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Kazajistán

Tropas rusas inundan Kazajistán para reprimir a los manifestantes

La Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, alianza militar liderada por Rusia, interviene para estabilizar la situación kazaja

Entre violentas protestas nacionales esta semana en Kazajistán, y el final del culto a la personalidad del antiguo dictador Nursultan Nazayev, el país se enfrenta a un cambio sin precedentes.

El pasado domingo, ciudadanos residentes en las grandes ciudades kazajas se dieron a las calles para reivindicar una subida en los precios de la gasolina. El aumento del coste, de casi el doble, será prohibitivo para gran parte de la población.

Para frenar un descarrilamiento de las manifestaciones, el gobierno de Kassim-Jomart Tokayev desplegó sus fuerzas militares, iniciando una violenta represión en la que 26 manifestantes y 18 oficiales de seguridad han muerto ya. Se ha declarado por todo el país un estado de emergencia de dos semanas, con la intención de «eliminar» a todos los «terroristas extranjeros», culpables según Tokayev del conflicto en las calles.

«Los militantes no han rendido sus armas, siguen cometiendo crímenes y organizándolos. La guerra contra ellos debe llevarse a cabo hasta el final. Aquel que no se rinda será destruido», anunció Tokayev en un discurso televisado.

En un intento de estabilizar la situación dentro del país, han acudido refuerzos venidos de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, alianza militar liderada por Rusia.

Las tropas rusas enviadas por Putin han inundado las ciudades principales, como Almaty y la capital Nur-sultan. Según la agencia Interfax, más de 70 aviones rusos sobrevuelan constantemente Kazajistán para transportar soldados.

Esta colaboración pone en tela de juicio la unidad del territorio kazajo, presentando la posibilidad de una fractura estatal. Existe el potencial de que Rusia utilice la disputa doméstica de Kazajistán para anexionar regiones norteñas del país, que desde hace años quieren los nacionalistas rusos. Asimismo, las minorías étnicas rusas de la zona desean también independizarse del territorio kazajo.

Según declara el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, Estados Unidos observará con especial atención los informes del despliegue de fuerzas de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva.

«Estados Unidos y, francamente, el resto del mundo, estará vigilando cualquier violación a los derechos humanos», advirtió Price. «También estaremos atentos ante cualquier acción que pueda preceder a la toma de instituciones kazajas».