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El rey de Marruecos Mohamed VIGTRES

Norte de África

Mohamed VI condiciona las relaciones comerciales al reconocimiento del Sáhara como marroquí

El rey alauí ha vuelto a elevar el tono sobre la antigua colonia española en un momento de máxima tensión con Argelia 

Mohamed VI ha pronunciado su habitual discurso anual conmemorando el 46º aniversario de la Marcha Verde, pero en esta ocasión las palabras del monarca se sitúan en un momento de creciente tensión con Argelia, así como con otros países europeos por el Sáhara Occidental. Argel ha acusado al Ejército marroquí de bombardear un convoy de camiones provocando la muerte de tres civiles, elevando aún más el tono bélico entre ambos países.

El monarca no ha hecho referencia, a lo largo de todo su discurso, a los enfrentamientos que mantiene con el país vecino, pero sí ha aprovechado la oportunidad para mandar un mensaje claro a aquellos que mantienen una posición ambigua con respecto al Sáhara. «Marruecos no dará con ellos ningún paso económico o comercial», ha afirmado Mohamed VI.

Desde que Donald Trump reconoció la soberanía marroquí sobre el Sáhara, en diciembre de 2020, Marruecos ha elevado el tono sobre la antigua colonia española esperando que los países europeos siguieran el ejemplo del expresidente estadounidense. Al comprobar que esto no ocurría, Rabat ha protagonizado disputas diplomáticas con países como España y Alemania.

Mohamed VI ha recalcado durante su discurso que «el carácter marroquí del Sáhara nunca estará en el orden del día de ninguna negociación» y ha explicado que «si entablamos negociaciones, es principalmente para lograr una solución pacífica de este conflicto regional artificial». En esta misma línea, ha reafirmado «el compromiso de Marruecos con el proceso político liderado por la ONU».

Las declaraciones del monarca vuelven a dejar a España en una situación incómoda con respecto al Sáhara Occidental. Todos los gobiernos españoles se han amparado en las resoluciones de la ONU como solución al conflicto en la antigua colonia que, en un principio, planteaba la convocatoria de un referéndum de autodeterminación, pero para Marruecos esto no es una opción y es que, como ha enfatizado el monarca, «el carácter marroquí del Sáhara es una verdad tan perdurable como inmutable».

Al Ejecutivo español se le complica cada vez más la situación en su «patio trasero». La tensión entre Marruecos y Argelia ha afectado a España por el cierre del gasoducto del Magreb lo que ha encarecido la importación de gas desde Argel. Asimismo, las tensiones entre Madrid y Rabat siguen siendo evidentes. A pesar de que el propio Mohamed VI durante un discurso el pasado mes de agosto expresó su deseo de abrir una «nueva etapa inédita» en la relación con España, sus palabras no se han traducido en hechos. Rabat sigue manteniendo en el país a su embajadora en Madrid, Karima Benyaich, desde que esta fuera llamada a consultas el pasado mes de mayo.