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Bosquejo del juicio por el asesinato de Mireille KnollBenoit Peyruq / AFP

Francia

Juzgan a dos hombres en París por el asesinato antisemita de una anciana judía

Ambos sospechosos se acusan entre ellos, escondiendo la verdad

El juicio de dos hombres, acusados del asesinato antisemita de Mireille Knoll, una anciana judía asesinada en su casa en 2018, que conmocionó a Francia, comenzó este martes en París.

Yacine Mihoub, de 31 años, y Alex Carrimbacus, de 25 años, comparecieron en la sala de la audiencia del Palacio de Justicia de la capital francesa.

Los acusados, que se conocieron en la cárcel, se culpan mutuamente de la responsabilidad del asesinato.

«Sería necesario un milagro para que la verdad salga de sus bocas», aseguró Gilles-William Goldnadel, abogado de los hijos de Mireille Knoll, antes de entrar a la sala con sus clientes.

Pero el «expediente es condenatorio», dijo, hablando de un «vil» caso de «antisemitismo».

El 23 de marzo de 2018, los bomberos concurrieron a un edificio modesto en el este de París para apagar un incendio.

Cuando llegaron al segundo piso, los bomberos descubrieron el cuerpo parcialmente carbonizado de Knoll, con las piernas colgando sobre su cama médica.

La mujer de 85 años, que sufría Parkinson y que no se podía desplazar por su cuenta, recibió 11 puñaladas, sobre todo en la garganta.

La investigación reveló rápidamente que Mihoub y Carrimbacus se encontraban en la escena del crimen. Pero, lo que sucedió en el pequeño apartamento sigue sin estar claro, puesto que las versiones de ambos se oponen.

Carrimbacus, un marginado sin hogar con antecedentes psiquiátricos, sostiene que Mihoub le propuso unirse a un plan para ganar dinero. Por su parte, Mihoub, hijo de un vecino que conocía a Knoll desde pequeño, asegura que simplemente le había ofrecido pasar «un buen rato».

En el lugar del homicidio, según Carrimbacus, la discusión se intensificó cuando Mihoub acusó a Knoll de haberle enviado a prisión. La llevó a su habitación y la «degolló» a gritos de «Allah Akbar» (Dios es el más grande), una expresión de fe musulmana.

En cambio, Mihoub cuenta que Carrimbacus buscó robar inmediatamente a Knoll, preguntando si la mujer tenía dinero. Entonces, Mihoub escuchó un grito procedente de la habitación y vio a Carrimbacus apuñalándola.

Al mismo tiempo, cada uno acusa al otro de haber prendido fuego a la vivienda.

Dos versiones «poco creíbles», consideran los investigadores, cuya tarea se complica por la propensión de Mihoub y Carrimbacus a «mentir» y a «manipular».

Los dos hombres fueron condenados varias veces por robo y violencia. La madre de Mihoub, acusada de haber limpiado el cuchillo del crimen, comparece, libre, a su lado.

Ambivalencia

Los jueces de instrucción optaron por mantener el carácter antisemita tras un interrogatorio a Carrimbacus, quien dijo que «creyó haber escuchado» a Mihoub «hablando de los medios económicos de los judíos, su buena situación» y a Knoll decirle «que no todos los judíos tenían una buena situación».

La investigación también mostró «la ambivalencia de Mihoub frente al terrorismo islamista que aboga notablemente por el antisemitismo», señalaron los jueces, aunque precisaron que nunca nadie lo había escuchado pronunciar comentarios antisemitas.

El crimen, ocurrido un año después del asesinato en París de Sarah Halimi, una sexagenaria judía arrojada desde su balcón, había provocado una gran «marcha blanca» en París y reavivó el debate sobre un «nuevo antisemitismo» vinculado a la islamización de algunos barrios.

Mireille Knoll fue asesinada «por ser judía», declaró en su momento el presidente Emmanuel Macron, una indignación compartida en particular en Estados Unidos y en Israel, ante la suerte de esta mujer que había huido de París en 1942 para escapar de las redadas antisemitas.

Se prevé que el juicio acabe el 10 de noviembre.