Fundado en 1910

Los presidentes de Estados Unidos y Rusia, Joe Biden y Vladimir PutinAFP

Ucrania

Optimismo cauto tras las dos horas de reunión de Biden y Putin sobre Ucrania

Ambos líderes parecen dispuestos a progresar dentro de un marco diplomático

Artillería pesada, sistemas de lanzamiento de misiles a largo alcance, y largas líneas de suministros: así estrecha Rusia su cerco sobre Ucrania. 100.000 soldados rusos esperan junto a la frontera, provistos de unidades médicas y gasolina. Las imágenes que los servicios de inteligencia estadounidenses presentan con gran preocupación delinean una máquina militar rusa de intenciones inciertas.

Esta misma semana, el ministro de Defensa ucraniano, Oleksiy Reznikov, advirtió sobre la «posibilidad de un ataque a gran escala por parte de Rusia». Sus declaraciones encendieron las alarmas en todo Occidente sobre la posible invasión de Ucrania por parte del país liderado por Putin. Y Reznikov iba más allá: «Lo más probable es que estén preparados para un conflicto a finales de enero».  

Este martes, el presidente de Estados Unidos Joe Biden se reunió con su homólogo ruso, con el firme afán de frenar la guerra abierta que Vladimir Putin parece buscar, a pesar de su insistencia en negar sus intenciones bélicas contra Ucrania. Antes del encuentro, que se ha celebrado de forma telemática, el portavoz del Kremlin aclaraba a la agencia de prensa pública Tass que la reunión duraría «el tiempo que haga falta». Finalmente, la videoconferencia entre estos dos líderes que comparten una tensa historia, se celebró al punto de la mañana para Biden y pasado el mediodía para Putin, dada la diferencia horaria entre Norteamérica y Rusia. 

Manos a la obra

El encuentro fue tenso pero cordial, y parece haber llegado a buen puerto.

Una declaración de la Casa Blanca sobre la llamada compartió que Biden «expresó las profundas preocupaciones de Estados Unidos y sus aliados europeos en cuanto a la escalada de fuerzas rusas que rodean Ucrania», y que «aclaró que Estados Unidos y sus aliados responderían con duras medidas económicas y demás en el caso de que hubiera agresión militar».

Según Washington, también «reiteró su apoyo a la soberanía de Ucrania y su integridad territorial, y pidió un retorno a la diplomacia».

Ambos presidentes encargaron a sus respectivos equipos la tarea de concretar y llevar a cabo lo discutido en la reunión, con la Casa Blanca añadiendo que «EE. UU. trabajará en estrecha cooperación con sus socios y aliados».

Además del problema en Ucrania, los líderes comentaron «el trabajo de Estados Unidos y Rusia por la estabilidad estratégica, y la cooperación en ciertos problemas regionales como por ejemplo, el de Irán», cuenta la Casa Blanca.

Agresión en las trincheras

Aunque se esperaba que la reunión pusiera fin a la tensión en Ucrania, las fuerzas militare ucranianas se enzarzaron en un violento tiroteo con separatistas de afiliación rusa. La agresión tuvo lugar en las trincheras fronterizas mientras los líderes se reunían. 

A pesar de que la rencilla no es inusual, nos recuerda que incluso durante las negociaciones diplomáticas entre Moscú y Washington estén en pleno desarrollo, la de Ucrania es una guerra que en los últimos años se ha cobrado miles de vidas, y que no tiene por qué apaciguarse ahora. 

Un aliado democrático

Es la primera conversación entre los dos líderes desde julio, y podría ser un punto de inflexión en la aún joven presidencia de Joe Biden. Por ello, el estadounidense se presentó dispuesto a tomar «contramedidas económicas sustanciales» para evitar la ofensiva rusa. Porque Biden ya declaró públicamente su irrompible apoyo por la soberanía e independencia de Ucrania, y su postura es una de diplomática firmeza sin temor a imponer sanciones.

«[Hemos delineado] un exhaustivo set de iniciativas económicas para hacerle muy, muy difícil a Putin llevar a cabo lo que todos tememos que haga», había declarado el estadounidense días antes de la cumbre.

Los países grandes no deberían meterse con los países pequeñosJoe Biden, presidente de Estados Unidos

Biden tiene un largo historial de cooperación con Ucrania. En 2014, el presidente Barack Obama le dio a su entonces vicepresidente la responsabilidad de gestionar la defensa ucraniana contra la agresión rusa en cuanto al problema de Crimea. En los años siguientes, Biden visitaría la región una docena de veces, forjando relaciones con políticos y activistas.

Encontró en la soberanía ucraniana un símbolo de independencia territorial y libertad.

«Hay un principio importante en juego: los países grandes no deberían meterse con los países pequeños», declaró entonces. Ahora, busca por todos los medios proteger a su aliado democrático.

Pero muchos analistas cuentan que el destino de Ucrania es más importante para Putin, que habla con frecuencia de los vínculos étnicos e históricos de la antigua República Soviética con Rusia, que a la administración de Biden, cuyo objetivo es desarrollar una relación más estable con Rusia.