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Joaquín, alias «Chapo», Guzmán en el momento de su extradición a Estados UnidosAFP

El «Chapo» Guzmán terminará sus días en una prisión de EE.UU.

El juez confirma la cadena perpetúa para el narcotraficante que se hizo experto en huir por túneles de las cárceles

Se quedó sin túneles por los que escapar de la justicia. Joaquín «Chapo» Guzmán, pasará el resto de sus días en una prisión estadounidense, lejos de su familia, de sus hijos y del crimen organizado que coordinó durante años. El narcotráfico ha perdido, definitivamente, a uno de sus cabecillas históricos. Un tribunal de Apelaciones de estados Unidos confirmó la sentencia a cadena perpetua.

Condenado en julio de 2019, el «Chapo» apeló todos los cargos que le imputaron. Lavado de dinero y tráfico de estupefacientes eran los que mejor le retrataban. En realidad, su actividad con dedicación excluisva desde que superó la adolescencia. 

El juez Brian Cogan confirmó, punto por punto, la sentencia anterior. Por esta razón, el juicio, de tres meses, terminó con un fallo inapelable, «diligente y justo», de acuerdo a la sentencia. Dicho con sus palabras, «el fallo resultante es afirmativo». Se queda entre rejas.

En febrero del 2014 el líder del cartel de Sinaloa y en aquel momento narcotraficante mas buscado del mundo, fue atrapado sin que se oyera un disparo. La operación, de una pulcritud extrema, fue coordinada por las fuerzas de seguridad mexicanas en Mazatlán y contó con la colaboración de agentes de la DEA (Departamento Antinarcóticos de EE.UU.) 

El acontecimiento fue para el Gobierno de Enrique Peña Nieto, lo que la captura de Abimael Guzmán para Alberto Fujimori. Más de doscientas periodistas fueron convocados por la Secretaria de la Gobernación para que fueran testigos de cómo lo trasladarían en un helicóptero hasta un penal de máxima seguridad.

Guzmán tenía entonces 56 años.  Su fama de hombre implacable y con escasos escrúpulos, desapareció al verse aquella figura menuda con la cabeza gacha sujetado por el cuello por los agentes. El «Chapo» terminaría trasladado de México en un avión de la DEA a Estados Unidos. La fecha coincidió con la cumbre de Davos, el Foro Económico Mundial donde el ex presidente de México llegaba con unas cartas credenciales poco recomendables. La coincidencia de ambos eventos fue una casualidad conveniente para el Gobierno de entonces.

Para el el actual presidente, Andrés Manuel López Obrador.  la noticia debió tener un sabor amargo. Más tarde sería grabado en una de sus visitas al interior del país saludando a la madre de Joaquín Guzmán. La cámara registró su gesto cariñoso y de consuelo con ella, además de sus palabras de ánimo para que el futuro del narcotraficante más escurridizo de México estuviera en el país que le vio nacer. La justicia de Estados Unidos hoy, dijo que no, que se queda donde está.