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Xiomara Castro, candidata a la presidencia de HondurasLuis Acosta/ AFP

Elecciones en Honduras: la sombra del narcotráfico, la influencia de Maduro y el dilema 'China o Taiwán'

La exprimera dama Xiomara Castro es la favorita según las encuestas. Tiene fuertes vínculos con el régimen de Maduro en Venezuela y ha prometido romper relaciones diplomáticas con Taiwán en favor de China

Más de 5 millones de hondureños están llamados a votar, este domingo, en las elecciones presidenciales y legislativas de Honduras. El país está considerado uno de los tres que conforman el 'triángulo norte de Centroamérica', en el que la violencia de las pandillas y el narcotráfico son problemas graves.  

Quien reemplace al actual presidente conservador, Juan Orlando Hernández, deberá enfrentarse a una dura situación económica, al persistente problema de la violencia de organizaciones criminales y los crecientes flujos migratorios, en el contexto de la pandemia de la covid-19.

También deberá lidiar con la relación con Estados Unidos y los recientes señalamientos que vincularían al actual presidente con el narcotráfico, todo en un contexto de violencia política que ha dejado al menos 29 muertos desde que se convocaron las elecciones primarias en 2020, según la oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.

Hay 15 candidatos presidenciales inscritos, aunque tres de ellos cuentan con mayoría de posibilidades de ganar: Nasry Asfura, del oficialista Partido Nacional; Yani Rosenthal, por el Partido Liberal; y Xiomara Castro, del Partido Libertad y Refundación (Libre) y esposa del expresidente Manuel Zelaya, cuya destitución en 2009 dio inicio a una crisis política.

La sombra del narcotráfico

El presidente Hernández ha sido vinculado con el narcotráfico, y la candidata Yani Rosenthal prometió que lo extraditaría a EE.UU. si logra vencer en las elecciones presidenciales, aunque por el momento esa petición no existe.

Según reportó CNN, Michael Lockard, fiscal federal de Nueva York, dijo en marzo que, según el testimonio de sus testigos en el juicio contra el hondureño Geovanny Fuentes Ramírez por cargos de narcotráfico y posesión de armas de fuego, el presidente de Honduras era parte de un grupo de narcotráfico que produjo, transportó y envió cocaína a Estados Unidos.

Hernández no ha sido acusado formalmente de ningún delito y la vinculación mencionada se produjo durante los alegatos finales de la Fiscalía en el proceso en la corte federal del Distrito Sur de Nueva York. Fuentes Ramírez fue hallado culpable de los cargos en su contra, aunque él se había declarado inocente.

Mientras tanto, el presidente de Honduras catalogó como «testimonios falsos» y «mentiras evidentes» las declaraciones emitidas por los testigos. Hernández no es el primer presidente hondureño al que se le vincula con el narcotráfico.

La influencia de Maduro

La candidata Xiomara Castro -que parece tener una ligera ventaja en las encuestas- tiene sólidos nexos con el régimen venezolano de Nicolás Maduro. Ella es esposa del destituido presidente hondureño Manuel Zelaya. El fallecido Chávez fue un importante aliado del esposo de Castro cuando éste gobernó Honduras, entre enero del 2006 y junio del 2009.

Cuando Zelaya fue removido del poder en medio de una crisis constitucional, Maduro viajó personalmente a Honduras como canciller de Venezuela para tratar de conseguir que el depuesto presidente lograra entrar nuevamente al país centroamericano.

Castro lidera el Partido Libre y ha prometido durante su campaña electoral refundar Honduras como un «estado socialista democrático». Una victoria de Castro en los comicios de este domingo, muy probablemente, conduciría al restablecimiento de las relaciones diplomáticas de Honduras con el régimen de Maduro en Venezuela, las cuales habían sido suspendidas por el presidente actual, Juan Orlando Hernández

Evan Ellis, profesor del Instituto de Estudios Estratégicos de Army War College de Estados Unidos consultado por el Nuevo Herald afirmó que «de ganar Castro, Honduras probablemente dejaría de apoyar posiciones críticas de regímenes autoritarios de izquierda, como los de Venezuela, Nicaragua y Cuba en foros como la OEA. También es probable que se vuelva mucho menos cooperativo con las posiciones favorables al mercado y defendidas por Estados Unidos».

El dilema China o Taiwán 

Honduras es uno de los 15 países que mantienen relaciones diplomáticas con el autogobierno de Taiwán. China considera a la isla como su propio territorio, sin derecho a mantener relaciones de Estado a Estado, una opinión que el Gobierno de Taipéi rechaza enérgicamente.

Xiomara Castro -candidata izquierdista- ha dicho anteriormente que, de salir victoriosa, cambiaría las actuales  relaciones diplomáticas con Taiwán en favor del régimen comunista de Pekín

Una delegación estadounidense de visita en Honduras, dejó claro que Washington quiere que el país centroamericano mantenga sus antiguas relaciones diplomáticas con Taiwán cuando vote este fin de semana.

Un oficial estadounidense, que habló bajo condición de anonimato para Euronews también dijo que Washington ha advertido a las naciones centroamericanas de «algunos de los riesgos asociados con el acercamiento de China a la región».

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Taiwán expresó su agradecimiento a Estados Unidos por su apoyo a los lazos entre Taiwán y sus aliados y reiteró que su Gobierno respetará el resultado de las elecciones hondureñas.

Sin embargo, Taiwán ha advertido a Honduras que no debe dejarse llevar por las promesas «llamativas y falsas» de China.

Preguntado por el hecho de que Estados Unidos dijera a los candidatos hondureños que mantuvieran relaciones con Taiwán, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Zhao Lijian, dijo que Estados Unidos no ganará ningún amigo de esta manera.

«Este comportamiento de manipulación e intimidación no ganará ningún corazón ni ninguna mente», dijo a los periodistas en Pekín según recoge Euronews

Los habitantes de Centroamérica deberían tener cuidado con el «comportamiento hegemónico» de Estados Unidos, añadió Zhao, señalando la participación del país norteamericano a lo largo de los años en golpes de Estado y otros complots.