Terrorismo yihadista
Terror a las puertas de Europa: toma forma en el Sahel una crisis humanitaria sin precedentes
La acción de grupos yihadistas en la amplia franja desértica del Sahel, que separa el Magreb del África subsahariana, supone una creciente amenaza para la seguridad europea
El Sahel arde. Especialmente en la zona de las «Tres Fronteras», la frontera común entre Níger, Burkina Faso y Mali.
Más de 30 personas murieron en Níger el lunes 17 de enero después de una cadena de atentados terroristas. También en Níger, la víspera de Navidad, murieron seis personas en la frontera con Burkina Faso en un ataque yihadista contra un puesto policial. El 26 de diciembre 41 voluntarios murieron en Burkina Faso en un atentado terrorista. Unas semanas antes murieron 53 personas y otras 22 días después en varios ataques perpetrados por yihadistas.
En Nigeria, en la primera semana de enero, murieron 140 personas en una serie de ataques de grupos criminales organizados contra varias poblaciones del noreste del país.
La lista de ataques y atentados con víctimas mortales es mucho más larga. El goteo es interminable, y a ello habría que sumarle los secuestros, violaciones y otros ataques contra los derechos humanos.
Numerosos grupos yihadistas y otras bandas criminales actúan con total impunidad en el Sahel, la franja desértica que va de Senegal a Sudán y que incluye a Mauritania, Mali, Burkina Faso, Níger, Nigeria y Chad.
Este territorio, de difícil control para los frágiles Estados que lo conforman, se convirtió en el refugio y base de operaciones de grupos terroristas como Estado Islámico o Al Qaeda, sobre todo tras la caída en Libia del régimen de Muammar el Gadafi en 2011.
Tras la muerte del dictador árabe, se creó una red de tráfico de armas desde Libia hasta los diferentes grupos que operan en el Sahel. La llegada del armamento permitió dar un salto importante a la actividad de Al Qaeda en la región, creó el caldo de cultivo para la expansión de la red de Estado Islámico a partir de 2014, permitió el florecimiento del grupo Boko Haram en Nigeria y favoreció la ofensiva yihadista en Mali en 2012.
Operación militar francesa
Francia tiene desplazados en la región más de 5.000 soldados para luchar contra el terrorismo y, de forma especial, contra el Estado Islámico. La presencia militar francesa inició en 2013 y, en este momento, se desarrolla dentro de la Operación Barkhane.
Hace unas semanas, la Operación Barkhane logró un importante éxito al matar en un ataque aéreo en Níger al líder de Estado Islámico en la región. Sin embargo, los países del Sahel temen un nuevo auge del yihadismo, y un fin similar al de Afganistán con los talibanes, después de que Emmanuel Macron anunciara el verano pasado un plan para reducir las tropas francesas de forma paulatina y poner fin a la Operación Barkane.
La ONU advirtió que en el Sahel se está formando una crisis humanitaria de grandísimas dimensiones. Según ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados, en la última década más de dos millones y medio de personas abandonaron sus hogares en el Sahel por culpa de la violencia y los conflictos y son ahora refugiados.
De esa cifra, más de dos millones de personas son refugiados internos, es decir, se han desplazado a otras zonas dentro de su país. Otros 410.000 refugiados han abandonado sus países para huir de la guerra. Los países donde han intentado encontrar refugio son, asimismo, inestables, también sufren conflictos en sus fronteras y sus Estados son incapaces de cubrir las necesidades básicas de los refugiados.
La situación es crítica en muchos países lo que favorece que los gobiernos traten de buscar soluciones desesperadas a sus problemas de seguridad. Es el caso de Mali que ha iniciado un acercamiento a Rusia para tratar de atajar la acción de los yihadistas. Los problemas de seguridad de Mali aumentaron tras el golpe de Estado de mayo de 2021 que alzó al poder al coronel Assimi Goita.
El mandatario acordó con Rusia el envío de mercenarios del grupo Wagner, acusado por violaciones de los derechos humanos en los países donde actúa, para combatir a los grupos yihadistas.