Desentierran en Bélgica tres búnkeres nazis ocultos durante 80 años
Tras una campaña de limpieza en las dunas costeras del país, las autoridades descubrieron diferentes estructuras bélicas
Durante una campaña de limpieza organizada por localidades belgas y holandesas en las dunas Heist Willemspark en el pueblo de Knokke-Heist (Bélgica), los trabajadores han descubierto unas estructuras metálicas que han obligado a llamar a las autoridades arqueológicas. A 32 centímetros de profundidad, las excavaciones han sacado a la luz tres búnkeres construidos por el ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial.
Cuando Hitler invadió Bélgica sus tropas hicieron uso de una red de búnkeres levantada en la Primera Guerra Mundial, la cual sirvió como base para las baterías de artillería conocidas como Freya y Augusta, al tiempo que servía para controlar la navegación de barcos sobre el Canal de la Mancha durante la contienda.
Al finalizar la Gran Guerra, la mayoría de estas estructuras fueron destruidas y otras pocas enterradas hasta que en 1942, los soldados alemanes nazis volvieron a a ponerlas en funcionamiento como parte del Muro Atlántico contra los barcos ingleses. Este muro fue una línea de fortificaciones y posiciones de defensa que se construyeron a lo largo de la costa occidental con el objetivo de proteger al III Reich. Este esqueleto defensivo llegó a tener unas 60 estructuras en la zona, incluidos búnkeres de munición y cuarteles de tripulación que debían ayudar a repeler una incursión aliada desde el mar.
Según han informado las autoridades de Heist en un comunicado de prensa, los tres refugios se han encontrado «completamente intactos», cubiertos bajo unos centímetros de tierra. Fueron construidos con paredes y techo de hormigón armado, con solo una habitación en su interior. Por otro lado, también se encontraron dos trincheras de ladrillo, un fragmento de vía de hormigón que podría haberse utilizado para transportar soldados y suministros durante la guerra, y un pozo de agua.
Además, durante las excavaciones se encontraron «grandes montañas de escombros» que contenían objetos como utensilios y municiones. «Estas ruinas ilustran muy bien los frenéticos intentos anteriores de borrar por completo la historia bélica del parque», afirman las autoridades en el comunicado de prensa. «Las estructuras más ligeras fueron demolidas y reducidas a escombros, mientras que los búnkeres más pesados fueron cubiertos con una capa de tierra y ocultados, como si nunca hubieran existido».
Un equipo de arqueólogos de la agencia nacional de patrimonio acudieron al lugar para supervisar los trabajos y documentar todo. Sin embargo, los restos se volverán a enterrar una vez analizados en profundidad: «Nadie discute que los restos de guerra tienen un valor patrimonial, pero esto no significa que todos los ladrillos de la guerra deban conservarse necesariamente», expresaron las autoridades.