Colombia se debate entre el fuego de la guerrilla y la injerencia de Rusia

Colombia no tiene respiro. Los disidentes de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias) siguen activos en la selva; el Ejercito de Liberación Nacional (ELN) intenta ganar el terreno que abandonó el grueso de la guerrilla más antigua del continente al sumarse al proceso de paz; Venezuela, lejos de frenar su expansión, colabora con ellos y, por si esto fuera poco, Rusia, como denunció el ministro de Defensa, Diego Molano, trabaja mano a mano con el ejército venezolano dando oxígeno al «narcoterrorismo» del que se alimentan estos grupos.

La expansión del ELN va más allá de las fronteras colombianas. La guerrilla terrorista incursiona con asiduidad en territorio venezolano donde mantiene combates con sus viejos adversarios disidentes de las FARC. Pero, en ese fuego cruzado, también intervienen las FBL/FPLN (Fuerzas Bolivarianas de Liberación) venezolanas aunque Nicolás Maduro trate de negar la evidencia.

Los servicios de Inteligencia colombianos advirtieron al Gobierno de Iván Duque, que la cooperación entre las fuerzas de Moscú y el grupo conocido como «los boliches» (FBL) iba en aumento. Esta razón determinó la medida que dio a conocer: «Nuestra fuerza pública tiene desplegados desde hace varios meses unidades en Arauca, Catatumbo, La Guajira y Norte de Santander», anunció. El intento de blindar la frontera se produce cuando Moscú amaga con movilizar sus tropas no sólo en Ucrania, sino en Cuba y Venezuela.

El FBL es especialmente conocido en el Estado venezolano de Apure (limítrofe con el de Táchira). Hasta hace poco se considera que podían controlar el territorio pero un golpe de efecto del ELN los desplazó de la zona. Con apenas cincuenta hombres, una unidad del movimiento de origen marxista leninista, se hizo con el control de uno sus poblados.

Frontera caliente

La frontera está caliente y las excusas de que la violencia se debería a ajustes de cuentas entre guerrilleros de diferentes siglas pierden peso. Hasta Pablo CataTumbo actual senador y ex miembro de las FARC, intervino en la Comisión de Paz del Senado donde reconoció en la Cámara Alta que la tensión y el conflicto, finalmente, es por las rutas del narcotráfico y no por otras razones.

El Gobierno de Iván Duque despliega su estrategia militar sobre el terreno pero también en el campo de las finanzas. En el departamento de Arauca, Duque, según informa Efe, anunció, «El ELN ha pretendido movilizar recursos en este departamento. Pero, también quedan notificados de que está en marcha la mayor operación de lucha contra el lavado de activos de esa organización en nuestro país».

El presidente, cuyo mandato termina a fin de año, insistió: «Va a quedar desvelado quiénes y de qué manera estaban nutriéndose de esas actividades criminales». Las declaraciones de Iván Duque vinieron acompañadas de un ejercicio de memoria reciente, la existencia de gobiernos locales «infiltrados por la criminalidad y el narcotráfico». 

El pasado mes de noviembre la Sala Penal del tribunal Superior de Bogotá ordeno la prisión para Facundo Castillo, ex gobernador de Arauca, por presuntos vínculos con el ELN. En aquella ocasión, la Fiscalía imputó al político los delitos de financiación del terrorismo y grupos de delincuencia organizada, administración de recursos relacionados con actividades terroristas así como contrataciones ilegales, corrupción y otros delitos.