Dinastías y poder
Douglas MacArthur: ¿sabemos todo del general más laureado de los Estados Unidos?
Héroe en tres guerras, llegó a lo más alto del escalafón: fue general de cinco estrellas y el más condecorado de la historia de su país
Pertenecía a una familia de militares. Su padre había conseguido las mayores glorias en la Guerra de Secesión americana. Después fue destinado a Filipinas para luchar contra los españoles en 1898. Por eso a su hijo Douglas, aquel archipiélago del Pacífico en el que labraría su gloria, no le resultó desconocido. El bravo general se convirtió en jefe supremo de las Fuerzas Aliadas en el Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial.
Se negó a abandonar Manila por las victorias japonesas hasta que recibió la orden fulminante del presidente Roosevelt. Vivía en el lujoso Hotel Manila junto a su segunda esposa. Su suite quedó intacta después de los bombardeos y volvió a ocuparla tras su regreso victorioso en 1944. «Volveré», dijo en 1942. Y lo hizo. Quizá a Truman no le hubiese obedecido. Pero éste le cesó en Corea.
Hijo de militar de origen escocés. De West Point. Por eso, al general de la gorra, la pipa y el uniforme desgastado, la vida de campaña le parecía lo normal. Su padre, Alfred, de Massachusetts, luchó con el Ejército de la Unión, llegó a general y fue condecorado con la medalla de honor. Tuvo un hijo con una rica heredera de Carolina del Norte que llegará a lo más alto del escalafón, el general de las cinco estrellas y el más condecorado de la historia de su país.
Douglas MacArthur participó en la Gran Guerra, en el frente francés. Dicen que se negaba a usar la máscara antigás hasta que todos los soldados de su división la llevasen. Luego regresó a América, esquivó la desmovilización y se casó con una mujer divorciada que aportaba dos hijos. Se separaron en 1929, meses antes de que Hoover le ascendiese a general. Parece que ella no soportaba su carácter engreído y se negó a viajar a Manila.
En 1935, cuando las Filipinas alcanzaron su «casi» independencia, el presidente del archipiélago le pidió ocuparse de la creación de las nuevas fuerzas armadas del país. Aceptó, pero con la condición de que le diesen una vivienda «equivalente» a la del propio Quezón. Por eso llegó en 1936 al famoso Hotel Manila: fabuloso y además muy cercano a la Embajada de los Estados Unidos. Sólo comparable a la mismísima residencia presidencial de Malacañán. Pese a las bombas japonesas una vez comenzada la intervención nipona en la guerra, el hotel permaneció intacto. En sus dependencias se casó con su segunda mujer, nieta de un confederado, bastante más joven y con la que tendrá a su único hijo, Arthur, que todavía vive.
La masacre de Manila
La batalla de Manila: murieron 100.000 civiles por el mal perder de los japoneses
Juntos se marcharon a Corregidor y de ahí a Melbourne, en Australia, para preparar la guerra contra Japón. Altivo y arrogante, no regresó hasta el desembarco en la isla de Leyte en 1944. Será él quien reciba la rendición formal de los japoneses en 1945 tras los bombardeos atómicos. Se quedaba como comandante supremo de las Potencias Aliadas, de nuevo en el Hotel Manila, el mismo al que había llegado diez años atrás. Profundamente anticomunista se entregó a la reconstrucción de Japón hacia un estado democrático. Y entre otras cosas, puso todo su empeño en rehabilitar al emperador Hirohito lo que le supondrá sonadas críticas. Pero ese no fue su último papel en la historia.
Con el inicio de la Guerra de Corea en 1950 como consecuencia de la ocupación de las fuerzas de la República Democrática Popular de Corea más allá el paralelo 37, volvía a la acción militar: su éxito más sonado, ya como jefe de las fuerzas de las Naciones Unidas, el arriesgado desembarco en Incheon. MacArthur no quería negociaciones para llegar a un alto al fuego. Quería la derrota comunista. Truman, le relegó del cargo en 1951. No estaba dispuesto a insubordinaciones. Douglas no llegó a ver a Marylin Monroe cantando antes las tropas americanas a bordo de un destructor. Regresó directamente a Washington como un héroe y en Nueva York se instaló, con su esposa e hijo, de nuevo en un hotel. Nada menos que el Waldorf Astoria, en pleno Manhattan.
Douglas MacArthur, simpatizó con el Partido Republicano, aunque sus ilusiones presidenciales se desvanecieron ante la elección de su antiguo subordinado Eisenhower. Una década después, aconsejó a Kennedy que se mantuviese lejos de Vietnam. No le hizo mucho caso. Falleció en abril de 1964.
Héroe en tres guerras, tenía 84 años. Su único hijo, quiso vivir anónimamente como saxofonista. Ajeno al poder y la gloria que había ostentado su padre.