El emotivo homenaje en Irlanda a los marinos de la Armada Invencible con la presencia del AJEMA
Más de mil cruces de madera clavadas en la arena recordaban el número de marinos españoles de la Gran Armada que murieron ahogados o a manos de los ingleses en aquella playa del oeste de Irlanda
Banderas con la cruz de Borgoña, de España y de varias comunidades autónomas ondeando a lo largo de la calle principal es lo primero que se ve al entrar en Grange, un pueblo de poco más de 500 habitantes del oeste de Irlanda (Condado de Sligo). Al final de la calle hay dos murales con dibujos de galeones españoles en medio de una tormenta, en uno de los restaurantes vendían una hamburguesa llamada «Francisco de Cuellar», y en el pub tenían una cerveza con el nombre de Lost Armada. Todo este panorama se debe a que en Grange se celebra cada septiembre desde hace varios años el Remembering Armada, un festival para honrar a los marinos de la Armada Invencible que naufragaron en ese lugar el 21 de septiembre de 1588.
Entrevista Pedro Luis Chinchilla, investigador
«En un solo día náufragos de la Armada Invencible fueron lanceados o decapitados y enterrados en una fosa común»
A lo largo del fin de semana, Grange se volvió a llenar, como cada año, de españoles llegados de todas partes de la isla Esmeralda, y muchos otros de distintas regiones de España, que se sumaron a los irlandeses para descubrir a través de conferencias, visitas guiadas, música y recreaciones del Tercio Irlanda –un grupo de irlandeses vestidos de época– cómo fue la historia del naufragio de la La Lavia, La Juliana y La Santa María de Visón, que acabaron hundiéndose en la playa de Streedagh por culpa de una tempestad, «jamás vista, porque en espacio de una hora se hicieron todas tres naos pedazos, de las cuales no se escaparon más de 300 hombres», según dejó escrito el capitán Francisco de Cuellar, uno de los pocos supervivientes. Y cinco siglos después, la Armada regresó a la región para unirse a la conmemoración, como lleva haciendo varios años. Por esas mismas aguas llegó el remolcador de altura Carnota, un nuevo buque que atracó en el puerto de Kellybegs, A bordo se concedió condecoración de La Orden del Mérito Civil a Pedro Luis Chinchilla, que lleva casi diez años recuperando la memoria de los marinos de la Gran Armada que acabaron en Irlanda.
La unión entre irlandeses y españoles en recuerdo de 1100 marinos españoles
La playa de Streedagh se convirtió en el centro de los homenajes. Las nubes y el viento típico de la región sustituyó el sol de los días anteriores. Más de mil cruces de madera clavadas en la arena recordaban el número de hombres que murieron ahogados o a manos de los ingleses.
Desde ese punto empezó una procesión, encabezada por músicos de la Unidad de música del Tercio del Norte, y por autoridades locales y nacionales irlandesas, entre ellas, el comandante del Servicio Naval Irlandés, el Comodoro Michael Malone, y por la parte española, el embajador de España en Irlanda Ion De la Riva, el Almirante Jefe de Estado Mayor de la Armada (AJEMA), el Almirante General Antonio Piñeiro Sánchez, que era la primera vez que acudía, lo que muestra la importancia que se da desde la Armada a este evento que organizan los irlandeses a través de la entidad local Spanish Armada Ireland. También formaba parte de delegación el Comandante del buque multipropósito Carnota, Fernando Mariño Moreira, seguido por parte de su dotación y otras autoridades. Tras ellos se dibujó una estela de estandartes magentas con símbolos de olas invertidas acompañados por una hilera de locales y visitantes.
La comitiva dejó la playa atrás y llegó hasta el memorial donde ondea todo el año una bandera blanca con la cruz de borgoña de la casa de Austria, en medio de un extenso campo verde donde pastan las típicas ovejas de la isla. En la pequeña plataforma con forma de proa, unos niños de las escuelas locales realizaron un pequeño teatro sobre la historia del naufragio, y poco después todos los presentes pudieron disfrutar de un solo de guitarra española. Una muestra de sintonía entre ambas naciones, en la que por parte de la Armada «solo podemos apoyar con nuestra presencia este homenaje y agradecer de todo corazón lo que esta buena gente celebra cada año, solo podemos darles nuestras más emocionadas gracias», según apuntó el AJEMA durante su intervención.
Al final del acto el embajador y el Almirante General Antonio Piñeiro inauguraron un nuevo monolito que se suma al resto del memorial. Aunque el momento más emotivo fue el homenaje a los caídos, con la tradicional ofrenda floral mientras la banda tocaba La muerte no es el final, que en ese enclave concreto tomaron, si cabe, un significado mucho más elevado. A la mañana siguiente, el Carnota puso rumbo a Ferrol, pero antes realizó una pasada por la playa de Streedagh para hacer un último homenaje a los caídos de la Armada Invencible con una corona floral que lanzaron al mar con todos los honores.