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Una de las tumbas encontradas en Santa Cristina d'AroACN

Hallan en Gerona restos de un individuo de la Edad Media de más de 1,85 metros de altura

Los arqueólogos indican que durante este periodo los hombres apenas alcanzaban los 1,65 metros

Un equipo de arqueólogos ha descubierto en torno a la basílica paleocristiana de Santa Cristina d’Aro (Gerona) los restos de un individuo de la Alta Edad Media que superaba una altura de 1,85 metros; una talla «absolutamente excepcional» para la época: los hombres apenas alcanzaban los 1,65 metros en dicho periodo, según ha indicado la directora de la excavación, la arqueóloga Esther Medina.

Asimismo la arqueóloga ha destacado que el hallazgo está vinculado a «una época muy poco conocida, con pocas manifestaciones materiales de la vida de la sociedad», a lo que se suma esta excepcionalidad de la altura de uno de los difuntos y el descubrimiento de un horno de etapa anterior bajo las tumbas.

El yacimiento arqueológico de este espacio, catalogado como Bien Cultural de Interés Local (BCIL) y nivel de protección integral, se remonta a los años 60 del siglo pasado con la construcción de la urbanización Serra-Sol, en una zona verde a unos doscientos metros de la actual iglesia de origen románico que sustituyó a la antigua a partir del siglo X.

En los trabajos de excavación se han documentado hasta ahora 37 tumbas de tipología y conservación diversa que, a falta del estudio definitivo, se sitúan en época de la Alta Edad Media y la Antigüedad tardía. Al principio se evidenciaron diferentes fases constructivas del templo y 13 tumbas y, a raíz de un convenio en 2007 con la Universidad de Gerona, se alcanzaron las 27.

En la campaña de 2021 se consolidaron y reintegraron 25 y, este año, los trabajos se han centrado en la documentación arqueológica con el objetivo de musealizar el yacimiento, a la vez que se ha detectado una docena de tumbas inéditas adicionales.

Los restos humanos se encuentran en varios estados de conservación y, en los casos en que se preservan restos óseos, se localizan individuos completos en conexión anatómica.

Los cuerpos están preferentemente dispuestos con la cabeza situada a poniente y mirando a levante y hay presencia de otros huesos atribuibles a más individuos, lo que probaría la reutilización de las tumbas con un arreglo previo del continente funerario.

El hallazgo de los restos de un hombre de altura excepcional se produjo tras encontrar una tumba de grandes dimensiones que alcanzaba los 2,20 metros. Los arqueólogos creyeron que la caja había sido modificada para albergar a varios individuos –podría explicarse por hipotéticas relaciones de consanguinidad entre ellos–, pero no apreciaban en ella reformas estructurales.

Una vez medido uno de los fémures, se constató que la persona inhumada tenía una altura de entre 1,80 y 1,85 metros o, incluso, algo más. Finalmente, los expertos creen que fueron las dimensiones del individuo las que condicionaron la construcción de un continente funerario tan grande.

«Las poblaciones de la Alta Edad Media son poco conocidas, pero podemos afirmar que se trata de una altura excepcional, teniendo en cuenta las deficiencias nutricionales y de salud de esa época», asegura Esther Medina.

En este yacimiento se han encontrado otros restos de personas que medían 1,70 metros, lo que para Medina «abre una doble posibilidad, ya puede significar que eran individuos que se alimentaban muy bien, porque tenían un desgaste dentario muy grande, o que había gente de fuera, pero para ello se necesitaría el ADN y es caro y muy complicado de demostrar».

En estos últimos trabajos, que empezaron en diciembre y acabarán en febrero, también destaca el hallazgo de restos de un horno artesanal o preindustrial con material cerámico por debajo de dos tumbas, «que muestra que en los siglos VI y VII, antes de ser una zona religiosa, aquí hubo una ocupación que nada tenía que ver con la religión».