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27 de septiembre de 2024

Galeazzo Ciano y Benito Mussolini pasan revista a una unidad militar a la vuelta de Ciano a Italia desde el África Oriental Italiana (1936)

Galeazzo Ciano y Benito Mussolini pasan revista a una unidad militar a la vuelta de Ciano a Italia desde el África Oriental Italiana (1936)

Dinastías y poder

Del poder absoluto al paredón: el trágico destino del conde Ciano, yerno de Mussolini

Ministro de Asuntos Exteriores, su matrimonio con Edda Mussolini en 1930 lo convirtió en alguien de plena confianza para el dictador, pero a pesar de su influencia, su vida terminó abruptamente: fusilado por orden de su propio suegro

Galeazzo Ciano fue, durante años, una de las figuras más poderosas del régimen fascista italiano. Yerno de Benito Mussolini y ministro de Asuntos Exteriores, su matrimonio con Edda Mussolini en 1930 lo convirtió en alguien de plena confianza para el dictador. Ciano fue uno de los principales artífices del eje Berlín-Roma, alianza crucial para el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Pero, a pesar de su influencia, su vida terminó abruptamente: fusilado por orden de su propio suegro. ¿Cómo se llegó a este trágico desenlace? El relato de su nieto, Fabrizio, publicado con el sugestivo título Cuando el abuelo hizo fusilar a papá, revela el giro del destino que llevó a la ejecución de Ciano. Además, el propio conde dejó escritas sus vivencias en un polémico diario.

El conde Galeazzo Ciano, ministro de Asuntos Exteriores y yerno de Mussolini, en su despacho del Palazzo Chigi, Roma, en 1937

El conde Galeazzo Ciano, ministro de Asuntos Exteriores y yerno de Mussolini, en su despacho del Palazzo Chigi, Roma, en 1937

Ciano era el candidato perfecto para casarse con Edda, la primogénita de Mussolini, quien, según se dice, era su hija favorita por su carácter indomable. Pero debía amansar su personalidad y mostrarse como ejemplo para la juventud italiana. Galeazzo podría resultar el esposo ideal. Hijo de uno de los hombres de confianza de Mussolini, almirante de la Regia Armada y veterano de la guerra ítalo-turca y la Gran Guerra.

Por sus méritos en la contienda había recibido del rey Víctor Manuel de Saboya los títulos de conde de Cortellazzo y Buccari. Ennoblecido sin mucho fuste, su hijo, los heredaría algún día. Además, se había licenciado brillantemente en Derecho por la Universidad de Roma, en 1925, con posteriores puestos como diplomático en Brasil, China, Argentina y facilidad para los idiomas. A sus 26 años, acababa de ser nombrado secretario de la Embajada de Italia en el Vaticano mientras que su padre ejercía como flamante ministro de Comunicaciones. Era también un convencido nacionalista, de aspecto apuesto y con aires de grandeza.

Edda era rebelde, pero no rechistó. La boda se celebró en abril de 1930, en una fabulosa ceremonia en la Basílica de San José. La novia vestía traje de raso blanco. Él, deslumbrante chaqué. Y todo con el beneplácito de los reyes, Víctor Manuel y Margarita. También de Gabriel d´Annunzio, príncipe de los poetas.

Ciano (extremo derecha) junto a (de derecha a izquierda) Benito Mussolini, Adolf Hitler, Édouard Daladier y Neville Chamberlain antes de la firma del Acuerdo de Múnich

Ciano (extremo derecha) junto a (de derecha a izquierda) Benito Mussolini, Adolf Hitler, Édouard Daladier y Neville Chamberlain antes de la firma del Acuerdo de Múnich

Pasaron los primeros años lejos de Italia, en Shanghái y Pekín, para volver a Italia en 1934, con Galeazzo como subsecretario de Prensa. Su gran debut en la diplomacia consistió en organizar el encuentro en Venecia entre Mussolini y Hitler. La primera vez que se veían las caras. Junio de 1934. ¿Eran todavía maestro e imitador? Porque Italia se vendía como garante de la independencia austriaca, desconociendo lo que vendría después. Poco más tarde, el conde Ciano fue nombrado ministro de Cultura. Apoyó incondicionalmente la invasión de Etiopia en una nueva muestra de las políticas expansionistas imperantes. Aquello le valió la designación como miembro del Gran Consejo Fascista, el organismo rector de Italia. El mismo que terminó votando la destitución de Mussolini una década después. Los veteranos del movimiento, siempre lo miraron con recelo.

Galeazzo llegó a ministro de Asuntos Exteriores en 1936, en la misma fecha en la que von Ribbentrop, su posterior homónimo alemán, ejercía como Embajador en Londres. Acababa de comenzar la guerra civil española y se mostró como un firme partidario de la intervención. Franco y Ciano se entrevistarán en Málaga y en San Sebastián en 1939, a un mes y poco del comienzo de la Segunda Guerra Mundial.

Ciano llega a Albania en abril de 1939

Ciano llega a Albania en abril de 1939

¿Fue Ciano uno de los responsables en la mejora en las relaciones ítalo-germanas? Todavía estaba abierta la cuestión de los Sudetes pero Mussolini miraba con fascinación a su antaño aprendiz y apenas mostró discrepancias con los acuerdos de Múnich o la ocupación alemana de Austria. Ahora Italia reclamaba territorios y el conde impulsó la ocupación de Albania: si Hitler tenía Checoslovaquia, Italia se haría con Albania para incorporarla al Imperio. Ciano, el yerno de Mussolini, estaba en la cúspide de su popularidad. Tenía mucho poder y las fotografías del matrimonio –Eda y Ciano– ocupaban muchas páginas de las revistas de sociedad, aunque no siempre se llevasen bien. Junto a ellos, sus tres hijos, Fabrizio, Marzio y Raimonda.

El desastre de la invasión de Grecia, las derrotas de los efectivos italianos en la URSS y el norte de África enturbiaron la relación paterno-filial que se había fraguado entre ellos. Empezaron las conspiraciones, los temores a una inminente derrota. Algunas de las voces que cuestionaban al duce querían restaurar las funciones del monarca y del Parlamento. El conde Ciano apoyó esa propuesta: Italia cambiaba de bando y Mussolini arrestado, era sustituido por el mariscal Badoglio.

Juicio a Ciano en Verona, 1944

Juicio a Ciano en Verona, 1944

El resto de la historia es conocida. Un comando de paracaidistas alemán rescató a Mussolini en una estación de esquí y este proclamó la República Social Italiana de Saló. Ciano y Edda, con sus hijos, trataron de huir a España desde Alemania. Pero su plan fracasó. El antiguo favorito era ahora reo de alta traición. Pidió clemencia, pero la petición nunca llegó a destino. Gaelazzo, el conde Ciano, moría fusilado el 11 de enero de 1944. «Has dejado de ser mi padre» escribió Edda.

Edda se marchó a Suiza. Durante un tiempo estuvo con sus hijos refugiada en un convento cercano a Lugano. Regresó a Italia en la postguerra, con una vida bastante modesta. Gracias a Edda Mussolini lograron salvarse los Diarios del conde Ciano, cuestionados pero interesantes para conocer la política de aquel tiempo. Ella también escribió su autobiografía, Mi testimonio, publicado en 1975 y con el que rompía un silencio de décadas.

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