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Douglas Bader

Douglas Bader

Picotazos de historia

Douglas Bader, el 'as' sin piernas de la aviación

Bader tuvo un accidente de aviación el 14 de diciembre de 1931. Durante una arriesgada maniobra la punta del ala de su aparato rozó el suelo. Cuando se despertó estaba en el Royal Berkshire Hospital y le habían amputado ambas piernas

El Group Captain (equivalente a un coronel en las fuerzas aéreas británicas) Sir Douglas Robert Steuart Bader fue una leyenda de la aviación británica, así como un héroe de guerra con 22 derribos confirmados, cuatro compartidos, seis probables y 11 dañados, no abatidos. Pero lo más notable de este aviador, de este 'as' de la aviación aliada, es que consiguió ser aceptado en la RAF y alcanzar ese número de victorias, antes de ser derribado, careciendo de piernas. Y es que Bader tuvo un accidente de aviación el 14 de diciembre de 1931. Durante una arriesgada maniobra la punta del ala de su aparato rozó el suelo. Cuando se despertó estaba en el Royal Berkshire Hospital y le habían amputado ambas piernas. Una por encima de la rodilla, la otra por debajo.

Con una férrea voluntad, Douglas Bader luchó por recuperarse. A pesar del intenso dolor, durante un tiempo se vio obligado a tomar morfina para soportarlo, en pocos meses pudo ponerse las primeras prótesis. Con el tiempo pudo conducir su coche, jugar al golf e, incluso, bailar. Cuando la tensión política hacía más que probable que se desatara un conflicto, Bader se ofreció como voluntario señalando su pertenencia previa a la RAF y su experiencia de vuelo. Hacía ocho años de su accidente y no había volado desde entonces. La RAF reconoció el valor de su experiencia, pero le ofreció un trabajo de despacho. Bader rechazó la oferta y se presentó a los cursos de adaptación superando los exámenes de pilotaje. Lo hizo brillantemente.

En enero de 1940 fue asignado al 19º escuadrón con base en Duxford, cerca de Cambridge. Dio un resultado tan bueno que, en junio de ese año, se le puso al mando del 242º escuadrón. En marzo de 1941 fue ascendido a jefe de Ala (equivalente a un teniente coronel), teniendo bajo su mando a los escuadrones 145º, 610º y 616º. El 9 de agosto de ese año sería derribado cerca de la población francesa de Blaringhem (región Norte- Paso de Calais). Bader perdió ambas prótesis. Una se quedó en el avión cuando saltaba y la otra se rompió al impactar contra el suelo (hace unos años la encontraron durante una excavación).

Bader sentado en el medio en Colditz

Bader sentado en el medio en Colditz

Fue enviado al hospital de Saint Omer para recuperase de sus heridas. Cuando el 'as' alemán Adolf Galland se enteró que estaba ingresado envió un coche a recogerle y le organizaron la gran juerga en su honor, en la base alemana donde estaba Galland. Douglas comentó al alemán que en su apartamento de Londres tenía un par de prótesis de repuesto y si había alguna posibilidad de organizar el envío. Galland, quien tenía verdadero afecto y admiración por Bader, se puso manos a la obra y consiguió establecer contacto con radio con los ingleses. El 19 de agosto los ingleses accedieron a enviar las prótesis. Lamentablemente aprovecharon la ocasión para bombardear la base alemana. A esto se le denominó en clave Operación Leg ( pierna en inglés).

Internado en diferentes campos de prisioneros nunca dejó de intentar fugarse o de facilitar la fuga de sus compañeros. Se convirtió en un verdadero incordio, al punto que decidieron su internamiento en la famosa prisión Oflag IV-C, situada en el castillo de Colditz, en Sajonia. Tal vez el más famoso de los campos de prisioneros de guerra en Alemania y del que se han escrito libros, películas, series de televisión e, incluso, juegos.

Hay innumerables anécdotas sobre la vida de Bader, era una personalidad muy vital, expansiva y explosiva. Su amistad con el As alemán Adolf Galland duró el resto de su vida. Una vez le preguntaron como es que era tan amigo del alemán. «Nos conocimos cuando tratábamos de matarnos el uno al otro. La cosa no podía empeorar», respondió. Una vez Galland le invitó a hablar en una reunión de antiguos pilotos de la Luftwaffe. Abrió su discurso con las siguientes palabras: «¡Dios mío! No tenía ni idea de que habíamos dejado vivos a tantos bastardos de vosotros». Le aplaudieron a rabiar.

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