Picotazos de historia
El verdadero sentido del Bushido del general Imamura
El general Douglas McArthur siempre consideró al gran militar japonés como el único ejemplo real del código de honor de los samuráis que adoptó el ejército imperial
El 28 de junio de 1941 le fue entregado el mando del 23er Ejercito japonés al Teniente General Hitoshi Imamura. Este ejercito, encuadrado dentro del Ejercito Expedicionario de China, se componía de las divisiones de infantería 104, 129, 130 y las brigadas mixtas e independientes 23ª, 8ª y 13ª, fue su primer gran mando.
Meses antes del ataque a la base naval de Pearl Harbor, Imamura, recibió el mando del 16º Ejercito, de un recién constituido Grupo de Ejércitos Expedicionarios del Sur, con las ordenes secretas de organizar la invasión y captura de las Indias Orientales Neerlandesas que entonces comprendían la totalidad del moderno estado de Indonesia y Nueva Guinea Occidental.
Tolerante con los autóctonos
El general Imamura capturó brillantemente Sumatra, Java y su actuación fue decisiva en la batalla de Batavia. Nombrado comandante en jefe del la isla de Java, su gobierno se caracterizó por una política tolerante hacia la población autóctona y los residentes europeos lo que permitió un alto grado de colaboración entre los diferentes grupos y la pronta puesta en funcionamiento de las vitales refinerías de petróleo.
La política y el gobierno conciliador del general Imamura fue duramente criticado, tanto en la cúpula del Ejercito como dentro del gobierno. Se agradecían los resultados pero no el método usado para conseguirlos, pues se consideraba que estos violaban las directrices de actuación del gobierno japonés en los territorios conquistados.
«...aunque los resultados obtenidos son muy positivos (...) la política militar del Teniente General Imamura es contraria a las intenciones del gobierno central»
Se enviaron oficiales de estado mayor para informar y el dictamen fue contundente: «...aunque los resultados obtenidos son muy positivos y el nivel de colaboración de la población civil y prisioneros es alto, la política militar del Teniente General Imamura es contraria a las intenciones del gobierno central». Imamura fue relevado del mando y su sucesor, el Teniente General Harada Kumakichi, siguió fielmente las directrices trazadas y por ello fue juzgado, condenado y ahorcado como criminal de guerra.
Destinado en las Islas Salomón al mando del 8º Ejercito – algo muy lejos de ser un ascenso en relación a su antiguo puesto – coordinó la defensa de una zona donde tuvieron lugar muy duras batallas en las campañas de las Islas Salomón ( batallas de las islas Gilbert, Marshall, Guadálcanal) y Nueva Guinea ( Finisterre, Península de Huon, defensa de Rabaul, etc). Aislado y sin posibilidad de recibir suministros, Imamura rindió las tropas bajo su mando y la base naval de Rabaul el 8 de agosto de 1945.
McArthur pidió que le rebajaran la pena
Tras la guerra fue acusado por el recién creado Tribunal Militar Internacional para el Lejano Oriente por la violación de las ordenanzas B y C ( crímenes de guerra y crímenes contra la Humanidad) de la Carta de Londres de 8 de agosto de 1945. Se responsabilizó a Imamura de no haber sabido supervisar y controlar los excesos de las tropas bajo su mando.
El general japonés, que no tenía conocimiento y por primera vez oyó hablar de atrocidades cometidas en áreas bajo su responsabilidad, se declaró culpable. Condenado a diez años –sentencia muy benigna en comparación con otras– solicitó cumplir la pena en el penal militar de la isla de Manus, en Papua Nueva Guinea, junto con la suboficialidad y la tropa y no en Tokio donde se encontraban los oficiales de alta graduación. Muy impresionado por la petición, que le fue concedida, el propio Douglas MacArthur solicitó que le rebajaran la pena, lo que no pasó. Hitoshi Imamura cumplió la pena completa, con las rebajas autorizadas por ley, primero en el campo de la isla de Manus, hasta su cierre en 1953 y, después, en el penal de Sugamo de Tokio hasta 1954.
El único ejemplo real de Bushido
Tras la liberación, el ex general del ejercito imperial japonés, consideró insuficiente la pena cumplida en relación a su responsabilidad por los crímenes cometidos por sus subordinados por lo que ordenó la construcción, en el jardín de su casa, de una réplica exacta de la celda que ocupó en la prisión militar de la isla de Manus. Allí viviría hasta su fallecimiento el 4 de octubre de 1969.
El general Douglas MacArthur siempre consideró al general Imamura como «el único ejemplo real de Bushido ( código de honor de las samuráis adoptado por el ejercito imperial japonés) que había visto en su vida»