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Con su séquito, marchando por los Campos Elíseos tras la liberación de París en agosto de 1944.

Con su séquito, marchando por los Campos Elíseos tras la liberación de París en agosto de 1944.

Dinastías y poder

La herencia del general De Gaulle y la Francia eterna

Ahora que la política francesa parece que hace aguas podríamos preguntarnos, ¿cuáles son los referentes en la vecina República?

Hijo de un profesor de historia, Charles De Gaulle supo encarnar los valores de la Francia más tradicional. La que él creía representar. Y no solo por su porte hermético y condecorados uniformes: sus hijos nunca lo vieron de sport, siempre impecable, con una fisonomía imperturbable de elevada estatura. Dicen que era orgulloso, pudoroso y petulante pero pocos contemporáneos se resistieron a una demagogia que lo convertía en el más poderoso de los franceses. Roosevelt no lo soportaba y Churchill lo consideraba descortés. Encarnó un fuerte nacionalismo y un catolicismo profundo. Su herencia fue mucho más allá de la del oficial valeroso en la Gran Guerra o el motor de la resistance.

No vio con buenos ojos la entrada de Gran Bretaña en la Comunidad Económica Europea y volvió a la política en los peores momentos de la guerra de Argelia. Apenas se conservan fotografías en las que se le ve con su familia. Y la tenía: una mujer entregada, un hijo que quiso seguir su estela política y dos hijas. La menor Anne, tenía síndrome de Down y fue la única debilidad de le Grandeur.

En su entorno se respiraba disciplina, amor a Francia y la cultura. Y también historia. La que contaban su tío y su padre en las conversaciones domésticas. Charles de Gaulle nació en 1891 en Lille, cerca de la frontera con Bélgica donde estudió en un internado jesuita. Eran varios hermanos y él, el tercero, se decidió por la vida militar.

Ingresó en la Escuela Especial Militar de Saint-Cyr, para terminar como heroico combatiente en Verdún y frente a los bolcheviques en Varsovia. En su cabeza, siempre, la visión francocéntrica de todo. Se casó en 1921, con Yvonne Vendroux, una joven adinerada del Calais, que soportará su devoción a Francia, los continuos distanciamientos y la disciplina. La misma que él mismo se saltó al no acatar la posición del gobierno cuando se produjo la ocupación de 1940. Rompió con el gabinete del primer ministro Paul Reynaud y se enfrentó abiertamente al armisticio del Pétain, Mariscal de Francia y nuevo jefe del gobierno de Vichy. Su antiguo superior le condenó a muerte.

El General de Gaulle en su oficina

El General de Gaulle en su oficina

De Gaulle se marchó a Londres. Una película de 2020 del director Gabriel Le Bomin, cuenta su periplo en esas semanas de junio cuando dejó a su familia para combatir el derrotismo y liderar la Francia Libre. Fue a través de los micrófonos de la BBC, cuando alentó a la resistencia con el legendario discurso del 18 de junio de 1940, arengando a los franceses a la resistencia. Entonces tuvo poco eco aunque con los días sus palabras lo mitificaron.

Pero a Churchill siempre le pareció un ingrato. De Gaulle se había erigido como padre de la resistencia. Pero ¿existía realmente tal? El libro de Robert Gildea, catedrático en la Universidad de Oxford, es bastante aclaratorio al respecto. Aunque imbatible la imagen que supo proyectar de su paseo triunfal por los Campos Elíseos el 26 de agosto de 1944. «¡París! ¡París ultrajado! ¡París roto! ¡París martirizado! ¡Pero París liberado! (…) liberado por sí mismo, liberado por su pueblo, con el apoyo de Francia entera, es decir la Francia que lucha, es decir la única Francia, la verdadera Francia, la Francia eterna», dijo desde el Ayuntamiento.

Con Churchill en Marrakech en 1944

Con Churchill en Marrakech en 1944

Terminada la guerra quiso apartarse de la política. Su pequeña Anne falleció en 1948 y su hijo se lanzó a la arena política. No será hasta 1958 cuando los nuevos problemas derivados de la Guerra de Independencia de Argelia y la fragmentación política en un contexto convulso, provocaron su regreso. ¿Tenía él cabida en esa nueva Francia? Fue presidente y ocupó el Eliseo. Y con él se aprobó la nueva Constitución que instauraba la V República, fuertemente presidencialista y que tanto potenciaba el ejecutivo.

De Gaulle se convirtió por entonces en una de las figuras más influyentes en el proceso de la nueva construcción de la Unión Europea. En 1965 fue reelegido y tuvo que hacer frente a las rebeldías de mayo del 68. Con él había surgido el «gaullismo», su principal herencia. Difícil de clasificar. Ecléctica y perdurable. ¿Qué francés tradicional no se identificó con sus planteamientos? Pero los tiempos había cambiado y Alain Delon y Brigitte Bardot eran ya la nueva imagen de Francia.

Retirado en su finca familiar en el Alto Marne, fallecía en noviembre de 1970. El libro, Memorias de Guerra, describe parte de su pensamiento. Su mujer no quiso mausoleos ni homenajes de estado. Nada de reliquias. Se deshizo de casi todas sus pertenencias y apenas salvó dos de sus uniformes, el quepí y unas condecoraciones de guerra. Su hijo Philippe tuvo una discreta carrera política que han continuado varios de sus nietos. Uno en el Frente Nacional y otro con declaraciones comprometidas sobre la posición de Europa ante Ucrania y Putin.

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