La sangrienta masacre francesa en África que inspiró la película 'Apocalypse Now'
Voulet llevó a cabo en una de las peores aniquilaciones de la historia colonial francesa, masacró a todos los habitantes de la ciudad de Birni-N'Konni, matando a miles de personas
La expedición de Voulet y Chanoine también llamada Misión Centroafricana-Chad, de 1898 a 1899, estaba mandada por dos oficiales del Ejército francés, el capitán de Infantería de Marina Paul Voulet y el teniente Julien Chanoine. Partió de Senegal hacia el lago Chad para conquistar su cuenca y unificar esos territorios bajo la autoridad francesa. Esta expedición operó conjuntamente con otras dos: las misiones Foureau-Lamy y Gentil, que avanzaron desde Argelia y el Congo francés respectivamente.
La negativa del comandante de la expedición y su segundo al mando a seguir órdenes de Francia, el asesinato de un oficial superior y sus posteriores muertes a manos de sus propios soldados arrojaron una mancha indeleble sobre el emergente Imperio colonial francés en África al final del siglo XIX. La expedición es recordada por su depravación y la violencia extrema.
La columna llegó a sumar 3.000 personas. 50 tiradores senegaleses, 20 spahis (ambas unidades reclutadas en África Occidental) y 30 intérpretes, 400 auxiliares y 800 porteadores. La fuerza estaba dirigida por nueve europeos: los dos oficiales citados, más el teniente artillero Paul Joalland, el teniente Louis Peteau, el teniente de marina Marc Pallier, el médico Dr. Henric y tres suboficiales. La expedición estaba armada con artillería, ametralladoras, cientos de rifles y miles de cartuchos.
La misión Voulet-Chanoine al lago Chad partió de Dakar en noviembre de 1898 y atravesó el Sudán francés (actual Malí) con Voulet y Chanoine al mando. Algunos oficiales decían que Voulet, mezclaba «un verdadero amor por la sangre y la crueldad, junto con una sensibilidad a veces tonta»; mientras que Chanoine, hijo del general y futuro ministro de Guerra, fue juzgado impulsivo, despiadado y «cruel a sangre fría y por placer». Ambos ya habían demostrado su feroz eficacia dos años antes, cuando invadieron los reinos mossi y conquistaron su capital, Uagadugú.
La misión fue idea de Voulet, quien quería promocionarse. Buscó el apoyo de los políticos franceses, lo que fue difícil por las desavenencias entre el ministro de Colonias, André Lebon y al ministro de Asuntos Exteriores, Gabriel Hanotaux. La crisis política del caso Dreyfus también distrajo la atención de los políticos galos. A pesar de estos obstáculos, Voulet obtuvo la aprobación de su proyecto, con la colaboración de su ayudante Chanoine.
Los cuatro meses de retraso en el inicio de la misión y los muy limitados fondos otorgados tuvieron consecuencias nefastas. Voulet ignoró las jerarquías locales y se tomó libertades con las vagas órdenes que recibió: explorar el territorio entre el río Níger y el lago Chad, y poner el área «bajo protección francesa». El ministro de Colonias se limitó a decir: «No pretendo poder darle instrucciones sobre qué ruta elegir o cómo debe comportarse con los jefes nativos». Voulet ya había dicho al gobernador del Sudán francés que pensaba aplastar cualquier resistencia mediante pueblos en llamas.
Cuando la columna llegó a Koulikoró, en el Níger, se dividió. Chanoine dirigió la mayor parte de la expedición por tierra a través de la curva de 600 millas del río, mientras que Voulet llevó al resto de los hombres río abajo hasta Tombuctú, gobernado por el teniente coronel Jean-François Klobb, quien le proporcionó otros 70 tiradores y 20 spahis.
Chanoine tenía cada vez más dificultades para encontrar provisiones para su gran columna en la árida región por donde marchaba. Comenzó a saquear las aldeas en el camino y dio órdenes de fusilar a cualquiera que intentara escapar. Por si fuera poco, estalló una epidemia de disentería. Al final de los primeros dos meses, la misión había perdido 148 portadores.
Voulet y Chanoine se reunieron en enero en Say, el puesto francés más oriental en Sudán (el actual Níger). La columna contaba con 2.000 hombres, muy por encima del número que sus suministros podían sostener. Aunque estaban en zonas colonizadas por los franceses, las tropas de Voulet comenzaron a saquear, violar y matar.
Escándalo en París
Uno de los episodios más brutales fue el saqueo del pueblo de Sansanné-Haoussa el 8 de enero de 1899. Ciento una personas fueron asesinadas, entre ellas treinta mujeres y niños, en represalia por las heridas sufridas por un par de soldados. Ese mes de enero, el teniente Peteau, uno de los oficiales de la misión, le dijo a Voulet que ya estaba harto y que se marchaba; Voulet le despidió el 29 de enero de 1899 por «falta de disciplina y entusiasmo».
El 15 de febrero, Peteau escribió una carta a su prometida atestiguando las atrocidades cometidas por Voulet y Chanoine y que había presenciado. La prometida de Peteau contactó con su diputado local, quien escribió al ministro de Colonias, Antoine Guillain. Esto motivó la decisión del Ministerio de Dupuy de detener a Voulet y Chanoine el 20 de abril y enviar órdenes al gobernador general del Sudán francés, el coronel Vimard, para que los sustituyera al frente de la misión por el gobernador de Tombuctú, Klobb. Entre las principales preocupaciones del gobierno de París estaba que Voulet estaba realizaba sus pillajes en Sokoto, un territorio no conquistado que por el acuerdo anglo-francés de junio de 1898 había sido asignado al Reino Unido.
Klobb abandonó inmediatamente Tombuctú, tomando a cincuenta tiradores y al teniente Octave Meynier como segundo. Mientras tanto, Voulet encontraba una resistencia considerable a su avance por parte de la reina local Sarraounia, y en Lougou, el 16 de abril, se enfrentó en batalla, con cuatro hombres muertos y seis heridos. Voulet se vengó el 8 de mayo en una de las peores aniquilaciones de la historia colonial francesa, masacró a todos los habitantes de la ciudad de Birni-N'Konni, matando a miles de personas.
La rebelión de Voulet: «Ya no soy francés»
Klobb siguió el rastro dejado por el paso de la «columna infernal», una serie de pueblos quemados y cadáveres carbonizados. Pasó escandalizado junto a árboles donde habían ahorcado a mujeres y a hogueras donde habían asado a niños. También encontró los cadáveres de los guías de la expedición que habían disgustado a Voulet: habían sido colgados vivos a merced de las hienas y los buitres.
El 10 de julio, tras una persecución de más de 2.000 kilómetros, Klobb llegó a Damangara, cerca de Zinder, donde los aldeanos le comunicaron que Voulet y sus hombres estaban a solo unas horas de marcha por delante. Envió a un sargento africano con dos soldados a entregarle a Voulet una carta informándole que había sido destituido de su cargo y que debía regresar a casa inmediatamente. A esto Voulet respondió que tenía 600 fusiles contra los cincuenta de Klobb), y que las usaría si se atrevía a acercarse.
Voulet y Chanoine no transmitieron a los demás oficiales de la carta de Klobb y en los días siguientes los mantuvieron ocupados en incursiones. El 13 de julio llevó a cabo su última masacre: después de que un aldeano matara a dos de sus hombres, Voulet hizo masacrar a 150 mujeres y niños. Esa misma noche escribió una segunda carta a Klobb, en la que nuevamente le pedía que no intentara acercarse.
Klobb no creía que los otros oficiales o los fusileros se atrevieran a matar, o dejar que mataran a un oficial superior. Ignoraba que Voulet había mantenido en secreto las nuevas órdenes y que, como precaución, se había asegurado de que solo él y Chanoine estuvieran presentes para recibirlo. A la mañana siguiente, Klobb se dirigió con sus hombres a Dankori, donde esperaba Voulet. Al verlo, Voulet ordenó a sus hombres que se dispersaran y envió a Klobb una última advertencia, que Klobb ignoró.
Éste, después de prohibir disparar a sus hombres, en uniforme de gala y con su medalla de la Legión de Honor prendida en el pecho, avanzó solo hacia Voulet, quien ordenó disparar dos salvas al aire. Cuando Klobb se dirigió a los hombres de Voulet y les recordó sus deberes, Voulet lo amenazó con una pistola y les ordenó abrir fuego. Klobb cayó herido, aún ordenando a sus hombres que no respondieran al fuego; pero sus palabras quedaron truncadas por una nueva salva que lo mató, mientras sus soldados huían.
La noche del asesinato de Klobb, Voulet informó a sus oficiales del enfrentamiento y, mientras se quitaba los galones, proclamó: «Ya no soy francés, soy un jefe negro. Con vosotros fundaré un imperio».
El 16 de julio, un informante advirtió a Voulet que la tropa estaba a punto de amotinarse. Voulet y Chanoine reunieron a los fusileros, y después de disparar al informante delante de la tropa (por avisar tarde del inminente motín), Voulet arengó a los soldados sobre su deber de obedecer a sus líderes, mientras al mismo tiempo les disparaba. Los senegaleses respondieron al fuego y mataron a Chanoine, pero Voulet escapó en la oscuridad y se refugió con unos aldeanos. Luego, un sargento informó al teniente Pallier, el primer oficial francés que encontró, de lo sucedido y le prometió la lealtad de la tropa.
El último capítulo de la rebelión de Voulet tuvo lugar a la mañana siguiente, cuando intentó volver a al campamento, pero un centinela le negó la entrada. Voulet le disparó, y el centinela lo mató. Pallier, que tomó el mando, decidió conquistar Zinder, entonces la ciudad más grande del actual Níger y antiguo vasallo del Imperio Bornu. Pallier derrotó al gobernante local sarki Amadou y ocupó la ciudad el 30 de julio.
Tras la muerte de Voulet y Chanoine
Poco después, Pallier abandonó Zinder con 300 fusileros para realizar un reconocimiento de la ruta hacia el lago Chad, pero un motín entre sus hombres lo obligó a regresar a la ciudad. Los soldados lo habían amenazado con matarlo si no los llevaba inmediatamente a Zinder y prometía enviarlos de regreso al Sudán francés. En consecuencia, en Zinder decidió dividir la expedición: 300 fusileros, el teniente Pallier, el doctor Henric y dos suboficiales franceses partieron inmediatamente hacia el Sudán francés, mientras que los 270 fusileros restantes (que se habían comprometido a continuar la misión durante un año más) quedaban bajo el mando del teniente Paul Joalland, el ex oficial de Klobb, el teniente Octave Meynier, se convirtió en el segundo oficial de Joalland y la expedición pasó a ser conocida como la Misión Joalland-Meynier.
Joalland y Meynier permanecieron algún tiempo en Zinder para pacificar la zona; El sarki Amadou fue asesinado el 15 de septiembre durante una escaramuza que puso el territorio de Zinder bajo control total. Esto liberó a los dos oficiales franceses para abandonar Zinder el 3 de octubre para continuar con su reconocimiento. Se llevaron 170 hombres y un cañón, mientras que 100 hombres se quedaron atrás para asegurar la ciudad bajo el mando del sargento Bouthel, que esperaba la misión Foureau-Lamy que se dirigía hacia Zinder desde Argel a través del Sahara, y que llegó en noviembre.
En enero de 1900, Foureau y Lamy abandonaron Zinder y se dirigieron al sureste hacia el río Komadugu Yobe. Siguieron este río hacia el este hasta el lago Chad, hacia el norte alrededor de las orillas occidental y norte del lago y luego hacia el sur a lo largo de su orilla oriental. Aquí se encontraron con Joalland, que había viajado hacia el norte, por el lado este del lago, para encontrarse con ellos. Las expediciones unidas, ahora bajo el mando general de Lamy, regresaron al sur, al campamento base de Joalland en la margen derecha del río Chari, cerca de donde ingresa al lago Chad desde el sur.
La expedición conjunta conquistó Kousséri en abril de 1900; poco después, el 21 de abril, se les unió una tercera expedición, la de Émile Gentil, que había entrado en la zona desde el Congo y los esperaba desde hacía algún tiempo en la región del lago Chad. Al día siguiente, en la batalla de Kousséri, esta fuerza combinada derrotó a las fuerzas de Rabih az-Zubayr, y le mató, desmoronándose su imperio. La expedición original había cumplido sus objetivos principales, inspeccionar las tierras del norte de Nigeria y Níger (contribuyendo a una delimitación franco-británica más clara de las fronteras coloniales), unirse a la misión Foureau-Lamy y destruir imperio de Rabih, que permitió en septiembre la institución por parte del gobierno francés del territorio militar de Chad.
Habiendo logrado sus objetivos coloniales, Joalland y Meynier abandonaron Chad y regresaron al Sudán francés y al río Níger en noviembre. Joalland, el médico Henric y los demás oficiales franceses, gracias al «éxito»militar de la campaña tanto Joalland como Meynier tuvieron carreras exitosas y se convirtieron en generales.
Cuando, en agosto de 1899, el gobierno hizo públicas las atrocidades cometidas por la expedición de Voulet y el asesinato de Klobb, surgió una tormenta de indignación en la prensa y la presunta «misión civilizadora» de Francia en África quedó rebatida.
Cuando el diputado radical Paul Vigné d'Octon propuso en la Asamblea Nacional el 7 de diciembre de 1900 la formación de una comisión parlamentaria de investigación, el gobierno rechazó la solicitud por considerarla «peligrosa y sin propósito». El 1 de diciembre de 1902 se cerró una investigación solicitada por el Ministerio de Colonias, alegando que Voulet y Chanoine «se habían vuelto locos por el terrible calor».
En 1923, un joven administrador colonial, Robert Delaviignette, hizo abrir las tumbas de Voulet y Chanoine y las encontró vacías.
Hoy en día la expedición está convenientemente olvidada en Francia y la mayor parte del mundo ni siquiera ha ido a hablar de ella, pero en el Sahel todavía la tienen presente.
El episodio sirvió para inspirar la obra de Joseph Conrad El corazón de las tinieblas, que dio lugar a la película Apocalypse Now.