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El presidente de Italia, Sergio Mattarella, junto con el primer ministro, Mario Draghi

El presidente de Italia, Sergio Mattarella, junto con el primer ministro, Mario DraghiAFP

Italia

Comienza la batalla por la presidencia de Italia con Mario Draghi como favorito

La división entre bloques político y la gran disparidad de posibles candidatos pronostican una votación complicada en la que podría prevalecer el voto en blanco

La candidatura fallida de Silvio Berlusconi ha vuelto a poner sobre la mesa la opción de Mario Draghi como presidente de la República Italiana.

Los 1009 grandes electores (630 diputados, 320 senadores y 58 representantes regionales) celebrarán este lunes la primera votación para elegir al sucesor de Sergio Mattarella como jefe de Estado.

Tras la renuncia del «Cavaliere» por la evidente falta de apoyos, ha ganado puntos la opción de recurrir al actual primer ministro, que se ha convertido en el candidato con más posibilidades de lograr el consenso en Montecitorio, sede de la cámara italiana de diputados.

Sin embargo, cuenta con un obstáculo importante: la oposición de los partidos de derecha (Forza Italia, la Lega y Fratelli d’Italia) y de la petición de Berlusconi de que Draghi siga al frente del Consejo de ministros.

El consenso entre los grandes electores, de hecho, parece en este momento casi imposible. Los analistas prevén que, en la votación de hoy, prevista para las 15:00, se va a imponer el voto en blanco.

Si los electores no logran consensuar un nombre, se realizarán otras dos votaciones en los próximos días. Para que salga elegido el presidente, el candidato deberá alcanzar 671 votos. Si en la tercera votación tampoco se consigue la mayoría, se irá a una cuarta votación donde el respaldo necesario se reduce a 505 votos.

Movimiento entre bloques

Los movimientos entre los bloques de partidos a derecha e izquierda alcanzaron una velocidad frenética este domingo. Los líderes de los partidos de izquierda, Partido Democrático (PD), Movimento 5 Stelle (M5S) y Liberi e Uguali (Leu), Enrico Letta, Giuseppe Conte y Roberto Speranza, se reunieron el domingo por la tarde, primero con los grandes electores de sus partidos y luego entre ellos. Esta mañana volverán a reunirse para tratar de individuar un candidato con posibilidades.

Hemiciclo de la Cámara Italiana de Diputados

Hemiciclo de la Cámara Italiana de DiputadosAFP

En la derecha, Matteo Salvini, líder de la Lega, no ha dejado el teléfono en su sitio ni un instante en toda la tarde del domingo para tratar de concretar con sus aliados de Forza Italia y Fratelli d’Italia una lista de nombres con posibilidades.

Mientras tanto, Matteo Renzi, ex primer ministro y líder del liberal Italia Viva, se mantiene a la expectativa conocedor de su papel de bisagra entre ambos bloques.

Por el momento, todo lo que se refiere a los nombres de los candidatos, son especulaciones o pistas resultado de filtraciones más o menos maliciosas. Las cartas siguen boca abajo, pero ya hay varios nombres que los «quirinalistas» (expertos en política del Palazzo del Quirinale, sede de la jefatura del Estado) sitúan como más probables.

Además del ya citado Mario Draghi, en las últimas horas ha surgido con fuerza un nuevo nombre en el bloque de izquierdas, el de Andrea Riccardi, fundador de la organización católica humanitaria impulsora de los corredores humanitarios para refugiados, Comunità di Sant’Egidio.

Riccardi, historiador de 72 años, Premio Carlomagno por su aportación a los valores europeos y persona de gran prestigio en Italia por su labor en la integración de familias de refugiados sirios, iraquíes, afganos y de otras nacionalidades por medio de los corredores humanitarios, es una persona que, a priori, podría generar el ansiado consenso.

Propuesto por el Partido Democrático y el Movimento 5 Stelle, Riccardi cumple muchos de los requisitos que se le exigen a un presidente de la república: neutralidad política, respetabilidad, experiencia (fue ministro de Cooperación Internacional) y prestigio. Enrico Letta lo ha definido como «el candidato ideal». Pero el hecho de ser alguien, precisamente, alejado de los principales círculos políticos, es su principal obstáculo.

Matteo Renzi, que al final será quien tenga la última palabra, ya lo ha descartado, «es una persona extraordinaria, pero no tiene opciones».

En la derecha, la gran opción predilecta de Forza Italia, después de que el «Cavaliere» Berlusconi se descabalgara, es la de Pier Ferdinando Casini. De 66 años, Casini es un veterano de la Cámara de Diputados, donde se sienta desde hace 38 años, y que llegó a presidir el Parlamento entre 2001 y 2006.

El perfil de Casini es el opuesto al de Berlusconi: democristiano centrista, su prestigio lo reconocen prácticamente todos los diputados con independencia de su signo político. Es un candidato que podría conseguir el consenso. Ha permanecido alejado de todo tipo de polémicas y ha procurado mantenerse alejado de los ecos mediáticos. Pero Matteo Salvini no lo ve claro. «No es un candidato para el centroderecha», aseguró.

En las últimas horas, un nuevo nombre ha surgido en el bloque de la derecha, el del mediático juez Carlo Nordio, que alcanzó notoriedad por su lucha contra el terrorismo de las Brigadas Rojas. Nordio es el candidato defendido por la líder de Fratelli d'Italia, Giorgia Meloni.

Draghi ha salvado a Italia

Salvini tampoco es partidario de sacar a Draghi del Palazzo Chigi, sede del consejo de ministros. Reconoce el buen trabajo realizado por el primer ministro y aboga por que continúe al frente del gobierno para encauzar la recuperación. «Es peligroso sacar a Draghi del consejo de ministros», avisó. En ese punto, Salvini coincide con Renzi, a pesar de lo alejados que están ideológicamente.

«Draghi ha salvado Italia», aseguró el ex primer ministro. «Está bien en el Palazzo Chigi, y está bien en el Colle (el nombre con el que los italianos se refieren a la sede de la presidencia de la República), pero no puede estar en ambos sitios», advirtió. «La prioridad debe ser lograr un presidente que garantice que Draghi siga en el Palazzo Chigi, porque no nos podemos permitir perderlo», añadió Renzi.

En la lista de nombres de la derecha suena también con fuerza la opción de elegir a una mujer para presidenta. Tres son las candidatas con más posibilidades: la ex presidenta del Tribunal Constitucional y ministra de Justicia, Marta Cartabia; la ex alcaldesa de Milán, Letizia Morati; y la actual presidenta del Senado, Maria Elisabetta Alberti Casellati.

Vista esta división entre los grandes electores, nadie descarta la opción «Mattarella bis», un segundo mandato del actual presidente, a pesar de que no es lo habitual (sólo hay un antecedente de reelección, el de Giorgio Napolitano).

El presidente saliente no parece estar por la labor. Su portavoz, el periodista Giovanni Grasso, publicó hace unos días en Twitter una fotografía del despacho presidencial lleno de cajas para empaquetar los documentos personales del presidente. Mattarella ya tiene muy avanzada la mudanza. Habrá que ver si está dispuesto a dar marcha atrás.

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