El único ciudadano español que trabajó masivamente en la propaganda de los Aliados en la II Guerra Mundial
El Museo Valenciano de la Ilustración y de la Modernidad acoge hasta el próximo 16 de febrero una exposición con las ilustraciones de Mario Armengol, caricaturista de la gran contienda
Mario Armengol fue, según declaró el responsable de Cultura de la Diputación de València, el diputado Paco Teruel, «el único ciudadano español que trabajó masivamente en la propaganda de los aliados durante la Segunda Guerra Mundial». Ahora, sus ilustraciones recuperan el protagonismo en una exposición disponible hasta el 16 de febrero en el Museo Valenciano de la Ilustración y de la Modernidad (MuVIM), donde se podrán ver una serie de caricaturas de Adolf Hitler que el Gobierno británico de Winston Churchill encargó al español.
Bajo el nombre Tinta contra Hitler, el MuVIM recoge 150 obras que constituyen una de las mayores muestras de dibujos originales de la segunda contienda mundial jamás organizada en Europa. Detrás de esta exposición se encuentra el periodista y escritor Plàcid Garcia-Planas y el historiador Arnau González i Vilalta quienes vieron necesario revelar este retrato de la Segunda Guerra Mundial desde la óptica de la propaganda aliada.
Estas ilustraciones «son un auténtico tesoro de la historia europea y mundial, llenos de reflexiones que, ochenta años después, todavía son actuales», según indican los comisarios.
«Armado primero de fusil y después de tinta»
Este artista catalán demostró ser un soldado poco diestro con las armas, por lo que pronto cambiaría el fusil por el lápiz y el pincel. En este sentido el director el MuVIM, Rafa Company, dijo en la presentación de la exposición que Mario Armengol fue como un soldado que, «armado primero de fusil y después de tinta», puso todo su talento e ingenio «en el lado correcto de la Segunda Guerra Mundial», dejando así «muchos retratos de Adolf Hitler, aquel dirigente repleto de odio que sedujo a la propia sociedad hasta la degradación colectiva» para la posteridad.
Casi toda su producción artística se desarrolló en Inglaterra donde trabajaría para el Ministerio de Información británico para el que realizó numerosas caricaturas políticas protagonizadas por el führer y otros dictadores fascistas que se publicaban en el Daily Mail y el Daily Telegraph, así como en diarios estadounidenses como por ejemplo el Chicago Sun o el Boston Globe, entre otras cabeceras.
Su obra completa está compuesta por 2.000 ilustraciones pensadas para «combatir el innegable poder de atracción de la esvástica como símbolo del nazismo», detalla la institución en un comunicado oficial donde describe el estilo del artista como «avanzada estéticamente a su época». No en vano, en la muestra se podrá ver una viñeta en el que Armengol plasma en blanco y negro el idilio de Hitler con una parca ataviada con una máscara antigás, entre otras. «Cuando [Armengol] dibuja, su arma es la pluma», afirma el historiador Arnau Gonzàlez i Vilalta.
En 2021 llegó, a modo de «regalo de Navidad», este valioso legado del caricaturista según relata Plàcid Garcia-Planas en el diario La Vanguardia, del que es reportero de guerra. Las 150 caricaturas que se podrán ver en la exposición provienen «de dos colecciones, la más grande estaba en Sabadell y la otra, más pequeña, estaba en Inglaterra», aclaró el periodista durante la presentación de la exposición a principios de este mes.
Estas viñetas que ven la luz por primera vez después de tantos años reflejan «una tensión humana y política que nos interpelan hoy en día sobre los límites del humor» ante una guerra devastadora que se cobró la vida de decenas de miles de personas, subrayan los comisarios.
La exposición, que se organiza temáticamente con propósito pedagógico, se enriquece con una pequeña muestra de monedas que llevaban en el bolsillo los soldados que sufrieron aquella guerra: una aportación que se adentra en la difusión masiva de símbolos que las caricaturas exhibidas querían destruir o defender, según indica la institución.
Con todo ello, la muestra pone en valor la hasta ahora desconocida obra del artista gracias al empeño de sus descendientes, que han sido custodios de los originales. Según afirmó Amador Griñó, jefe de Exposiciones del MuVIM, el dibujante catalán «deja de ser un desconocido en nuestras latitudes, o prácticamente un desconocido para el gran público, para volver a entrar en la historia gráfica española y europea con una excelente exposición y un extenso catálogo que, gracias a la labor de investigación y reflexión de los comisarios, no solo muestra los dibujos, sino que los analiza y disecciona de forma precisa».