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10 de septiembre de 2024

Felipe de Borbón como abanderado en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92

Felipe de Borbón como abanderado en la inauguración de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92EFE

Dinastías y poder

Dinastías olímpicas: de Gustavo de Suecia a Constantino de Grecia

Casas reales como la sueca, noruega y británica han participado en los Juegos que se han celebrado durante el siglo XX

Todos recordamos la imagen de Felipe VI, siendo todavía Príncipe de Asturias, como abanderado de la selección olímpica española en Barcelona 92. Por sus venas la sangre de los Borbón y Grecia, el país de origen de los Juegos y dinastía que también ha participado en los valores del deporte. El rey Constantino de Grecia, hermano de doña Sofía y soberano heleno entre 1964-1973, fue oro olímpico en Roma 1960 en la categoría de vela. Las dinastías sueca, noruega y británica también han participado en los Juegos que se han celebrado durante el siglo XX.

Jack Kelly, el padre de Grace, de origen irlandés, aunque no pertenecía a la realeza, fue el primero en inaugurar una saga de deportistas que convertirán el Principado de Mónaco en un referente para los Juegos y su Comité. El abuelo del actual soberano representó a los Estados Unidos en los Juegos de Amberes 1920. Lo hizo en remo, ganó un oro y repitió en los juegos de verano que en 1924 se celebraron en París, cien años antes de los actuales, en los que solo hemos podido ver a los royals desde las gradas. Alberto de Mónaco y su esposa, australiana de nacimiento, también han sido olímpicos: él lo hizo en bobsleigh, deporte ya en boga entre la realeza europea desde las antiguas competiciones de Oberhof, en Turingia, lugar favorito de la aristocracia en invierno desde el pasado siglo, y ella en natación.

Los 45 abanderados (Géo André en el centro) en los Juegos Olímpicos de París 1924

Los 45 abanderados (Géo André en el centro) en los Juegos Olímpicos de París 1924

Olaf V de Noruega, participó en los Juegos que se celebraron en Ámsterdam en 1928. Hijo de la reina Maud, muy aficionada a la hípica y el esquí y nacida princesa británica por ser nieta de la reina Victoria, ganará la medalla de oro en la categoría de vela de seis tripulantes y será precisamente durante estas competiciones, donde se enamore de su prima, la princesa Marta de Suecia, sobrina de Gustavo V, con la que se casó en la Catedral del Salvador de Oslo en marzo de 1929, en una boda que contribuyó a sellar las tensiones que aún se mantenían entre ambos países (El Sol, 21 diciembre 1928).

Cuando las tropas alemanas ocuparon Noruega en 1940, la princesa Marta viajó a Estados Unidos y medió ante el presidente Roosevelt ayuda económica y militar para los aliados. Su hijo menor, Harald, es el actual soberano y también ha sido miembro en tres ocasiones del equipo olímpico de su país. En 1964, en Tokio, cuando todavía era príncipe heredero, actuó como abanderado de la delegación noruega.

La dinastía sueca no se ha quedado ajena a la participación olímpica. El príncipe Gustavo, primogénito del rey Gustavo Adolfo VI y de Margarita de Connaught, participó en el equipo ecuestre en los Juegos de Berlín 1936, los mismos en los que el atleta norteamericano Jesse Owens ganó al corredor alemán y que tanto encolerizaron a Hitler. Esas olimpiadas fueron inmortalizadas en el excepcional documental de la cineasta Leni Riefenstahl, Olympia, festival de naciones.

Juegos Olímpicos en el Estadio Olímpico de Berlín 1936

Juegos Olímpicos en el Estadio Olímpico de Berlín 1936Bundesarchiv

El príncipe no solo destacó en equitación, sino también en esgrima, esquí y tiro. Gustavo, al que se acusó de simpatizar con el nacionalsocialismo y conceder apoyos económicos a la propaganda nazi, falleció en 1947 en un accidente de aviación cuando regresaba a Estocolmo, procedente de Ámsterdam, a donde había acudido a una partida de caza. Su muerte prematura impidió que llegara a ser rey, aunque sí lo fue su hijo, Carlos Gustavo, actual soberano noruego. Este conoció a su esposa, Silvia Sommerlath, en los Juegos Olímpicos de Múnich 1972, cuando ella trabajaba como encargada de protocolo.

En unos juegos se comprometieron la princesa Federica de Hannover con el entonces príncipe Pablo de Grecia, «diádoco», heredero. Fue también en Berlín, en agosto de 1936. Se convertirán en reyes en 1947, tras la muerte de Jorge II y poco después de que en el país se celebrase un plebiscito por el que se aprobaba el regreso de la monarquía al país. Son los padres de doña Sofía y de Constantino de Grecia. Él, en el exilio desde 1967, falleció en 2023 y sus restos descansan en el Palacio de Tatoi, junto a la medalla de oro que conquistó en Roma 1960.

La princesa Ana de Inglaterra, única hija de Isabel II y hermana de Carlos III, tomó parte en Montreal 1976 en el equipo ecuestre. También lo hizo la princesa Haya de Jordania, en Sídney 2000, el mismo lugar en el que se conocieron los actuales soberanos noruegos. Así que de momento no sabemos lo que deparará el futuro para las dinastías reales, pero la historia hablará...

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