La primera reunión internacional en Libia se centra en elecciones y salida de mercenarios
Es la primera reunión de alto nivel organizada en Libia desde el inicio de la guerra civil
Ministros de Exteriores y representantes de EEUU, ONU y otros organismos internacionales expresaron hoy su apoyo a la 'Iniciativa de Estabilización de Libia' e insistieron en que las elecciones se celebren en la fecha fijada, durante la primera reunión de alto nivel organizada en el país desde el inicio de la guerra civil.
Recibidos por el Gobierno Nacional de Unidad transitorio (GNU), designado en marzo por un foro creado ex profeso por la ONU tras el acuerdo de alto el fuego gestado por Rusia y Turquía, los participantes coincidieron, asimismo, en que no habrá una estabilidad sólida sin la salida de todos los mercenarios extranjeros contratados por los dos ejecutivos rivales durante más de siete años de conflicto.
Y discutieron con el GNU las vías para consolidar el alto el fuego, reducir el poder de las milicias, reunificar el Ejército y establecer un sistema económico que acabe con la economía corsaria que domina el país, basada en el contrabando de todo tipo de productos, incluidas personas migrantes.
En una ciudad engalanada, destacó la presencia de los jefes de la diplomacia de España, Italia, Francia, Egipto, Argelia, Túnez y Kuwait, así como la viceasistente de la secretaría de Estado de Estados Unidos para Oriente Medio, Yael Lempert, un representante del ministerio alemán de Asuntos Exteriores y el secretario general de la Liga Árabe, Ahmed abul Gheit.
También el escaso interés de Turquía y Rusia, los países que más influyen en el conflicto libio, en una reunión que junto al primer ministro interino, Abdul Hamid al Debaibah, presidió la vicesecretaria general de Asuntos Políticos de la ONU, Rosemary DiCarlo.
No al retraso electoral
En su discurso de apertura, Al Debaibah aseguró que el GNU hace todo lo posible para que los comicios presidenciales y legislativos se celebren el próximo 24 de diciembre, como está previsto, y subrayó que es crucial, igualmente, que comience la reconstrucción civil y militar.
«Apoyamos los esfuerzos que realiza el Alto Comité Electoral para que (los comicios) tengan lugar en la fecha señalada. Pido a todos los libios una amplia y activa participación», señaló.
Sus palabras contrastan con otras atribuidas esta semana por la prensa local al líder del Consejo Presidencial interino, Mohamad al Menfi, partidario de posponer los comicios hasta que no se logre una verdadera reconciliación nacional.
En el fondo de la disputa está el punto que permite a cualquiera que haya desempeñado un cargo político o militar a concurrir como aspirante siempre que haya renunciado a su posición con tres meses de antelación, requisito que facilita la posible entrada en la carrera electoral del controvertido mariscal Jalifa Hafter, líder del Ejército en el este y verdadero hombre fuerte del país.
Semanas atrás, el Parlamento en Tobrouk, tutelado por el mariscal, aprobó una nueva ley electoral que entregó a la ONU para la celebración de los comicios.
Días después, la ley fue rechazada por el Consejo de Estado (Senado) basado en Trípoli, que presentó otra ley como alternativa.
Salida de los mercenarios
La ministra libia de Asuntos Exteriores, Najla al Mangoush, lanzó, por su parte, un mensaje más duro la insistir en que «no existe otro camino que el respeto total al principio de no interferencia».
«Se deben aplicar políticas de disuasión para quienes pretenden intervenir en la soberanía de otro Estado», señaló en alusión directa a la presencia de miles de mercenarios y tropas extranjeras en el país.
Durante los años en los que Hafter extendió su poder en el resto del país y levantó un infructuoso asedio a la capital, incorporó a sus filas a miles de mercenarios sudaneses, chadianos, árabes, europeos, sirios y rusos, y en particular a la Compañía Privada de Seguridad Militar (PSMC) Wagner Group, a la que se asocia con el Kremlin y que se hizo famosa y temible en las guerras de Ucrania y Siria.
Por su parte, el Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) sostenido por la ONU en Trípoli se defendió con la ayuda del Ejército turco y con miles de mercenarios sirios reclutados por Ankara entre los grupos salafistas de oposición a la dictadura de Bachar al Asad.
Apoyo internacional
El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, subrayó que la estabilidad de Libia «es fundamental para la estabilidad y el desarrollo económico en el Mediterráneo» mientras que su colega italiano, Luigi Di Maio, insistió en la necesidad de asegurar las fronteras.
«La cuestión de la migración ilegal es también un problema para nosotros y queremos su apoyo en este sentido», afirmó Al Debaibah antes de recalcar que la amplia representación internacional «es un fuerte mensaje de que el viaje de estabilidad y construcción ha comenzado» en Libia.