Los conflictos bélicos de Rusia desde que desapareció la URSS
La guerra en Ucrania es la última de las guerras en las que se ha embarcado Rusia desde que cayó el muro de Berlín y con él la Unión Soviética
Desde la disolución de la Unión Soviética en 1991 Rusia ha intervenido militarmente en varios conflictos, todos salvo el caso de Siria en el territorio de países que formaban parte de la antigua URSS, como sucede en la ofensiva que lanzó durante la pasada madrugada sobre Ucrania.
El éxodo de Georgia
Tras la desintegración de la URSS y la declaración de Georgia como república independiente, dos regiones situadas en su territorio, Osetia del Sur y Abjasia, rechazaron integrarse en ella y proclamaron su autonomía, que no fue aceptada por Georgia.
La creciente tensión desembocó en sendos conflictos armados: el de Osetia del Sur se desarrolló entre 1990 y 1991 y se saldó con 2.000 muertos y el de Abjasia, entre 1992 y 1993, costó más de 10.000 vidas y el éxodo de 300.000 georgianos que vivían en la región. En ambos casos los separatistas contaron con el apoyo de Rusia.
En agosto de 2008 tropas georgianas atacaron Tsjinval, capital de Osetia del Sur, y otras localidades, lo que desencadenó la intervención de fuerzas militares rusas en apoyo de las milicias surosetas y obligó a retirarse a los georgianos. El conflicto se prolongó durante cinco días y causó más de 600 muertos. Dos semanas después Rusia reconoció la independencia de los dos territorios.
Chechenia
Rusia ha intervenido en las dos sangrientas guerras secesionistas que ha sufrido esta república del Cáucaso ruso, y que ha dejado decenas de miles de muertos.
Las hostilidades comenzaron en 1994 cuando Moscú irrumpió en este territorio que había proclamado su independencia en 1991, apenas un mes antes de que el último líder soviético, Mijaíl Gorbachov, firmara la defunción de la URSS.
La intervención finalizó en 1996 con la retirada del Ejército ruso, el desarme de la guerrilla y la posibilidad de iniciar un proceso de autodeterminación, que se frustró en 1999 con la llegada de Vladimir Putin al poder y una cadena de atentados en Rusia y en la vecina república rusa de Daguestán, que Moscú atribuyó a terroristas chechenos.
En febrero de 2000 Rusia se apoderó de Grozni, mientras continuaron las hostilidades que el Kremlin dio por oficialmente finalizadas en 2009.
Kirguizistán
El Gobierno de provisional de Kirguizistán pidió a Rusia en 2012 el envío de fuerzas de paz para controlar la situación en la ciudad kirguís de Osh, donde se habían producido choques armados entre kirguises y uzbekos que se habían saldado con decenas de muertos y cientos de heridos.
Las tropas rusas se han mantenido en Kirguizistán desde entonces y Rusia es el principal aliado de la república centroasiática desde que las autoridades de ese país ordenaran el cierre en 2013 de la base aérea estadounidense situada en el aeropuerto internacional de Manás. En 2017 los dos países acordaron prolongar la presencia rusa otros 15 años.
La anexión de Crimea en Ucrania
Además del conflicto en el Donbás, en marzo de 2014 Rusia se anexionó la península de Crimea, que había formado parte de la antigua república soviética de Ucrania y se mantuvo bajo domino ucraniano cuando este país se constituyó como república independiente.
El 22 de febrero de 2014 y después de tres meses de protestas fue derrocado el presidente de Ucrania, Viktor Yanukovich, que se refugió en Rusia. Grupos armados prorrusos tomaron entonces las sedes del Gobierno y la Rada crimeos.
La anexión de Rusia se produjo después de un referéndum en la península no reconocido por Ucrania ni la comunidad internacional que se celebró en marzo de ese año en medio de una intervención militar rusa incruenta.
El presidente de Ucrania, Vladimir Zelenski, elegido en 2019, anunció el 23 de agosto de 2021 la «cuenta atrás» para la desocupación de Crimea por parte de Rusia. Zelenski enfrenta ahora la invasión de Rusia en todo el territorio ucraniano.
Kazajistán
El 2 de enero de 2022 Kazajistán fue escenario de multitudinarias protestas, las más graves de su historia postsoviética, debido a la subida del precio del gas licuado de petróleo, que derivaron en violentos disturbios con epicentro en la mayor ciudad de país, Almaty, que fueron reprimidas por las fuerzas kazajas dejando un balance de 240 muertos, 4.600 heridos y 10.000 detenidos.
El presidente del país, Kasim-Yomart Tokáyev, solicitó ayuda el día 5 a la alianza militar postsoviética liderada por Rusia, la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), para sofocar la «amenaza terrorista», como calificó las protestas violentas.
Los miembros de la organización, en lo que fue su primera intervención en veinte años, enviaron 2.000 soldados, la mayoría rusos, que abandonaron el país días después, una vez restablecido el orden.
Siria: Bachar al Asad y el yihadismo
En 2015 el presidente sirio, Bachar al Asad, tras cuatro años de guerra civil, pidió ayuda militar a Rusia, que el 30 de septiembre de ese año comenzó una intervención con ataques aéreos contra las posiciones del Estado Islámico. El curso de la guerra cambió desde entonces con sucesivas derrotas de los yihadistas y facciones rebeldes al presidente Asad.
En diciembre de 2017 Putin anunció la derrota del Estado Islámico en Siria al ser destruidas las últimas posiciones yihadistas a ambos lados del río Éufrates. El 11 de diciembre viajó a Siria y ordenó el comienzo de la retirada de las tropas rusas. Rusia sigue presente en Siria, donde tiene dos bases militares, en el aeródromo de Hmeimim y el puerto de Tartus.