Picotazos de historia
Dagen H, el día que Suecia empezó a conducir por la derecha
En 1927 plantearon una investigación de costo y beneficios que supondría el cambio de dirección
Algunos historiadores afirman que desde la reforma militar de Cayo Mario (157 – 86 a. C.) las legiones marchaban por las calzadas romanas por su lado izquierdo para que, en caso de cruzarse con una fuerza hostil, esta se encontrara con el lado por el que empuñaban las armas (el derecho) y, por lo tanto, el más ventajoso para la defensa. Otros afirman que este asunto, el de la circulación en según qué carril, es más moderno y que se empezó a circular por la izquierda de los caminos y carreteras para evitar que los inocentes viandantes pudieran recibir un latigazo o fustazo por parte de algún descuidado conductor de carros. El hecho es que en Suecia se conducía por la izquierda. Una efímera legislación «pro derechas» de 1718, pero rectificada en 1734, intentó cambiarlo pero de nada sirvió y continuo este estado de cosas –para satisfacción de todos– hasta el siglo XX.
Ese maravilloso y terrible siglo trajo la aparición del automóvil que multiplicó el volumen del tráfico como jamás se había visto antes. Lo que se vio acompañado de nuevos problemas: seguridad en los adelantamientos, perspectivas y visibilidad en función del lado en que esté el volante y la dirección por la que se conduzca y, especialmente la tendencia general en el resto de Europa a conducir por el lado derecho de la carretera.
Los suecos son gente muy organizada así que en 1927 plantearon una investigación de costo y beneficios que supondría el cambio de dirección. Los resultados fueron tan alentadores que diferentes propuestas para el cambio se presentaron en el parlamento sueco (Riksdag). En 1955 se llevó a cabo un referéndum consultivo que se saldó con un contundente 82,9 % de los votos en contra del cambio. A pesar de ello, y por recomendación del Consejo Nórdico (organismo de cooperación de los países nórdicos) y del Consejo de Europa, el parlamento sueco aprobó el cambio a la derecha en votación celebrada el 10 de mayo de 1963. También se decidió , en la misma sesión del parlamento, que entrase en vigor la nueva legislación de circulación el día H (en sueco Dagen H) que se decidió que fuera el 3 de septiembre de 1967 a las 5:00 a.m. Hora de Suecia.
Desde ese momento se llevó a cabo una campaña de concienciación. Los más agoreros profetizaron una matanza entre la población a consecuencia de cruzar las calles mirando en la dirección equivocada y la transformación de las autopistas en modernos palenques de torneos donde acorazados caballeros chocarían frontalmente los uno contra los otros. Por su parte el gobierno inició la conversión de los autobuses, tranvías, trenes, y áreas de: administración, información, gasolineras e infraestructuras, educación, defensa, silvicultura y naturaleza, etc.
Se calculó en más de seiscientos millones de coronas suecas de entonces. Ante el costo general se decidió que desaparecieran los tranvías en beneficio de los autobuses, pues abarataría costes de transformación y mantenimiento. Los faros de los coches y camiones fueron modificados para ser asimétrico «por la derecha». El gran éxito de la campaña –de la que todavía se hacen lenguas los suecos– fue la pegadiza canción que interpretaba el grupo The Telstars titulada Håll dig till höger, Svensson que traducido al español sería Quédese en la derecha, Pérez. La canción estuvo durante varias semana entre las más escuchadas en el reino sueco.
El día de autos –no he podido resistirme al juego de palabras– trajo memorables atascos, cabreos de intensa magnitud y anécdotas sin cuento pero no el apocalipsis profetizados por el sector de la izquierda más reaccionaria. Ese día se contabilizaron 125 accidentes directamente achacados al cambio de la dirección. Una cifra por debajo de la horquilla calculada que iba de los 130 hasta los 200. Desde ese día Suecia se unió al grupo de la derecha. Y no piensen que esto fue asunto baladí o sin importancia o relevancia alguna, por que no es así. Piensen si fue importante esto que, al año siguiente (1968), Islandia no dudó en seguir su ejemplo y se pasó también a la derecha.