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Juan Miguel Zunzunegui, académico, historiador y escritor mexicano

Zunzunegui: «Ninguno de mis detractores me escribe en quechua, aimara, maya o náhuatl, lo hacen en español»

«¿Quieres encontrar el oro que sacaron los españoles? Vete al centro de tu ciudad porque ahí está Hispanoamérica», es la respuesta de Zunzunegui a los que afirman que España robó el oro

Juan Miguel Zunzunegui es historiador, académico y divulgador mexicano. Es doctor en Humanidades, licenciado en Comunicación y un gran experto en filosofía, religiones y materialismo histórico. Ha publicado más de 20 libros y tiene cerca de un millón de seguidores en sus redes sociales, donde habla, entre otros temas, de la historia de la América española. Acaba de regresar a España para hablar de cuando Juntos fuimos Imperio, una conferencia sobre la Hispanidad que ha organizado la fundación Rafael del Pino y la asociación Unidos por la Historia.

Preguntamos al historiador sobre ese concepto de Hispanidad, la importancia del relato histórico, el legado español en América y cómo afectará la llegada de Trump a la Casa Blanca para los hispanos que viven en Estados Unidos.

— Usted ha dicho que sueña en español, ¿Cómo está la situación en América... Sueñan más en español o en inglés?

— Pues es muy complejo. Justo lo estaba pensando ayer. Y el problema es que soñamos en español porque literal no hay otra, es la lengua que hablamos. Pero soñamos en español un mundo construido en inglés. Soñamos en español en una globalización construida por los anglosajones. Lo que ya no hacemos es soñar en español nuestra propia civilización, nuestra propia cultura y nuestros propios conceptos. Es un poco inevitable, ¿no? El inglés ha dominado el mundo, pero tampoco se trata de pelearte con el inglés, se trata de no menospreciar todo lo que se ha logrado en español.

— A pesar de hablar en español ¿Por qué tantos reniegan de sus orígenes hispanos/españoles?

— Yo creo que eso es por la pésima educación que nos dan. Es algo con lo que me enfrento a diario en México. Hace poco recibí una de estas mentadas de madre: «Es que tú trabajas para los españoles…». Lo firma Juan de la Cruz. Este nombre en español, con esta connotación tan católica está enojado conmigo por hablar bien de la Hispanidad. ¡A dónde hemos llegado! Ninguno de mis detractores me escribe en quechua, aimara, maya o náhuatl, lo hacen en español.

Soñamos en español en una globalización construida por los anglosajones

Creo que lo que tienen los hispanos de Estados Unidos y de toda América hispana es mucha frustración, enojo y rabia, porque no hemos construido un mundo bonito en los últimos 200 años. El hispano que se marcha a Estados Unidos es muy raro, porque nos han educado para despreciar mucho a España, pero también para odiar a Estados Unidos. Y al final no tengo más remedio que ir a Estados Unidos a trabajar porque donde yo vivo no puedo vivir. Y eventualmente Estados Unidos te permite vivir mejor que de donde sea que hayas salido. Y eso, en lugar de que te haga sentir agradecimiento por Estados Unidos, te hace sentir más rabia. Cuando tienes a gente con esa rabia, con esa frustración, con esa ira, es bien fácil venderles discursos en contra de quien sea. El problema siempre seguirá siendo que mientras tu discurso anti-hispanidad o antiespañol lo digas en español, pues solo estarás enojado contigo mismo.

— ¿Cómo puede afectar el resultado de las elecciones norteamericanas a un cambio en el relato histórico de esa Hispanidad?

— No creo que vaya a cambiar nada. A mí me encanta ver a la gente preocupadísima porque ganó Trump, pero el muro que tenemos hoy en día lo construyeron Clinton y Obama. Los demócratas, no los republicanos. A México siempre le ha ido mejor cuando ganan los republicanos, no los demócratas, sin embargo, amamos a los demócratas, que son los que nos ponen un muro, son los que peor nos tratan. Lo de Trump sí nos puede dar una ventaja, porque el discurso de Kamala Harris es integrador. Habría que decirle al hispano que no crea que porque una mujer afrodescendiente y asiático descendiente llegue al poder va a tomar en cuenta al hispano. Eso no va a pasar nunca. En cambio, Trump habla tanto en contra de lo hispano que te da un enemigo común. Con Trump y su narrativa en el poder es el momento perfecto para decirle a esos 40 millones de hispanohablantes en Estados Unidos que por separado no son nadie y este hombre los puede aplastar, pero si son una sola cosa y se unen, los necesitará. Y la única forma en que tienen todos ustedes de ser la misma cosa es entender que todos son hispanos.

— Los hispanohablantes norteamericanos se perciben como latinos. Entonces, ¿Cómo debemos llamarlo Latinoamérica, hispanoamericana?

— Para mí es muy claro que es Hispanoamérica, lo que pasa es que se popularizó Latinoamérica y otra vez es parte de una batalla cultural. Es el nombre que le da Napoleón III al continente y es el nombre que le da como una narrativa de legitimidad porque quiere conquistarlo. Y lo que yo no me canso de repetirle a los hispanoamericanos es que no hablas latín, no eres romano y tu cultura no es latina. Hablas español y tu cultura es hispana. Entonces dicen: «no, pero es que es Latinoamérica, porque eso integra a Canadá, a Brasil y Haití». Y dices: como humanidad todos somos lo mismo, pero en serio, mexicanos, colombianos, peruanos, ecuatorianos, ¿Qué tenemos que ver con Quebec, con Haití, con Brasil? Muy poco, ¿Qué tenemos que ver entre nosotros? Mucho. ¿Por qué? Porque somos hispanos. Pero la batalla cultural tiene que empezar justo por el nombre y nuestro nombre no debe ser determinado por el otro, que es el que nos dice Latinoamérica, sino por nosotros. El término latino se ha usado de manera despectiva en Estados Unidos por lo menos los últimos 20 años, por eso creo que es un muy buen momento de popularizar el término hispano y quitarle esa connotación.

— ¿Cómo definiría usted la Hispanidad?

— Por Hispanidad entendería toda la cultura que se desarrolla en la Hispania romana, que ahí sí podríamos llamar latina. En esa Hispania latina se desarrolla toda esta cultura romana que incluye el derecho romano, la ética, la moral, la filosofía estoica y hasta la forma de construir ciudades y los acueductos. Todo eso Roma lo reproduce en la península Ibérica. Después, la llegada de los musulmanes reafirma esa hispanidad. Toda esa cultura que es judeocristiana y grecorromana viaja a América gracias a España y se convierte en lo que es la América hispana. Y eso es la Hispanidad.

— ¿En qué se ve hoy ese legado español y esa mezcla a la que conocemos como Hispanidad?

— Ahora que está el tema de las disculpas, en México les digo: ¿de verdad quieres encontrar el oro que sacaron los españoles? Vete al centro de tu ciudad porque ahí está, en América. Cada ciudad de México te habla de Hispanidad, la propia Ciudad de México, Puebla, Querétaro, Guadalajara, Zacatecas, San Luis de Potosí, Morelia. A cualquier ciudad que vayas de México te encuentras una catedral, retablos barrocos, colegios mayores, universidades, acueductos, arcos de medio punto, procesiones, trajes típicos mexicanos que vienen de Salamanca o es de origen andaluz. España está en todos lados en América.