Esta es la obra de ingeniería que cambió el comercio y la política mundial
Los ataques hutíes en el mar Rojo y la inestabilidad en la región han provocado que se reduzca en un 55 % el tránsito comercial en el canal de Suez en 2024
Piratas, ataques hutíes, accidentes de cargueros y una pandemia global han hecho que el comercio marítimo que atraviesa el canal de Suez se resienta. Esta situación aumenta todavía más la importancia geoestratégica de este canal artificial. Con sus más de 190 kilómetros de largo, conecta desde el siglo XIX el mar Mediterráneo con el mar Rojo, por lo tanto, Europa con toda Asia. Antes de su existencia los barcos tenían que circunnavegar África para alcanzar los puertos del oriente. No es exagerado decir que esta nueva ruta revolucionó el comercio internacional y se convirtió en un punto crítico y de interés estratégico para varias potencias de la región y también europeas, que competían por controlar su acceso.
La construcción del canal empezó en la era de los inventos, las revoluciones y los cambios tecnológicos, es decir, el siglo XIX. En concreto, en el año 1859. Se calcula que un millón de trabajadores egipcios participaron en las obras, muchos de ellos forzosos. Por entonces, Egipto formaba parte del Imperio otomano sobre el papel, aunque cada vez era más independiente bajo el gobierno de Muhammad Sa'id Pasha, valí de Egipto y Sudán desde 1854 hasta 1863.
Las obras duraron diez años, que son pocos si se tiene en cuenta que el uso de excavadoras mecánicas fue limitado y gran parte de la excavación inicial se realizó con palas, azadas y traslado en carretas de la tierra. La inauguración del canal marcó un antes y un después para la historia de Egipto, pero también se convirtió en el blanco de ambiciones coloniales, en particular de Reino Unido y Francia, que buscaron desde el principio hacerse con el control del canal.
En 1875, Reino Unido amplió su influencia en la región al adquirir una participación mayoritaria en la Compañía del Canal de Suez, que utilizó para aumentar la seguridad y el comercio británico hacia su joya colonial, la India. En esa época, los ingleses tenían una presencia destaca en Oriente Medio, que controlaron mediante las nuevas tecnologías como el ferrocarril entre Alejandría y El Cairo, la primera red de cables submarinos de telégrafo que conectaron la metrópoli con sus territorios coloniales, de Londres a Nueva York pasando por Nueva Delhi. Así, el canal se convirtió en un eje geopolítico que afectaba a las políticas coloniales y que ya entrado el siglo XX fue determinante durante las dos guerras mundiales y los diferentes conflictos árabes.
La crisis del canal de Suez
Uno de los momentos más tensos del canal ocurrió en 1956, cuando el presidente egipcio Gamal Abdel 160209 decidió nacionalizar sectores y compañías estratégicas de la nueva nación. Como era de esperar, la medida de nacionalizar el canal de Suez desencadenó una respuesta militar directa por parte de tres países con intereses en zona: Reino Unido, Francia e Israel.
La intervención pasó a la historia como la Crisis del Canal de Suez, también conocida como Segunda Guerra Árabe-Israelí. ¿Por qué? El plan consistía en que Israel invadiría la península del Sinaí, y así Francia y Reino Unido tendrían un pretexto para tomar el control del canal desplegando una fuerza de paz en la región, que evitaría un supuesto enfrentamiento con los egipcios. El 29 de octubre el plan se puso en marcha, fuerzas israelíes avanzaron por el Sinaí mientras británicos y franceses ocuparon parte del canal y bombardeaban posiciones en Egipto.
La respuesta internacional fue rápida y contundente. En plena Guerra Fría, la Unión Soviética, que apoyaba a Egipto, amenazó con represalias, mientras Estados Unidos condenó la intervención y amenazó a los tres países con sanciones económicas. A los pocos días las tropas franco-británicas e israelíes se retiraron, lo que supuso una victoria para Nasser y el mundo árabe.
Al mismo tiempo, reforzó la idea de que el canal era un lugar de interés mundial y debía estar alejado de intereses particulares. Hoy el Canal de Suez no ha perdido esa importancia, y en los últimos años el interés internacional por mantenerlo se ha incrementado. En torno al 12 % del comercio global pasa por el canal actualmente, y 24.000 barcos lo cruzaron en 2022, batiendo su propia marca de tránsito anual. Su valor también está en su fragilidad, que se demostró un año antes cuando el portacontenedores Ever Given bloqueó el canal durante seis semanas y provocó una crisis global de suministros sin precedentes.