Nord Stream 2: El gasoducto ruso que promete bajar los precios y subir las tensiones en Europa
Johnson ha acusado a Putin de «estrangular» el suministro de gas europeo y Merkel asegura «no tener evidencia» de esto
La Unión Europea importa cerca del 90% de su gas. Esta dependencia la vuelve vulnerable a los precios internacionales y en ocasiones a los intereses geopolíticos de los países de donde provienen los suministros energéticos. Tan sólo en los últimos meses los precios del gas natural se dispararon un 25% y llegaron a niveles récord de más de 161 euros por megavatio en el índice holandés TTF, el referente europeo.
Europa se enfrenta a un incontrolable incremento de los costes del gas natural y la electricidad, justo ahora que las empresas vuelven a abrir y los trabajadores regresan a las oficinas, lo que está incrementando aún más la demanda de estos suministros, que dependen en su mayoría a contratos de mediano y largo plazo.
Johnson acusa y Merkel «no tiene evidencias»
El gobierno de Boris Johnson ha acusado recientemente al líder ruso Vladimir Putin de «estrangular» el suministro de gas europeo para subir sus precios y conseguir los permisos necesarios para un gasoducto nuevo. Los ministros británicos creen que Rusia está restringiendo las exportaciones de gas de forma deliberada, en una estrategia para conseguir la aprobación de la Unión Europea para los permisos de operación del recién construido Nord Stream 2, un gasoducto submarino que conecta los campos gasíferos de Rusia con las tuberías del norte de Alemania, evadiendo el territorio ucraniano por razones geopolíticas del Kremlin.
Algunos responsables occidentales consideran que Moscú alimenta la subida de tarifas y limita la oferta de gas para apresurar la puesta en servicio del Nord Stream 2, un controvertido gasoducto que beneficia especialmente a Alemania y perjudica a Polonia y Ucrania. El pasado miércoles, la jefa del gobierno de Alemania, Angela Merkel, aseguró no tener ninguna evidencia de que Rusia estuviese limitando intencionalmente el abastecimiento de gas.
En opinión de Mark Rutte, primer ministro de Holanda, «hay un mercado europeo de energía, basado en varios acuerdos, y la pregunta es si tenemos que cambiarlo en aspectos fundamentales ahora como resultado del alza de precios».
Por su parte, el primer ministro de Hungría, Viktor Orban, argumentó que el aumento en los precios de la energía es resultado de las normas adoptadas por la Unión Europea para alcanzar la meta de reducir a cero las emisiones de carbono para 2050.
Putin responde «han cometido errores»
Según reporta AFP, el presidente ruso Vladimir Putin, respondió que Europa es responsable de la crisis del gas, ya que no suscribió suficientes contratos de entrega a largo plazo con Rusia, favoreciendo así la subida de los precios. Los europeos «han cometido errores» dijo Putin en una reunión televisada con los dirigentes del sector energético ruso. Según el presidente ruso, «toda la política (europea) consistió en salir de los contratos a largo plazo y hoy parece absolutamente obvio» que esa posición «era errada».
El gigante energético ruso Gazprom anunció en septiembre que el polémico gasoducto Nord Stream 2 ya estaba listo. Mide unos 1.225 km y su construcción duró cinco años, con un costo de US1 mil millones de dólares.
El Nord Stream 2 pretende duplicar las exportaciones de gas de Rusia a Alemania, sin tener que pasar por Ucrania, que obtiene ingresos de otros gasoductos que ya están en funcionamiento y que pasan por su territorio. Aunque primero debe ser aprobado por el regulador de Alemania y la Comisión Europea, un proceso que podría tardar meses, la presión por autorizarlo y ponerlo operativo es grande.
Ucrania busca apoyo en Washington
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, visitó Washington a inicios de septiembre y su agenda prioritaria era asegurarse que el gasoducto Nord Stream 2 no entrara en operación. Según The New York Times, todavía es posible detener la construcción del «gasoducto favorito de Putin», ya que varios congresistas de Estados Unidos y líderes europeos apoyan la idea.
Aunque Joe Biden comenzó su presidencia en una etapa en la que Nord Stream 2 estaba completo en más del 90%, «todo lo que se necesita para detenerlo por completo es revocar el reciente levantamiento de sanciones adicionales de la administración de Biden a Nord Stream 2» pero esta primera reunión entre Biden y Zelensky habría sido la «última oportunidad para detener Nord Stream 2».
EE.UU: «Es un mal negocio»
El pasado 10 de septiembre, la portavoz adjunta del Departamento de Estado, Jalina Porter, ante preguntas de la prensa remarcó que el gobierno estadounidense «cree que este es un mal negocio, y continuamos oponiéndonos a este gasoducto como un proyecto geopolítico ruso que es un mal negocio para Europa y, por supuesto, que socava la seguridad energética de una gran parte de la comunidad euroatlántica».
De igual forma, países como Polonia, que también obtienen ingresos por el tránsito de gasoductos, han expresado que el proyecto pone en riesgo la seguridad de Europa central y oriental.
Rusia intentaría otra invasión
«La realidad es que el gasoducto es más importante para Rusia que para Europa», dijo a BBC Mundo Steven Pifer, analista del Centro Brookings y exembajador de EE.UU. en Ucrania. «Rusia tiene capacidad para enviar suficiente gas a Europa a través de gasoductos que ya existen y que atraviesan Bielorrusia, Polonia, Ucrania y el Mar Negro», prosigue. La pérdida de las tarifas de tránsito sería un duro golpe para la economía de Ucrania, que podría dejar de recibir cerca de 3 mil millones de dólares al año.
Pero ese no es el mayor riesgo, Ucrania teme una nueva invasión rusa una vez que el gasoducto esté en pleno funcionamiento. Kiev ha estado combatiendo grupos separatistas respaldados por Rusia desde 2014, año en que Moscú se anexionó la península de Crimea.