Fundado en 1910

El dictador comunista Fidel Castro junto a Hugo ChávezAFP

Cuba

Cuando Fidel Castro defendía la Hispanidad: «Queremos seguir siendo esta maravillosa mezcla»

El dictador comunista defendió en su día la identidad mestiza

«Queremos seguir siendo esta maravillosa mezcla de españoles, de indios, y de africanos».

Así decía un apasionado discurso de Fidel Castro que ha emergido estos días en las redes. Se trata de un fragmento de un video de los años 60, en el que el dictador comunista se enorgullecía del pasado español y presenta el mestizaje como elemento íntegro de la identidad cubana.

Castro reflejaba entonces –al principio de su mandato, cuando Cuba aún agradecía su liderazgo comunista y no había sufrido bajo su tiranía– la mentalidad del pueblo cubano respecto a su historia e influencias hispánicas y cristianas. Alaba además la evangelización de Santiago: «Es lo que nos dio la historia, es lo que nos dio Santiago hace 2000 años».

La mentalidad de la Cuba de los años 60, en boca de su antiguo líder, ofrece un contraste ideológico con la ola indigenista que actualmente avanza en hispanoamericana. 

Llama la atención esta actitud sobre las recientes declaraciones sobre España, a las que la semana pasada se sumó el presidente Joe Biden: «Hoy, también reconocemos la dolorosa historia de agravios y atrocidades que muchos exploradores europeos infligieron a las naciones tribales y las comunidades indígenas», anunció el americano al proclamar el día 11 de octubre como «Día de la Raza», fragmentando aún mas la identidad de una población que en su día se sintió española.

En esta misma línea, el pasado mes de julio, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador dijo que España debía «disculparse por los abusos cometidos durante la Conquista» como condición para mejorar las relaciones diplomáticas.

También insistió en ello Nicolás Maduro, exigiendo una disculpa de España por el «genocidio de 300 años contra los pueblos originarios».

A pesar de que la historia es la que es, la ola de indigenismo que actualmente llena los discursos latinoamericanos tiene mucho de performativo, escondiendo regímenes políticos fragmentados y abusivos que tratan de desviar su culpa en la realidad actual en hechos históricos de hace 500 años.