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02 de mayo de 2024

El poblado de Nikoláyevsk del Amur hacia el año 1900

El poblado de Nikoláyevsk del Amur hacia el año 1900

Picotazos de historia

Un episodio de la guerra civil rusa: la destrucción y masacre en Nikolayevsk

Se calcula que, en total, fueron asesinados unas seis mil personas, así como un grupo de 750 japoneses (guarnición incluida) y unos 500 coreanos

Tras la Primera Guerra Mundial, las potencias de la Entente acordaron el envío de tropas a las provincias marítimas del antiguo Imperio ruso, como parte del esfuerzo de estas para apoyar a los rusos blancos frente a la Unión Soviética. En septiembre de 1918, la población siberiana de Nikolayevsk del río Amur fue ocupada por el ejército imperial japonés.
Para 1920 la ciudad, de unos quince mil habitantes, contaba con una comunidad de origen japonés en torno a las quinientas personas y una guarnición de unos cuatrocientos soldados, pertenecientes al 3.º batallón del regimiento Mito, de la 14ª división de infantería del ejército imperial de Japón.
Desde octubre de 1919 las tropas guerrilleras –la mayoría de ellas puros saqueadores que se aprovechaban del caos producto de la guerra civil– soviéticas nombraron a Yakov Ivanovich Tryapitsyn como comandante de una fuerza de unos 4.500 guerrilleros con orden de tomar Nikolayevsk y controlar el puerto y desembocadura del río Amur.
Las ruinas de Nikolayevsk tras la masacre

Las ruínas de Nikolayevsk tras la masacre

Durante los siguientes meses las aldeas cercanas al puerto de Nikolayevsk fueron cayendo, una a una, en poder de las guerrillas soviéticas. Las fuerzas de los rusos blancos en la zona carecían de infraestructuras y logística adecuada, por lo que el Estado Mayor Imperial de Japón aconsejó dejar a los rusos blancos abandonados a su destino. A finales de ese año de 1919 los soviéticos habían cortado las líneas eléctricas e iniciado el asedio de la ciudad.
Las fuerzas de los rusos blancos, bajo el mando del coronel Medvedev, se habían ido desintegrando debido a la baja moral y a la falta de suministros de manera que Medvedev se vio obligado a delegar en la guarnición japonesa el mantenimiento del orden en la ciudad. El 20 de enero se iniciaron los asaltos y la guarnición japonesa tuvo que defender a la población de lo que en sus informes denominan como «bandas de ladrones». Los combates continuaron con diferente fortuna.

Reinado de terror

El 22 de febrero el comandante Masamasa Ishikawa, al mando de la guarnición de Nikolayevsk, recibió una orden del Estado Mayor japonés para firmar un alto el fuego (día 24) y entregar la plaza (día 28) pasando la guarnición a acuartelarse. Durante los primeros días, las tropas soviéticas detuvieron a unos cuatrocientos ciudadanos destacados de la ciudad, saquearon numerosas tiendas y ejecutaron a todos los rusos blancos que habían caído en sus manos.
El 12 de marzo Tryapitsyn, con ánimo de provocar un enfrentamiento, exigió al comandante de la guarnición japonesa que entregara todo el armamento y los suministros de las tropas bajo su mando. Lógicamente, el comandante Masamasa Ishikawa se negó en redondo, lo que dio lugar al inicio de los combates. El día 18 de marzo, por indicación telegráfica de sus superiores, el oficial de mayor rango superviviente de los japoneses –cirujano de primera clase Uchida– rindió los restos de la guarnición. Tryapitsyn, buscando venganza en el enemigo rendido, terminó ordenando el asesinato de todos los soldados japoneses así como el de toda la población de origen japonés y coreano.
Reinas de la ciudad tras el incidente de Nikolayevsk

Ruinas de la ciudad tras el incidente de Nikolayevsk

Se inició un reinado del terror en el que la muerte a palos o a bayonetazos era lo usual, ya que había orden de ahorrar municiones. En mayo, Tryapitsyn ordenó abandonar la ciudad, para entonces solo era una cáscara, una sombra, de lo que había sido unos meses antes. Antes de irse se arrasaron todos los edificios hasta los cimientos. Se calcula que, en total, fueron asesinadas unas seis mil personas, así como un grupo de 750 japoneses (guarnición incluida) y unos 500 coreanos.
El gobierno de Japón protestó muy enérgicamente ante el Soviet Supremo. Tanto presionó a Lenin que este no tuvo más remedio que dar orden de detener, juzgar y ejecutar (todo por ese orden) a Yakov Tryapitsyn y a su Estado Mayor. Por su parte, el gobierno japonés aprovechó el llamado Incidente Nikolayevsk para ocupar el norte de la gran isla de Sajalin.
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