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Schweppe y el origen de la tónica

De cómo un relojero alemán inventó la bebida favorita del abuelo del científico Darwin

El señor Darwin literalmente se enganchó a la nueva bebida y no dudó en aprovechar cualquier oportunidad para beberla en público y hacer apología de sus bondades

Erasmus Robert Darwin (1731-1802) pertenecía a una familia acomodada del condado de Nottingham en Inglaterra. Tras terminar sus estudios en el Saint John College de Cambridge obtuvo la titulación en medicina por la universidad de Edimburgo. Tras licenciarse se estableció en su ciudad natal como médico. El poco éxito, o el exceso de médicos en esa zona en concreto, le obligó a probar fortuna en otro lugar. La ciudad elegida fue Litchfield, en el condado de Stafford.

Alma inquieta y curiosa

Llevaba poco tiempo instalado cuando salvó la vida de un joven pescador. La intervención de Darwin y la recuperación, del ya desahuciado marino, debió de ser bastante espectacular ya que a partir de ese momento no le faltarían pacientes durante el resto de su vida. A Darwin le describían como un hombre «de estatura media, en lo personal tosco y corpulento. De rasgos bastos y semblante pesado, si no del todo desprovisto de animación, ciertamente de ninguna manera expresivo».

La tosquedad exterior escondía un alma inquieta y curiosa. Fue inventor y entre sus creaciones tenemos una copiadora de documentos (abuela de las actuales fotocopiadoras); también fue filósofo, poeta, masón, miembro del grupo abolicionista y activista convencido, fundador de la denominada Sociedad Lunar de Birmingham, etc. La Sociedad Lunar, en su tiempo, fue el epicentro de la actividad intelectual de la ilustración inglesa.

Fue en lugares como la mentada Sociedad Lunar donde Erasmus conoció a Josiah Wedgwood. Este fue un alfarero que desarrolló técnicas de esmalte y un nuevo tipo de cerámica que fue rápidamente demandado por toda la sociedad británica, lo que le permitió adquirir una gran fortuna. Josiah Wedgwood y Erasmus Darwin se hicieron íntimos amigos. Juntos colaboraron en actividades orientadas a suprimir el comercio de esclavos y Darwin diseñó un sistema de contabilidad para la gestión de las empresas de su amigo.

Esta amistad y relación entre ambas familias dio lugar a que dos de los retoños de ambos contrajeran matrimonio, para gran contento de sus progenitores. Robert Waring Darwin contrajo matrimonio con Susan Wedgwood y serían los padres de Charles Darwin, quien organizaría un buen lio entre la comunidad científica, y la sociedad en general, con su teoría de la evolución biológica de las especies a través de la selección natural.

Su obra El origen de las especies, publicado en 1859, está considerado como una de las obras científicas más influyentes de la historia. Y todo esto fue posible gracias al dinero de los Wedgwood, que permitió a Charles dedicarse a los que le gustaba, y a la amistad entre Erasmus y Josiah.

Schweppes, la bebida favorita de Darwin

La vida de Erasmus tuvo capital importancia en el desarrollo de una empresa que conocerán todos ustedes. Permitan que me explique. En 1783 un relojero alemán establecido en Suiza llamado Johann Jacob Schweppe ideó la manera de carbonatar el agua, la antecesora de la soda. Schweppe vio las posibilidades comerciales del producto que había logrado producir pero la cosa funcionó bastante regular, más que nada debido a la idiosincrasia de los suizos. Johann decidió trasladar su empresa a un lugar donde las posibilidades de mercado fueran mejores.

Erasmus resultó ser el mejor propagandista del nuevo brebaje que se hubiera podido desear

En 1792 se trasladó a Inglaterra donde montó una fabrica y empezó a producir su agua carbonatada de manera artificial. Pues bien, uno de sus clientes satisfechos fue Erasmus. El señor Darwin literalmente se enganchó a la nueva bebida y no dudó en aprovechar cualquier oportunidad para beberla en público y hacer apología de sus bondades. Como era una eminencia reconocida, médico, rico y amigo de personas más ricas todavía, fue escuchado con atención y su ejemplo seguido con entusiasmo. Erasmus resultó ser el mejor propagandista del nuevo brebaje que se hubiera podido desear. Elogiando las virtudes terapéuticas, medicinales y refrescantes de la nueva bebida fue un elemento clave para la supervivencia y futuro éxito de la marca que hoy conocemos como Schweppes.