Operación Tempestad: cuando los polacos intentaron liberar a su pueblo ellos mismos
Durante 63 días los polacos se defendieron con uñas y dientes contra un enemigo muy superior, sacado de las mermadas tropas alemanas del frente y de unidades especiales de colaboracionistas rusos del POHA
Polonia ha sido el único Estado atacado y conquistado tanto por la Alemania nazi como por la Unión Soviética, siendo posteriormente traicionada por sus aliados anglosajones. Después de la masacre de los oficiales polacos en Katyn, y la muerte de su primer ministro, general Sikorski, en un sospechoso accidente en Gibraltar, los polacos optaron los hechos consumados.
El año 1944 quedará marcado por el desarrollo de la Operación Tempestad (Akcja Burza), que consistió en tomar el control de las ciudades polacas, antes de la llegada de las vanguardias soviéticas, cuando los alemanes procedían a su abandono. El objetivo era que la resistencia polaca tomase su control y los soviéticos reconociesen a las autoridades puestas por la resistencia polaca del Ejército del País (Armia Krajowa). Si los soviéticos liberaban la ciudad antes que el AK, el gobierno que se instauraría sería de línea comunista aprovechando los colaboracionistas de los soviéticos, y no sería posible el regreso del gobierno legítimo en el exilio.
La operación se desarrolló el 4 de enero en la región de Volinia, el 7 de julio en Vilna y a finales de mes en Lvóv. Sin embargo, los destacamentos armados del AK fueron desarmados y detenidos por los soldados soviéticos. El teniente coronel Aleksander Krzyżanowski «Wilk», líder del levantamiento de Vilna, fue detenido por los soviéticos, liberado posteriormente después de la guerra, volverá a ser detenido de nuevo por la policía comunista polaca, muriendo de tuberculosis en la cárcel en septiembre de 1951. El coronel Władysław Filipkowski «Janka», responsable del levantamiento de Lvóv, también será detenido por el NKVD, liberado en 1947, falleció tres años después a consecuencia de las torturas recibidas.
En julio de 1944, cuando las vanguardias soviéticas se acercaban a Varsovia se desarrolló la Operación Tempestad en la antigua capital. La orden del general Tadeusz Bór-Komorowski, emitida durante la tarde del 31 de julio, fijó la hora del alzamiento a las 17.00 del 1 de agosto de 1944. El distrito de Varsovia del Armia Krajowa estaba bajo el mando del coronel Antoni Chruściel «Monter», que también fue el comandante del levantamiento y a quien estaban subordinados los ocho distritos correspondientes a los barrios de Śródmieście, Żoliborz, Wola, Ochota, Mokotów y Praga, la zona de Okęcie y los alrededores de Varsovia. En total, las unidades polacas del Armia Krajowa en la zona de Varsovia sumaban alrededor de 55.000 soldados mal armados con armamento ligero capturado.
El levantamiento de Varsovia se produjo el 1 de agosto, la batalla que tendría que haber durado unas jornadas, se alargó hasta el 2 de octubre. Durante aquellos 63 días los polacos se defendieron con uñas y dientes contra un enemigo muy superior, sacado de las mermadas tropas alemanas del frente y de unidades especiales de colaboracionistas rusos del POHA. Entretanto el Ejército Rojo ralentizó su avance para dar tiempo a que las fuerzas germanas eliminasen a la resistencia polaca.
La Varsovia ocupada por los alemanes tenía unos 920.000 habitantes, de los que 250.000 murieron en el aplastamiento del levantamiento, destruyéndose el 85 % de la ciudad. En el barrio de Wola los alemanes y sus aliados asesinaron a 50.000 de sus vecinos, para atemorizar a los sublevados, consiguiendo el efecto contrario, una resistencia a ultranza ante un enemigo que no mostraba ninguna humanidad.
Finalmente, la rendición de los últimos combatientes del AK se produjo cuando les fue otorgado la categoría de soldados regulares, y quedaron amparados por el convenio de Ginebra, salvándose de ser ejecutados como guerrilleros. En el otro lado del Vístula, el Ejército soviético permaneció observando pasivamente la tragedia de Varsovia y el aplastamiento de los principales destacamentos del AK. Tras la rendición, el general Leopold Okulicki, sucesor de Bor-Komorowski, preso de los alemanes, será detenido por los soviéticos y asesinado en 1946. No obstante, algunas de las unidades se mantuvieron en clandestinidad, sirviendo de simiente a la resistencia anticomunista del periodo postbélico.
Polonia que fue el único país ocupado que dispuso de un gobierno legítimo en el exilio y unas nutridas fuerzas armadas, formadas por decenas de miles de soldados que contribuyeron a la victoria aliada, acabó siendo traicionada por sus aliados, al ser reconocido el gobierno colaboracionista comunista erigido por Stalin. El legítimo gobierno polaco en el exilio quedó reconocido exclusivamente por el Vaticano, España e Irlanda.
Varsovia había sido aniquilada y Hitler había ordenado que nada pudiese crecer allí. Sin embargo, el gobierno comunista supo aprovechar la voluntad de levantarse de los polacos reconstruyendo la capital. El casco urbano de Varsovia responde a la ciudad de preguerra gracias a una reconstrucción fiel a fotografías antiguas que culminó en 1973, aunque el resto de los barrios siguieron una línea más funcional.