Historia de un crimen
Traicionado por su ADN: descubren a un asesino en serie después de 35 años
Culpable de tres asesinatos y una serie de violaciones, el caso de «el Granoso» seguía siendo el mayor misterio de París
Un antiguo caso de crímenes sin resolver ha encontrado su epílogo en Francia. François Verove, ex gendarme francés, apareció muerto en Montpellier junto a una confesión escrita admitiendo ser un «gran criminal» en los años ochenta y noventa.
A pesar de que la carta no especificaba a qué crímenes se refería Verove, su ADN hizo el resto; gracias a trazas encontradas en las víctimas hace tres décadas, la policía pudo identificarlo como «el Granoso», infame asesino en serie que aterrorizó la ciudad de París 35 años antes.
«Reconozco ser un gran criminal que ha cometido hechos imperdonables hasta el final de los años 90», reza la carta escrita por Verove antes de su suicidio. Añade que se encontraba en «un mal momento» durante la época de los crímenes, período que cubrió la década entre los años 1986 y 1997. Verove añade que una vez conoció a su actual mujer, su vida mejoró y la necesidad de matar se atenuó.
El «mal momento» de Vérove arrasó con las vidas de Giles Politi, de 38 años, y su au pair Irmgard Muelller, de 21, en 1987, así como la de Karine Leroy, de 19 años en 1994. También violó y asesinó a Cécile Bloch en 1986, que entonces tenía once años. A sus cuatro víctimas mortales se suma una serie de seis violaciones anónimas.
Un enigma desde 1986
El asesinato de Cécile abrió una investigación que estremeció al Paris de los años ochenta. La pequeña desapareció de camino al colegio, minutos después de haber dejado su casa; la falta de comunicación de Cécile alertó de inmediato a los padres, que removieron el barrio buscando a su hija de once años. El cadáver apuñalado de Cécile apareció horas después en el subsuelo del edificio.
La eficacia inicial de la investigación, que sin embargo tardaría décadas en resolverse, llevó a la policía a delinear un retrato robot del asesino que pronto forraría las paredes de París. Basada en la descripción de un testigo que aseguraba haber visto a un hombre con la cara «picada de acné», el esbozo de Verove llevó a que se denominase el asunto como el «caso del asesino Granoso», en francés «Le Grêle».
Durante los diez años siguientes, «el Granoso» seguiría matando desde el anonimato, sumando tres muertes más a su lista de víctimas y violando a un mínimo de seis mujeres. Las capital francesa permaneció en alerta toda una década.
Oficialmente, era el único asesino en Francia en búsqueda y captura
Que ahora podamos poner cara al asesino de Bloch no es del todo casualidad. Una lista de 750 personas esbozada en 2014 incluía a Verove como posible sospechoso en este misterioso crimen que París aún contaba con resolver. La investigación estaba ya sobre la pista de un ex gendarme –de no haberse suicidado- Verove habría comparecido esta semana ante la policía judicial de Montpellier con la intención de demostrar su situación personal en el momento de los crímenes y exculparse. Pero «el Granoso» nunca se hizo escuchar; prefirió el suicidio y la confesión escrita, poniendo así punto final a uno de los más oscuros misterios parisinos.
«Era el gran enigma de Francia», explica Patricia Tourancheau, periodista criminal francesa. «Los policías de la brigada criminal de París lo buscaban desde hace 37 años.
Es el segundo caso de crímenes en manos de policías que se descubre esta semana. El jueves, fue sentenciado Wayne Couzen, asesino de la británica Sarah Everard y culpable de ejercer su influencia policial sobre su víctima.