El origen de una historia de odio en la región de Palestina-Israel
La actual guerra en Gaza es el último eslabón de una cadena de odio que proviene de muy antiguo, y donde la historia se manipula y corrompe a favor de intereses
La actual guerra de Gaza, iniciada tras el brutal ataque terrorista de Hamas contra la población judía vecina a la franja, que causó unos 1.600 muertos, ha sido respondida de una manera brutal por el ejército israelí eliminando a más de 36.000 civiles palestinos. Sin embargo, este capítulo de violencia es el último eslabón de una cadena de odio que proviene de muy antiguo, y donde la historia se manipula y corrompe a favor de intereses que no favorecen a las víctimas.
En la región de Palestina siempre hubo desde el último milenio población judía, cristiana y musulmana, esta última en posición creciente por el dominio otomano, cómo lo había sido con el califato árabe, excepto en el periodo del reino de Jerusalén, único momento de dominio cristiano. El cristianismo siempre ha presentado una imagen dividida, aunque en su origen fue mayoritario en la región al convertirse a la nueva fe dos tercios de la población judía originaria y muchísimos gentiles que vivían en ella.
Entre el siglo V y el XI los cristianos se dividieron en nestorianos, monofisitas, ortodoxos y católicos. La irrupción del islam trastocó a las comunidades cristianas, que con el tiempo se convirtieron en minoritarias, manteniéndose entre aquellos que podían pagar el impuesto de protección. La llegada de los cruzados en 1099 permitió una breve época dorada para los cristianos.
Después de la Primera Guerra Mundial, británicos y franceses favorecieron un nacionalismo árabe favorable a crear un estado árabe, pero fueron traicionados por ellos repartiéndose el territorio en protectorados. Bajo el nuevo dominio británico, la presencia judía en la vieja Palestina se fue incrementando por la llegada de judíos sionistas, que compraban tierras a los grandes propietarios árabes.
El sionismo apareció con Theodor Herzl, quien inició la idea de crear un hogar nacional judío. La mayor parte de los judíos europeos eran asquenazíes, de una cultura muy diferente a los sefardíes del Mediterráneo, e incluso con dudas sobre su origen genético, por la fuerte presencia del elemento kázaro entre ellos (pueblo turcófono). En su mayor parte no adoptaron la propuesta sionista, pero el antisemitismo del zarismo ruso propició una amplia emigración a los Estados Unidos y a la Argentina, pero también al territorio palestino.
El protectorado británico de Palestina vio crecer la tensión y la violencia entre árabes y judíos, exiliándose el gran Muftí de Jerusalén a Europa, siendo bien recibido en Alemania, donde el nazismo lo trato como huésped de honor durante la Segunda Guerra Mundial. Después del conflicto mundial y el Holocausto de la población judía por el nazismo, los supervivientes se trasladaron al dominio británico, con la idea de crear su hogar nacional judío.
Las luchas violentas se recrudecieron y los británicos aplicaron mano dura, siendo respondida por las organizaciones terroristas judías Haganah, Irgum y la banda Stern. El principal atentado de los judíos será contra el Hotel Rey David que acabó con la vida de 91 personas en 1946. Las matanzas se reprodujeron entre ambas comunidades, y los británicos decidieron marcharse dividiendo el dominio en dos estados, judío y árabe, el primero con el 55 % del territorio y los segundos con el 44 %. Los judíos disponían en aquel momento de un 7 % comprado a sus propietarios árabes.
Los árabes rechazaron la oferta y pidieron auxilio a los países vecinos, mientras los judíos proclamaron el Estado de Israel en 1948, pidiendo ayuda a los EEUU y a los países europeos. En este momento es cuando se produce la Nabka, favorecida por la matanza de Deir Yassin, donde más de un centenar de árabes fueron masacrados por pistoleros del Irgúm y Stern, centenares de miles de árabes huyeron iniciando los campos de refugiados, que aún subsisten por la negativa de los países árabes a integrar a los palestinos desplazados desde hace casi un siglo.
Los judíos ganaron su guerra de independencia y obtuvieron el 80 % del antiguo dominio. Egipto y Jordania se hicieron con Gaza y Cisjordania, y la Ciudad Vieja de Jerusalén quedó bajo control jordano. En 1967 Egipto, Jordania y Siria iniciaron la Guerra de los Seis Días que fue la mayor derrota militar de los árabes, consiguiendo los israelíes su máxima expansión y unas fronteras naturales al ocupar Gaza, Cisjordania, el Sinaí, los Altos del Golán y Jerusalén Este. En 1973, los árabes volvieron a intentar en la guerra del Yom Kippur retomar los territorios, pero fueron derrotados.
En 1978, Israel y Egipto negociaron en Camp David obtener paz por territorios. Israel se retiró del Sinaí, obteniendo el reconocimiento de Egipto, el país más capaz a nivel militar. Así, Israel pudo centrarse en el Líbano, donde se había refugiado la OLP, provocando en 1978 y 1982 intervenciones militares que llevaron a la expulsión de la OLP. Una década después con los Acuerdos de Oslo, Israel aceptó una Autoridad Nacional Palestina en Gaza y Cisjordania.
La época de los atentados de la OLP había pasado. En 1994 las tropas israelíes se retiraron de Cisjordania y de Gaza. En 1987, 2000 y el 2017 se produjeron diferentes intifadas o revueltas que cambiaron la opinión pública a favor de los palestinos. La imagen de los terroristas aéreos asesinando personas inocentes, fue sustituida por los adolescentes abatidos por lanzar piedras contra los blindados israelíes. En 1987 el jeque Ahmed Yasin, de los Hermanos Musulmanes fundó Hamas, que a través de las Brigadas de Ezzeldin Al-Qassam emprendió hasta el 2005 una serie de atentados suicidas que ocasionaron más de 480 muertos israelíes.
Los islamistas de Hamás ganaron las elecciones en Gaza en 2007, mientras que la Cisjordania permanece bajo el control de la OLP. Desde entonces, Hamás ha mantenido una situación agresiva contra Israel, que ha sido respondida por el estado hebreo de manera muy violenta. A su vez en Cisjordania, Israel expropia tierras que son entregadas a los 707.000 colonos judíos procedentes de todo el mundo, imposibilitando la posible formación de un estado palestino en el futuro.
Jerusalén este sufre la misma situación, empeorando por el reconocimiento diplomático de EEUU de la ciudad como capital de Israel, en contra de la decisión de la ONU que respeta la autoridad internacional de su parte oriental. En el momento actual, Israel es el hogar de un 80 % de judíos y de un 20 % de árabes israelíes que imposibilita el sueño de Israel como un estado nacional sólo para judíos.