Arqueólogos españoles hallan en Egipto 52 momias de las cuales 13 tenían lenguas de oro
El equipo de expertos de la Universidad de Barcelona asegura haber encontrado «restos únicos, que permiten profundizar en el conocimiento sobre las prácticas funerarias, la vida religiosa y la actividad monástica del antiguo Egipto»
La Misión Arqueológica de Oxirrinco (Egipto), liderada por el Instituto del Próximo Oriente Antiguo de la Universidad de Barcelona (Ipoa-UB), ha descubierto 52 momias del periodo ptolemaica, 13 de las cuales tenían lenguas de oro en la boca; así como otros hallazgos de relevancia histórica y arqueológica «excepcional».
«Las excavaciones, llevadas a cabo entre noviembre y diciembre de 2024, han puesto al descubierto restos únicos, que permiten profundizar en el conocimiento sobre las prácticas funerarias, la vida religiosa y la actividad monástica del antiguo Egipto», según informó la UB.
El descubrimiento de las lenguas de oro en las bocas de algunas de las momias indica que eran un símbolo de preparación para el más allá. Los arqueólogos han destacado el caso de una momia que presentaba dos lenguas de oro, y otra, una plaquita también de oro que decoraba sus uñas.
Por otro lado, en el mismo yacimiento se han recuperado objetos de gran valor, como un escarabajo de corazón en la posición original, amuletos con figuras de divinidades egipcias como Horus, Thot e Isis y una terracota del dios Harpócrates.
Las excavaciones también han revelado la estructura de un sepulcro de época ptolemaica que contenía unas 300 momias. Esta tumba, con tres cámaras funerarias y techo de bóveda, sobresale por las paredes decoradas con textos y escenas policromadas que representan rituales funerarios y figuras divinas como Anubis, Osiris, Atum y Nut. Además, se han descubierto cuatro sarcófagos de piedra caliza en este mismo contexto.
Otro de los grandes avances de la campaña ha sido la reactivación de las excavaciones en el monasterio copto de San Ciriaco, una basílica cristiana datada entre los siglos V y VII. Esta construcción, de grandes dimensiones y ricas decoraciones en sicomoro (un tipo de ficus), «ofrece nuevas claves para comprender el movimiento monástico en Egipto durante los primeros siglos del cristianismo, así como el papel económico y administrativo de los monasterios en ese periodo», destacó la UB.
La misión, codirigida por las doctoras Esther Pons y Maite Mascort, contribuye a enriquecer el patrimonio arqueológico egipcio y ofrece «nuevas perspectivas» sobre las prácticas rituales y creencias de la época ptolemaica y romana.