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Soldados españoles construyendo un blocao en Benisicar (Marruecos)

Soldados españoles construyendo un blocao en Benisicar (Marruecos)

El Debate estrenará un documental sobre los corresponsales en la Guerra del Rif

Un documental que se adentra en el trabajo de periodistas que «contaron lo que vieron en el Rif a lo largo de una guerra que durante más de una década dividió a los españoles», explica Cristina Barreiro a El Debate

Nombres como Alfonso Sánchez Portela, Luis de Oteyza, Teresa de Escoriaza, Carmen de Burgos o Gregorio Corrochano resuenan en el nuevo proyecto documental del Instituto CEU de Estudios Históricos que narra de forma audiovisual la labor de los corresponsales de guerra en el conflicto del Rif (1907-1927): No solo «ofrecieron información, fotografías y reportajes», advierte Cristina Barreiro, directora y guionista del documental en conversación con El Debate; si no que «se empaparon de su cultura [rifeños]» y mostraron «una sensibilidad diferente».

La presencia de corresponsales en la zona de Melilla había sido habitual desde la primera década del siglo XX y las informaciones sobre las ofensivas nacionalistas de El Raisuni o Abd el-Krim ocuparon muchas de las páginas de los diarios peninsulares; sin embargo, «cuando la situación se puso muy crítica para las fuerzas militares, sobre todo durante la campaña de Annual en 1921, sufrieron la censura», detalla Barreiro. «Por parte del Ejército había voluntad de informar, pero al Gobierno no siempre le interesó que se viese la realidad de lo que estaba pasando», afirma la también autora de Bee: Beatriz de Sajonia-Coburgo, una princesa victoriana en España.

El periodista Luis de Oteyza durante la entrevista al jefe de la rebelión rifeña, Mohammed Abd el Krim, en Axdir

El periodista Luis de Oteyza durante la entrevista al jefe de la rebelión rifeña, Mohammed Abd el Krim, en AxdirEFE

Censura y propaganda forman siempre parte de la guerra. Por ello vemos, por un lado, «páginas enteras en blanco» en periódicos como El Heraldo de Madrid y en la prensa catalana –explica la directora del documental–, o los famosos «Este número ha sido revisado por la censura», que veremos con más frecuencia durante la II República. «Si al periodista no le das información, él se la busca en las tertulias de los bares melillense o en las murmuraciones. Había además bastante corrupción entre determinados sectores que no interesaba conocer. ¡Fue muy famoso lo del millón de Larache! Los negocios con las minas…hay elementos de todo tipo. Y tampoco se fue del todo claro con el informe de las responsabilidades de Annual, el 'expediente Picasso'», explica Barreiro.

Por otra parte, la propaganda era una herramienta utilizada «tanto en prensa militar como generalista» y en ambos lados: por «quienes no renunciaban al protectorado en Marruecos y también de los 'abandonistas'», algo que hizo inclinar la opinión pública de un lado u otro. Ante este conflicto, la sociedad española demandaba más información sobre lo que ocurría en el frente, pero la labor de los periodistas, hombres y mujeres, fue más allá: «Se acercaron a la cultura y al modo de vida de una sociedad que en la península resultaba tremendamente desconocida», destaca la profesora titular de Historia y doctora en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

Por ello destaca reportajes como el que realizó Luis de Oteyza para La Libertad sobre Abd el-Krim, pero que se publicó en Mundo Gráfico. O «grandes crónicas de guerra» como las de Rafel López Rienda sobre El tebib Arrumí o las de Gregorio Corrochano. También subraya el trabajo de otras periodistas mujeres, como Colombine de Burgos, «para muchos es la primera mujer corresponsal de guerra», comenta, «aunque es discutible porque ella del frente no cuenta nada», añade. O Teresa de Escoriaza y su crónica titulada Desde el horror de la Guerra.

Colombine, fotografiada en el verano de 1909 en Melilla por Goñi, durante la Guerra de Melilla, rodeada de oficiales y soldados de artillería

Colombine, fotografiada en el verano de 1909 en Melilla por Goñi, durante la Guerra de Melilla, rodeada de oficiales y soldados de artillería

Por último, hace una mención especial ha periodistas extranjeras como Rosary Drackman, «una estadounidense que trabajaba para la 'Revista Americana' y cubrió el desembarco de Alhucemas». En este sentido, la doctora en Periodismo, que también ha tratado en otras ocasiones el trabajo de los corresponsales extranjeros en la Guerra Civil española, indica que hubo algunas diferencias, «no tanto en la manera de trabajar» de los corresponsales en ambas guerras, sino «en el modo de ver al 'enemigo'».

«En el Rif no sólo hay aspectos políticos» como puede ser la «aspiración de los nacionalistas rifeños a la creación de una república independiente a España», profundiza la profesora de Historia, sino que «también hay cuestiones de orden cultural, un choque de identidades que no se aprecia tanto en 1936 donde hay quizá, más radicalismo, más identidades con cada uno de los bandos enfrentados y en la cuestión religiosa».

Por ello, considera que en las crónicas del Rif «no percibimos tanto esa politización». Aunque, a su parecer, «hay una continuidad entre la guerra del Rif y la Guerra Civil en los aspectos de ruptura social. ¿Quién era el soldado que tenía que ir a Marruecos? El pobre, el quinto que no podía librarse por una cuota. Y ese resentimiento quedó en la sociedad y fomentó el anarquismo y un radicalismo de corte social que crece en los años treinta».

Por otro lado, si nos detenemos en el aspecto periodístico, «durante la Guerra del Rif podemos decir que comienza el fotoperiodismo cuando ya en 1936 está plenamente asentado. Y cierto periodismo de investigación también», analiza la directora del documental. Además, «también podemos percibir un cierto paternalismo occidental respecto a otros pueblos en las crónicas de los corresponsales de la guerra del Rif». Con todo ello, los corresponsales supieron hacer «eco de un conflicto que amenazó el modelo político de la Restauración y la propia monarquía de Alfonso XIII», concluye.

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