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Refugiados internos en AfganistánAFP

Occidente aplica una «política de hambre» en Afganistán, denuncia el exministro británico de Exteriores

El exministro de Exteriores de Reino Unido, David Miliband, critica las sanciones y bloqueos contra Afganistán que fortalecen a los talibanes y causan un daño catastrófico a la gente

Después de 20 años de presencia estadounidense en Afganistán no sólo no ha supuesto una mejora de la vida de los sufridos afganos, sino que incluso ha empeorado su situación. Al menos así lo cree David Miliband, quien ocupó la cartera de Exteriores del gobierno británico en el gobierno del ex primer ministro Gordon Brown.

En una reciente entrevista concedida a The Guardian, Miliband afirmó que Occidente causó, y sigue causando, un daño catastrófico a Afganistán: «Si lo que queremos es crear un Estado fallido, no podríamos aplicar un conjunto de políticas más efectiva que la que se está aplicando en este momento».

Miliband se refería a las sanciones y bloqueo de ayudas por parte de Estados Unidos y la comunidad internacional y, en concreto, a la decisión de Joe Biden de no entregar al gobierno afgano, controlado por los talibanes, los 7.000 millones de dólares que el país tiene depositados en Estados Unidos.

El presidente estadounidense decidió repartir la mitad de ese dinero entre las víctimas de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y Washington, y la otra mitad a ayuda humanitaria destinada a los afganos.

Miliband defiende que la administración estadounidense y el Banco Mundial deben poner fin al bloqueo a Afganistán que permita liberar efectivo destinado a ayuda humanitaria y para reconstruir la economía afgana.

El antiguo responsable de la diplomacia británica dudó de la eficacia de las sanciones para dañar al régimen talibán: «Estamos empeorando la situación de la gente. No estamos castigando a los talibanes. Son los afganos normales los que están pagando el precio de la paz». Miliband se refirió a la estrategia de sanciones de la comunidad internacional contra Afganistán como «una política de hambre».

Además, mostró sus dudas de que la política de sanciones pueda debilitar al régimen talibán y forzarle a respetar los derechos humanos: «No hay ninguna evidencia de que esta gente que ha dedicado 20 años de lucha contra los estadounidenses y que ganaron la guerra, ahora se puedan volver susceptibles de dar marcha atrás cuando no lo han hecho en este tiempo».

David Miliband citó algunos de los principales problemas de los afganos: En primer lugar, «no hay dinero para pagar salarios. Algunos maestros y profesionales sanitarios no reciben su salario desde abril».

Además, las sanciones internacionales «han paralizado la actividad comercial». También han provocado una «crisis de liquidez, por lo que no hay capital que respalde el sistema bancario».

Por último, además de mostrarse convencido de que las sanciones no lograrán el efecto deseado, aseguró que se les está dando la excusa perfecta a los talibanes para seguir recortando derechos ciudadanos, especialmente a las mujeres.