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Jorge VI en 1938

Jorge VI en 1938

Dinastías y poder

'Segundones' a los que no se esperaba en el trono

Parecían destinados a ser los eternos secundarios en la dinámica dinástica de las monarquías europeas, pero no fue así: las circunstancias los convirtieron en protagonistas de la historia de su país

Pasaron su infancia en la sombra. Vivieron como el recambio, el spare en palabras del príncipe Harry. Sin embargo, las circunstancias los convirtieron en protagonistas de la historia de su país. Parecían destinados a ser los eternos secundarios en la dinámica dinástica de las monarquías europeas, pero no fue así. Hacemos un repaso por las biografías de cuatro príncipes que nacieron con poca esperanza de ceñirse una corona y terminaron marcando el destino de su reino.

Jorge VI

Durante décadas fue duque de York, el hermano menor, tímido y tartamudo del flamante príncipe de Gales y efímero Eduardo VIII. En casa le conocían como «Bertie». La aparición de Wallis Simpson, americana y doblemente divorciada, y la negativa del gobierno Baldwin, de la iglesia anglicana y la propia Familia Real a autorizar ese matrimonio, le llevó a ser proclamado rey en diciembre de 1936. Las palabras pronunciadas a través de los micrófonos de la BBC «me resulta imposible cumplir con mis deberes de rey sin la ayuda de la mujer que amo» le valieron un trono y el Imperio británico.

Winston Churchill con Jorge VI, la Reina Madre, las princesas Isabel y Margarita, 1945

Winston Churchill con Jorge VI, la Reina Madre, las princesas Isabel y Margarita, 1945GTRES

El apocado hijo segundo de Jorge V y María de Teck jamás había pensado que llegaría ese momento. Y mucho menos su esposa, la escocesa y jovial Isabel Bowes-Lyon, la popular reina-madre. Ambos lideraron junto a Winston Churchill la resistencia británica durante la Segunda Guerra Mundial. Son los padres de Isabel II, ya un mito para los ingleses.

Jorge V

Era el segundo de los hijos varones de Eduardo VII y Alejandra de Dinamarca. Creció por detrás de su hermano, primogénito de los nietos de la emperatriz Victoria de Inglaterra. Pero una neumonía en 1891 terminó con la vida de Alberto. Jorge pasaba a heredar el título de príncipe de Gales y también a su prometida, la princesa María de Teck, una bisnieta de Jorge III de Reino Unido que, aunque había nacido en el Palacio de Kensington, era simple «alteza serenísima» y no pertenecía a la primera línea de la realeza británica.

El Rey Jorge V de Reino Unido

El Rey Jorge V de Reino Unido

Fue Jorge V quien afrontó el cambio de nombre en la dinastía: de Sajonia-Coburgo pasaron a denominarse Windsor en 1917 como consecuencia de los estragos que la guerra frente a Alemania estaba causando entre la población. ¿Cómo podía entenderse que los propios soberanos fuesen de origen teutón? Se mantendrá en el trono hasta su muerte en enero de 1936 y durante su reinado Irlanda dejó de ser colonia británica, dando comienzo a un complejo conflicto bélico que, de algún modo, se mantuvo durante décadas.

Carlota de Luxemburgo

La abdicación de su hermana mayor, la gran duquesa María Adelaida, soltera y sin hijos en 1919 a causa de las simpatías que había mostrado hacia el kaiser Guillermo II durante la Gran Guerra, la convirtieron en soberana de este pequeño estado. Eran seis hermanas y el varón nunca llegó, por lo que se había tenido que modificar la ley de sucesión. Segunda hija de Guillermo IV de Nassau y de María Ana de Braganza, combatió desde el exilio la ocupación nazi y viajó a Estados Unidos para solicitar a Roosevelt su intervención con los aliados. A su regreso, supo capitanear la reconstrucción de un país devastado tras la batalla de las Ardenas.

Carlota de Luxemburgo

Carlota de Luxemburgo

Ella y su esposo, Félix de Borbón-Parma, vieron como Luxemburgo se transformaba en un país en expansión económica. Con la gran duquesa Carlota en el trono, Luxemburgo se integró como miembro de la C.E.C.A. (Comunidad Europea del Carbón y del Acero) y tras el Tratado de Roma adaptó su modelo agrícola a los nuevos sistemas industriales de infraestructuras en el campo de la producción energética. Guapa, elegante y amante de los diseños de Lanvin, fue una de las soberanas más carismáticas del siglo XX. El «interés de mi pueblo ante todas las cosas», decía.

María II de Portugal

Su vida estuvo marcada por el enfrentamiento entre miguelistas (absolutistas) y pedristas (liberales) en lo que, en el fondo, no era otra cosa que la disputa de un trono que, por herencia, correspondía a María de la Gloria de Braganza. Un conflicto dinástico de marcados tintes políticos. Su historia es una aventura de traiciones que dejó a Portugal sumido en una profunda tristeza tras la muerte de la que los lusos apodaron como «la buena madre». Aunque había nacido en Río de Janeiro en 1819, cuando Brasil formaba todavía parte del vasto Imperio Portugués, en 1834 la joven María hacía su entrada triunfal en Lisboa y era coronada reina de Portugal.

María II de Portugal

María II de Portugal

Su bando acababa de vencer en una enconada guerra civil contra los partidarios de su tío Miguel. Viuda muy joven de Eugenio Beauharnais, nieto de Josefina, quien fuese Emperatriz de los Franceses por unión con Napoleón Bonaparte, contrajo un segundo matrimonio con Fernando de Sajonia-Coburgo. Moría en 1853, poco después de su undécimo parto, a los treinta y cinco años. Llevaba casi dos décadas al frente de la corona portuguesa. Su viudo ocupó la regencia en nombre de su hijo, futuro Pedro V.

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