El día que fue asesinado Onésimo Redondo, fundador de las JONS
Fue el fundador de las Juntas Ofensivas Nacional Sindicalistas (JONS) y murió el 24 de julio de 1936 en Labajos
En Historia de la Cruzada española de Joaquín Arrarás Iribarren, Carlos Sáenz de Tejada y Ciriaco Pérez Bustamante leemos…
«Cuando el Ford de Onésimo se acerca a su Plaza Mayor, se ve que en ella hay un camión parado y que a unos metros de él un par de fusileros preparan sus armas para cerrarles el paso. Sobre el camión hay otros veinte hombres armados, que llevan a los cuellos y anudados sobre la cabeza, pañuelos rojinegros. Un banderín de estos mismos colores desfallece en brisa que lo mueve en el baquet. A un lado del camión y conversando con unos lugareños se ve a un teniente del Ejército.
Con toda confianza el coche para ante los dos centinelas que se acercan a reconocerle; Andrés Redondo echa pie en tierra para saludarles… Emilio Alonso Rodríguez había vuelto al baquet y trataba de poner en marcha el coche, cuando resonó la descarga. Andrés Redondo y Salcedo se hallaban en aquel momento uno en cada lado del coche… Onésimo, de un salto, quiso dejar su asiento, pero en el mismo estribo una bala le hirió una rodilla y cayó a tierra… Sus compañeros, imposibilitados de defenderse, procuraron ponerse a salvo. La patrulla agresora, que se componía de milicianos de la FAI y que por eso llevaban el banderín y los pañuelos rojinegros -los colores de esa siniestra asociación- disparó de nuevo y esta vez las balas acribillaron al héroe castellano, que yacía inerme en la carretera. A pocos pasos de él cayó también muerto el falangista de su escolta Agustín Sastre, en campesino de Mojados".
Distintas versiones
Esto ocurría el 24 de julio de 1936 en Labajos. De esta manera fallecía Onésimo Redondo Ortega, fundador de las Juntas de Ofensivas Nacional Sindicalistas (JONS). Aunque hemos ofrecido una versión de su muerte, José Luis Mínguez Goyanes, su biógrafo, nos aporta otra…
«Hacia las 12,30 llegaron a Labajos. Poco antes de la entrada del pueblo vislumbraron un camión cargado de milicianos, que pensaron eran falangistas. Este camión formaba parte de la columna mandada por el teniente coronel julio Mangada Rosenorn, famoso por su exaltado republicanismo y por sus excentricidades.
El caso es que con esos camiones que estaban repostando se encontró Onésimo cuando llegó a Labajos. Al aproximarse su coche a uno de los camiones, se bajó del mismo un miliciano y les encañonó con un fusil. En ese momento Redondo comprendió que no eran falangistas. El desconcierto cundió entre sus acompañantes y como el motor del automóvil se paró, se bajaron del mismo. Andrés Redondo, nervioso y no recuperado del susto, comenzó a gritar que no disparasen. A los pocos instantes una descarga abatió a Sastre. En cuestión de segundos, los demás acompañantes huyeron despavoridos. Sólo Onésimo se quedó en las inmediaciones del automóvil. Un primer disparo le hirió en una rodilla, cayendo junto al coche. Y una segunda descarga ponía fin a su vida».
Al respecto añade Mínguez Goyanes…
«Para su conocimiento la Columna Mangada pasó de madrugada por Ávila, nadie les detuvo, ni nadie les preguntó a donde iban y quienes eran, a pesar de haber guardias en la muralla. Repuestos e gasolina la columna Mangada salió con dirección al Alto de los Leones pues Mangada suponía la escasa guarnición que había allí y su intención era atraparlos por la espalda, pero una camioneta que venia del Alto de los Leones con falangistas, al conocer que la Columna Mangada estaba repostando en Villacastín, por un aviso que les llegó, desplegó todos los falangistas que traía después de pasar por Villacastín, por las piedras que hay inmediatas a la carretera. El General Mangada al verse hostilizado desde todas partes al salir de Villacastín, dio orden de retirada y volvió a Madrid por el puerto del Pico».
Onésimo Redondo Ortega había nacido el 16 de febrero de 1905 en Quintanilla de Abajo. Sus padres poseían una hacienda agrícola mediana y regentaban una tienda de tejidos. Gracias al cardenal Ángel Herrera Oria consiguió la plaza de lecto de español en la Universidad de Mannheim, en Alemania. Al volver a España, 1928, se convirtió en el líder del Sindicato de Cultivadores de Remolacha de Castilla la Vieja. En 1931 contrajo matrimonio con Mercedes Sanz-Bachiller Izquierdo.
Poco después de casarse, durante la II República, fundó las Juntas Castellanas de Actuación Hispánicas. Ideológicamente se oponían al materialismo, a la decadencia, a la burguesía. Se proclamaban como nacionalistas radicales. Las Juntas tenían su medio de comunicación llamado Libertad. En él publicó proclamas contra el marxismo, judíos, capitalismo burgués, expresando su admiración por los regímenes fascistas europeos.
Fusión con Falange
En noviembre de 1931 se fusionó con «La Conquista del Estado» de Ramiro Ledesma Ramos. De ella surgió las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalistas (JONS), adoptando como emblema el yugo y las flechas de los Reyes Católicos. El ideal era crear en España un estado nacionalsindicalista de carácter totalitario. Rechazaban el sistema electoral y no descartaban la república como forma de estado. Al tomar parte en la Sanjurjada, en 1932, tuvo que exiliarse a Portugal.
Regresó a España en octubre de 1933. Con anterioridad, mes de abril, fundó la revista J.O.N.S. Tuvo la intención de presentarse a las elecciones legislativas de noviembre 1933, pero retiró su candidatura para favorecer a la CEDA. Se fusionaron con Falange Española el 4 de marzo de 1934. Detenido en marzo de 1936, lo liberaron de la cárcel de Ávila el 20 de julio de 1936. ¿Por qué fue detenido? Con la llegada del Frente Popular al poder, la Falange de Valladolid incrementó sus efectivos y se embarcó en una espiral de enfrentamientos con las organizaciones de izquierdas que, tras un atentado contra una Comisaría vallisoletana, que se atribuyó a los falangistas, le costó a Redondo el ingreso en la cárcel, primero en Valladolid y luego en Ávila, donde fue trasladado en mayo con el propósito de aplicarles la ley de fugas, aunque finalmente no se hizo.
Al día siguiente de su muerte fue enterrado «el féretro, cubierto con la bandera monárquica, fue trasladado en un carruaje tirado por seis caballos blancos. Encabezaba la procesión un pelotón de falangistas, seguido de una banda militar y muchachas con enormes coronas de flores… Tras la ceremonia, una multitud emocionada eligió por aclamación popular al hermano de Onésimo, Andrés, para el cargo de jefe territorial de la Falange en León y Castilla la Vieja».