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El presidente ucraniano, Volodimir ZelenskiAFP

Ucrania

El dilema de Zelenski: O cede territorios a Rusia o se embarca en una guerra difícil de ganar

El presidente de Ucrania ha iniciado los preparativos para lanzar una contraofensiva frente a Rusia, pero sus probabilidades de éxito son escasas

La historia se repite. En 2014 Rusia anexionó Crimea y, más allá de unas poco efectivas sanciones internacionales, no pasó nada. Ni Ucrania fue capaz de defender su integridad territorial burdamente amputada ni la comunidad internacional actuó con contundencia ante Rusia.

Ahora, el Kremlin ha reconocido la independencia de las repúblicas populares del Dontesk y Lugansk, tal vez como paso previo a su anexión. Por el momento ya ha metido a sus tropas en ambos territorios y la comunidad internacional ha respondido con unas tibias sanciones que, principalmente, afectarán al territorio ucraniano del Donbás y no a Rusia.

Ante esta situación, Ucrania se encuentra ante un dilema: o deja las cosas como están y acepta que Rusia le robe otro trozo de territorio sin hacer nada o casi nada, o hace frente a Rusia militarmente en una aventura bélica de pocas probabilidades de éxito.

La situación actual en el Donbás no es exactamente igual a la de Crimea. En 2014 Rusia ocupó la península rodeada por el Mar Negro con soldados sin identificar, los famosos «hombrecillos verdes».

Región del Donbás

Rusia negó en repetidas ocasiones tener algún vínculo con aquellos soldados que, en poco tiempo, se hicieron con el control del territorio, respaldaron la independencia de Crimea y organizaron un referéndum que permitió la incorporación de la península a la Federación Rusa. Ucrania se quedó sin uno de sus territorios más importantes y perdió casi toda su flota del Mar Negro.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, no puede permitir que la historia se repita. El Ministerio ucraniano de Asuntos Exteriores emitió un comunicado en el que señala que «el reconocimiento y apoyo de Moscú a las denominadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk supone una violación de la soberanía e integridad territorial de Ucrania y es internacionalmente ilegal. Ucrania lo considera un acto de agresión armada».

Al mismo tiempo, en el comunicado se pide que «la comunidad internacional tome medidas inmediatas y duras contra el agresor. La falta de una acción decisiva por parte de la comunidad internacional solo desata las manos del Kremlin».

Al mismo tiempo, el Consejo de Seguridad de Ucrania pidió la declaración del estado de emergencia a lo largo de las próximas 48 horas y el Senado ucraniano anunció la movilización de los reservistas para fortalecer al Ejército que hace frente a los rebeldes prorrusos.

Fuego y plomo

¿Son estos movimientos un indicio de que Ucrania va a responder con fuego y plomo a la invasión rusa? Puede ser, pero, sin el apoyo real de sus aliados Occidentales, poco puede hacer Ucrania frente al muy superior ejército ruso en caso de que se desate el infierno.

Lo más razonable es que Ucrania intente contener al ejército ruso dentro de las fronteras de las dos repúblicas independentistas y frustrar la promesa de Vladimir Putin de extender la independencia a toda la región del Donbás.

En este momento, los rebeldes independentistas sólo controlan un tercio del Donbás. El resto de la región está bajo control del ejército ucraniano, incluido el estratégico, y ambicionado por Putin, puerto de Mariúpol.

Vladimir Putin, por el momento, ya ha logrado un aparente primer éxito: mostrar la debilidad del bloque Occidental frente a sus desafíos.

Estados Unidos, y sus aliados de la OTAN, insistieron a lo largo de los últimos meses que, en caso de agresión rusa contra Ucrania, impondrían unas sanciones nunca vistas que destruirían la economía rusa.

La agresión ya se ha producido y, más allá de la suspensión del gasoducto Nord Stream 2, no se han visto esas anunciadas sanciones. Zelenski, mientras tanto, se desespera y, durante la Conferencia de Seguridad de Múnich de hace unos días, reprochó a sus socios Occidentales que una vez que se produzca la invasión rusa, «¿para qué sirven las sanciones?».

A Zelenski ya no le interesan las posibles sanciones contra su agresor. No las considera útiles. Ahora pide armas. Este martes exigió a la Unión Europea que aumente su compromiso con Ucrania y que le ofrezca garantías de ingreso en el bloque comunitario.