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Sergio Mattarella

Sergio MattarellaAFP

Mattarella salva a Italia del impás político

El presidente de la República ya había adelantado que no quería renovar por un segundo septenio, pero ante la incapacidad política para llegar a un acuerdo ha decidido volver a asumir el cargo

El actual presidente de la República italiana, Sergio Mattarella, de 80 años, fue elegido este sábado por el Parlamento para renovar por un segundo septenio, después de que los partidos hayan sumido durante seis días al país en un bloqueo absoluto.

«Los complejos días que han pasado para la elección de la Jefatura del Estado y la situación de grave emergencia que afrontamos, desde el punto de visa sanitario, económico y social, llaman al sentido de la responsabilidad y al respeto de las decisiones del Parlamento», dijo Mattarella en el Palacio del Quirinal, sede de la Jefatura del Estado, en un breve mensaje leído y con el que dejó claro que acepta.

Mattarella obtuvo 759 votos, de los 505 necesarios (mayoría absoluta de los 1.009 «grandes electores» que podían participar), y el Parlamento lo celebró con un largo aplauso. En su anterior elección, en 2015, había obtenido 665 votos.

El actual mandato de Mattarella concluye el 3 de febrero y ya había indicado que no quería renovar por un segundo septenio, pero la incapacidad de la política por encontrar otra solución le ha hecho cambiar de opinión.

Jurará su cargo la próxima semana y se convertirá en el segundo jefe del Estado en repetir mandato, después de que Giorgio Napolitano lo tuviera que hacer en 2013, también a pesar de que había dicho que quería jubilarse, si bien firmó su dimisión en 2015.

Han sido necesarias ocho votaciones para que los partidos pusieran fin al impás y la solución ha sido dejar todo como está, que Mattarella siga al frente de la Jefatura del Estado y Mario Draghi en el Gobierno.

Draghi había mostrado su voluntad para ser el nuevo presidente, pero su designación habría exigido nombrar a otro jefe del Gobierno capaz de mantener unida a la heterogénea coalición actual, y esto no ha sido posible.

Mattarella, la mejor solución

«Los italianos no se merecen más días de desconcierto. Tengo la conciencia tranquila, he hecho numerosas propuestas, todas de alto nivel, todas rechazadas por la izquierda. Defendemos que Mattarella siga en el Quirinal (sede de la Jefatura del Estado) y Mario Draghi en el Gobierno», escribió el líder de la ultraderechista Liga, Matteo Salvini.

«Mantener a Mattarella en el Quirinal y a Draghi en el Gobierno es la mejor solución para Italia», opinó por su parte el ex primer ministro, Matteo Renzi.

El líder del progresista Partido Demócrata (PD), Enrico Letta, colgó una fotografía en Twitter en la que se podía leer «Gracias presidente Mattarella», mientras que el de Forza Italia, Silvio Berlusconi, y el del Movimiento 5 Estrellas (M5S), Giuseppe Conte, dijeron que es el único que puede garantizar la unidad.

Sin embargo, la solución no gustó a la líder del ultraderechista Hermanos de Italia, Giorgia Meloni, que en las redes sociales subrayó: «Me asombraría que Mattarella aceptara, después de haber rechazado firme y reiteradamente esta hipótesis».

Fracaso de la política

La elección de Mattarella ha evidenciado el fracaso de los partidos políticos para dialogar y encontrar puntos de convergencia.

El líder del PD, Letta, había defendido que Draghi era la mejor opción, pero la Liga, Forza Italia y el M5S lo habían rechazado, argumentando que debe seguir su labor en el Ejecutivo en un año relevante.

Y es que Italia ha iniciado el camino de la recuperación económica tras la pandemia y debe demostrar a Bruselas que cumple con las reformas pactadas para recibir ya en 2022 casi 46.000 millones de euros, de los 191.500 millones podrá obtener de fondos europeos hasta 2026.

La coalición de derechas, formada por Forza Italia, Hermanos de Italia y la Liga, había propuesto varios candidatos que fueron rechazados por la izquierda y el viernes se estrelló en el Parlamento con la propuesta de la presidenta del Senado, Casellati, que sacó incluso menos votos que los que conforman la alianza conservadora, lo que desató una crisis entre los socios por saber quién se había desmarcado de la línea pactada.

Esta alianza tripartita sale duramente dañada tras estos días, pues la líder de Hermanos de Italia no ha ocultado públicamente sus discrepancias con Salvini por la elección de Mattarella y Forza Italia ha señalado que a partir de ahora actuará con independencia.

Salvini, que tomó las riendas de la negociación por parte de la derecha, lanzó el viernes la idea de que la Jefatura del Gobierno fuera ocupada por otra mujer, algo que no ha ocurrido nunca en la historia del país. Conte lo respaldó y entonces uno de los nombres que cobró fuerza fue el de la actual jefa de los servicios secretos del país, Elisabetta Belloni.

Pero poco después fue tildada de «inaceptable» por el exprimer ministro Matteo Renzi y también este sábado el diputado de Forza Italia, Antonio Tajani, reconoció que su formación preferiría un perfil político.

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