Fundado en 1910
El 16 de junio de 1883, 183 niños murieron a causa de un aplastamiento humano en el Victoria Hall de Sunderland (Reino Unido). Dibujo de G. Julien

El 16 de junio de 1883, 183 niños murieron a causa de un aplastamiento humano en el Victoria Hall de Sunderland (Reino Unido). Dibujo de G. Julien

Picotazos de historia

El desastre de Victoria Hall o el nacimiento de las puertas de emergencia

El día del accidente el gran salón de actos estaba abarrotado con más de dos mil niños entre cinco y once años de edad

La ciudad de Sunderland pertenece al condado inglés de Tyne y Wear, cuya capital es la ciudad de Newcastle. Como toda ciudad inglesa de la era victoriana que se preciara ordenó, en 1872, la construcción de un gran salón de actos. El nuevo edificio se construyó entre Toward Road y Laura Street, tenía estructura de teatro con platea, entresuelo y dos plantas de altura y una capacidad para poco más de 3.100 personas. El edificio fue bautizado con el no excesivamente original nombre de Victoria Hall, en honor de su soberana.

El 16 de junio de 1883 más de dos mil niños –la mayoría entre los cinco y los once años de edad– abarrotaban el salón de actos del Victoria Hall. Dos conocidos miembros de la farándula, que actuaban bajo el nombre artístico de los señores Fay y tenían su centro de actuación en el Acuarium de Tynemouth, habían organizado para ese día lo que prometían sería «la mayor fiesta para niños nunca realizada». Habría magia, ilusionismo, títeres y ventriloquia, etc. Además se prometió que a todo aquel que asistiera tendría la oportunidad de ganar un premio: dulces, juguetes, libros, etc.

Ilustración de cómo era el Victoria Hall

Ilustración de cómo era el Victoria Hall

Como les he mencionado el salón de actos tenía tres plantas (baja y dos más) a las que se subía por medio de una escalera. En el rellano de cada planta se habían colocado puertas –nunca contempladas en el proyecto original– para acceder a las escaleras. Estas puertas se habrían hacia el interior, esto es hacia las escaleras, por lo que alguien que quisiera bajar tendría que tirar de la puerta para abrirla. Estas puertas normalmente estaban completamente abiertas pero alguien pensó que atrancando la que daba acceso a la primera planta y dejando una abertura de cincuenta centímetros se controlaría mejor el paso de los niños. Se equivocó completamente.

Al final de la actuación de los Fays, que fue muy aplaudida por la excitada chiquillería, se anunció que se procedería a leer los números premiados al tiempo que lanzaban juguetes, peluches y chucherías varias a los niños. Los de las dos plantas altas –unos mil niños por planta– viendo que los de la planta baja estaban recibiendo todo, salieron zumbando con objeto de ponerse al alcance de los preciados objetos que se arrojaban desde el escenario.

Los que estaban en la segunda planta se dieron de bruces con la puerta que solo permitía el paso de uno en uno. El ciego empuje de la masa aplastó a los niños contra la puerta taponándola. En estas situaciones la mayoría desconoce qué sucede y pugna por avanzar, lo que aumenta la presión sobre los individuos que se encuentran en la zona bloqueada.. La muerte se produce debido a la asfixia por compresión. El apretujamiento es tal que no permite la expansión del diafragma.

El encargado de la sala, de nombre Frederick Graham, viendo que no era posible liberar la puerta, subió a la segunda planta utilizando una escalera de servicio y desde allí pudo conducir ordenadamente a unos seiscientos niños. Cuando por fin se pudo acceder a la puerta bloqueada, desde la segunda planta, el espectáculo era aterrador. Ciento ochenta y tres cadáveres y un centenar de heridos se amontonaban frente a la puerta. De los muertos: ciento catorce era niños y sesenta y nueve niñas. Los heridos fueron más de un centenar. Las victimas tenían una edad que iba de los tres años a los catorce.

En la foto aparece la leyenda: "Padres identificando a sus hijos"

En la foto aparece la leyenda: «Padres identificando a sus hijos»

La tragedia de Victoria Hall tuvo repercusiones mundiales. El que todas las víctimas fueran criaturas de tan corta edad – hubo familias que perdieron a dos, tres y hasta cuatro hijos – hacía mucho más cruel la tragedia. Inmediatamente se legislaron medidas de seguridad que se pondrían en practica en el mundo civilizado. La más importante de estas medidas fue la creación y obligatoriedad de las puertas de emergencia que se abrían hacía el exterior –al contrario de lo sucedido en el Victoria Hall– y dotadas con un sistema de apertura por presión. Ustedes habrán visto centenares de veces estas puertas. Son muy características ya que tienen una barra horizontal que acciona la apertura de la puerta por presión. Pues bien, estas puertas –con sus barras antipánico– fueron diseñadas y construidas debido a la conmoción que supuso la conocida como Estampida o Desastre de Victoria Hall de 1883.

En cuanto al edificio, después de una serie de modificaciones como quitar las malditas puertas, continuó cumpliendo su función, pero jamás pudo librarse de la negra fama y el triste recuerdo. El edificio fue definitivamente jubilado, en 1941, por intercesión de una bomba arrojada por la Luftwaffe.

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