Guerra Ucrania Rusia
Zelenski, el comediante judío al que Putin acusa de nazi
El presidente de Ucrania pasó de ser un actor de comedia, con el ruso como lengua materna, a presidente de una Ucrania en guerra a la que Putin quiere «desnazificar»
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«Un comediante puede convertirse en presidente, pero es triste que un presidente se haya vuelto un comediante». Esta frase, dirigida a su antecesor en la Presidencia, Petró Poroshenko, durante la campaña electoral, se hizo muy popular en Ucrania.
Volodimir Zelenski, judío por los cuatro costados, estos días no está para ocurrencias como las que tenía cuando saltó del teatro de la comedia al de la política. Al ex actor, ex productor y ex empresario, la historia le tenía reservada una obra mayor en forma de tragedia: la guerra. Y por si esto fuera poco, tener que escuchar de labios de Vladimir Putin que dirige un Gobierno nazi.
Lo veía venir desde hace tiempo, pero su voz no tiene el peso de los países que mandan en Europa desde que ésta existe. Zelenski sabía que la invasión de Rusia era una cuestión de tiempo, el tiempo que no tenía para hacer las reformas necesarias que permitieran su entrada en la Unión Europea, el tiempo que Putin intuía que se podía precipitar para que Ucrania fuera una más en la OTAN y entonces sí, perder cualquier esperanza de reconquistar el imperio soviético o los pedazos más vulnerables.
«OTAN boys»
El presidente de Ucrania tenía miedo de que Vladimir Putin le madrugara con los tanques. Lo dijo, casi en forma de ruego, este fin de semana en Münich. Lo había advertido antes, cuando los «OTAN Boys» informaban al enemigo, -ya es el enemigo-, de que si invadía Ucrania ningún soldado suyo cruzaría esa frontera.
Zelenski, el comediante, no tuvo más remedio que, como los toreros, asumir que le habían dejado solo y que todo lo que podía esperar de sus socios era lo que repetían una y otra vez: sanciones económicas, embargos de cuentas, cerco a oligarcas rusos, prohibiciones de viajar y mucha letra escrita en forma de papel mojado, porque lo que necesitaba eran obras, soldados sobre el terreno militar.
El Führer de Moscú
Zelenski es un poco el David de esta historia donde Putin, el Goliat es, como dijo Donald Trump, un tipo «muy, muy listo» o dicho de otro modo, más inteligente que el bruto que cayó de un hondazo. Ironías de la historia es a él, cuya lengua materna es el ruso al que le prohibieron actuar en Moscú. A Zelenski que se negó en Ucrania a que el ruso y las obras de teatro en ruso fueran proscritas, le trata ahora Putin, el Führer de Moscú, de «neonazi».
Aprendió ucraniano en segundo grado. Hasta entonces, Volodimir Zelenski hablaba en familia y con sus amigos, en ruso. El presidente de Ucrania no es un hombre al que se le pueda acusar de rusofobia. Por el contrario, la abundante producción artística que tiene la desarrolló en ruso.
«Por delante la vida humana» antes que «un puñado de tierra» dijo cuando Rusia arrebató por las bravas Crimea, la península que sueña con recuperar. Hoy, sus palabras y acciones son otras. «Nos defenderemos solos» había anticipado en Múnich y así lo está haciendo, con todo lo que tiene que son unas Fuerzas Armadas cuatro veces más pequeñas que las de Moscú.