Picotazos de historia
¿Qué une a la banda de música Pink Floyd con la Segunda Guerra Mundial?
La canción When the Tigers Broke Free dice claramente: «Así fue como el Alto Mando me arrebató a mi padre». Describe el dolor de Roger Waters ante la ausencia de su padre que murió en combate durante la Segunda Guerra Mundial
George Roger Waters (1943). Un nombre que probablemente no signifique nada para ustedes, pero este individuo es un músico británico considerado como uno de los más influyentes del siglo XX. Ahora, si les dijera Pink Floyd, inmediatamente captaría la atención de ustedes, pues pocos desconocen al grupo de rock progresivo que arrasó con su música durante las gloriosas décadas de los setenta y ochenta del siglo pasado. Se calcula que, en total, han vendido cerca de doscientos ochenta millones de discos. Reconocerán ustedes que estas ya son cifras mayores.
En 1977 abandonó el grupo Syd Barrett, quien era el principal vocalista, letrista y guitarra de Pink Floyd. Lamentablemente, su comportamiento había entrado en una fase errática y violenta a consecuencia de su afición a las drogas, lo que propició su salida. Syd Barrett fue sustituido por un joven Roger Waters, que se convertiría en el líder del grupo y principal letrista de las canciones que interpretaría la banda.
Suyas son buena parte de las canciones de los LP: Dark Side of the Moon, Wish You Were Here, Animal, The Wall y The Final Cut. Precisamente es en estos dos últimos LP en donde Waters nos muestra más claramente una tragedia personal que marcó toda su vida. En The Wall (la película) explícitamente se nos muestra el dolor no asumido que representó para Waters la pérdida de su padre cuando apenas contaba cinco meses de edad. La canción When the Tigers Broke Free dice claramente: «Así fue como el Alto Mando me arrebató a mi padre». Es el grito de dolor de un hijo que no llegó a conocer a su padre y cuya ausencia nunca fue mitigada.
Eric Fletcher Waters era maestro de escuela. Toda su vida fue un pacifista convencido, lo mismo que su esposa Mary D. Whyte. Exento del servicio activo por este motivo, solicitó conducir ambulancias como actividad sustitutoria. Pero su visión política mutó. Se volvió un convencido comunista —su esposa también— y deseó tener un papel más activo en la lucha contra el fascismo. Pasó a la escuela de oficiales y de allí fue encuadrado, con el rango de segundo teniente, en la compañía Z del 8º batallón de los Royal Fusiliers (City of London Regiment).
Esta unidad estaba encuadrada en la 167ª brigada que pertenecía a la 56ª división. El batallón había pasado por todos los combates de la costa africana y de la campaña de Sicilia, además de la operación Avalanche (desembarco en la península italiana). El 9 de septiembre de 1943 la 56ª división desembarco al sur de Salerno y las pasó canutas luchando contra la 16ª división panzer. Esta unidad alemana estaba reconstruida, ya que la original había desaparecido en el desastre de Stalingrado, en febrero de ese año.
La 56ª división fue destacada para participar en la Operación Shingle, un desembarco en Anzio con el fin de liberar presión sobre el bloqueado frente de Salerno. Durante la batalla de Anzio ( 22 de enero al 24 de mayo 1944) el teniente Waters se incorporó a su unidad, que protegía el sector sur de la población de Aprilia. La mañana del 17 de febrero un contraataque alemán perforó las líneas en el punto en que se unían los sectores defendidos por los británicos y los americanos. Al día siguiente la compañía Z fue rodeada. Según el informe del teniente coronel J. Oliver Bellasis, comandante del 8º batallón, el teniente Waters murió en combate a las 11:30 de la mañana de ese día 18 de febrero.
Roger Waters vivió toda su vida atormentado porque jamás se encontró el cadáver de su padre. En 2012 se puso en contacto con él, por medio de su representante, un veterano del 8º batallón llamado Harry Schindler. El anciano le remitió documentación que obraba en su poder y le explicó que estuvo en la posición defendida por su padre y que conocía el lugar donde cayó, pero no donde yacía. El 17 de febrero de 2014, al sur de la población de Aprilia, en la región de Lacio, donde un día hubo trincheras, barro y sangre, Roger Waters y el veterano de 96 años Harry Schindler inauguraron un monumento a la memoria de los caídos del 8º batallón. Waters declaró después que por fin sentía que su padre estaba en paz.