo una vida fácil, dos vieron morir a sus hijos», así las describió la doctora en Historia de América Adelaida Sagarra Gamazo, durante su intervención en la mesa El nacimiento de Hispanoamérica: Isabel, Marina y Guadalupe, que forma parte de las Jornadas sobre Hispanoamérica, un futuro compartido.

Junto a Adelaida Sagarra, han participado Francisco Núñez del Arco Proaño, historiador «quiteño» de Ecuador; Marcelo Gullo, profesor universitario en la Universidad de Rosario (Argentina), y Guadalupe Jiménez Codinach, historiadora y curadora de arte mexicana. Los ponentes han dialogado sobre la importancia de las tres mujeres en la construcción de la Hispanidad, la trascendencia histórica de su legado.

Isabel, Marina y Guadalupe

«Para Isabel era más importante la fe que crear un estado o la política», apuntó Marcelo Gullo durante su intervención. Adelaida Segarra destacó que «Isabel era una mujer ambiciosa para lo bueno y lo malo, inicia la defensora del buen tratamiento de los indígenas e impulsora de la evangelización, aunque murió antes de verlo». Otra de las mujeres que marcaron la identidad hispana es Doña Marina, apodada equivocadamente, según destacó Guadalupe Jiménez, como la Malinche. Para Francisco Núñez del Arco «a partir de 1494 nada es completamente americano, y nada es completamente europeo», y defendió que «doña Marina es ejemplo de mestizaje entre élites, que es el principal en aquella época». Un mestizaje para el que la evangelización fue esencial, uno de los primeros ejemplos es Doña Marina que «es bautizada sobre la marcha. Sería precioso conocer lo que supuso para ella porque venía de una religión cuyos dioses necesitaban sacrificios. Tuvo un proceso de descubrimiento del evangelio que debió ser impresionante, aunque desconocemos esa información a nivel histórico», explicó Adelaida Segarra.

Francisco Núñez también explicó que «el mestizaje es un símbolo de trauma para muchos, por ignorancia y desconocimiento de su historia e identidad». Como ecuatoriano comentó que su país «ha vivido de espaldas al Perú, yo soy la última generación de ecuatorianos que nos enseñaron a odiar al Perú». Es importante aclarar que desde la formación de la administrativa en el Nuevo Mundo, Ecuador perteneció al virreinato del Perú, aunque eso cambiará siglos después. Por eso el historiador defendió que «cuando entendamos el mestizaje como símbolo del enriquecimiento mutuo finalmente aceptaremos lo que somos», y culpó a las «ideologías republicanas que han adoctrinado en el odio a nuestros países». Por su parte, Guadalupe Jiménez centró su intervención en la figura de la virgen de Guadalupe y afirmó que «la llamarán la virgen criolla en el siglo XVI, es decir, criada y nacida aquí [en Nueva España]», y advirtió que más allá de la fe de cada uno, la virgen «es un símbolo de unidad, de hispanidad», aunque «creemos que no es un relato histórico, porque una cosa es la historia y otra es la literatura».

Sacrificios vs canibalismo

Durante las intervenciones surgió una discrepancia entre Marcelo Gullo y Guadalupe Jiménez, cuando el investigador argentino comentó que «los aztecas eran antropófagos, se comían a la gente». Una afirmación que según la historiadora mexicana carece de rigor histórico porque «no se los comían. Hablar de sacrificios es muy distinto a decir que se los comían, eso es una exageración, los enterraron, no se los comieron», aseguró Guadalupe.

Más allá de las discrepancias cordiales entre colegas, los ponentes coincidieron en la trascendencia de la Hispanidad para la historia de la humanidad. «España hizo lo que hizo en América porque era España, no porque fuese católica, aunque eso ayudó. Los portugueses también eran católicos pero no hicieron lo mismo», afirmó Francisco Núñez, y finalizó asegurando que «el mensaje fundamental es la gran aventura de conocernos a nosotros mismos», que es, en esencia, conocer esa Hispanidad.