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Militares ucranianosAFP

Guerra Rusia-Ucrania  El gobernador de la ciudad de Járkov asegura que han expulsado a los rusos

La capital ucraniana continúa haciendo frente a la ofensiva rusa cuando se cumple el cuarto día de la invasión orquestada por Moscú

Ucrania sigue resistiendo por cuarta noche consecutiva a los ataques rusos. El Ejército del Kremlin ha avanzado por todos los frentes de la capital, durante el día de ayer.

Los fieros combates están teniendo lugar en la ciudad de Jarkov al este del país, donde durante la noche una columna de blindados rusos habrían entrado en la ciudad y tomado el control temporalmente.

Hace unos minutos, el gobernador de Járkov dijo que Ucrania nuevamente controla la ciudad y logró expulsar a los rusos. «Járkov está totalmente bajo nuestro control», escribió Sinegubov en las redes sociales, asegurando que se estaba llevando a cabo una «eliminación de los enemigos en la ciudad».

Pero también en Kiev se protagoniza una lucha encarnizada entre tropas rusas y ucranianas, mientras estas últimas se niegan a dejar caer el centro neurálgico de la capital sin dar la batalla.

Durante la noche, los enfrentamientos no han cesado. Dos grandes explosiones han iluminado el cielo negro de Kiev. El estallido, que ha provocado el incendio de un depósito de petróleo, según ha confirmado el asesor del ministro del Interior, Anton Gerashchenko, proviene de Vasilkov, una ciudad situada a unos 30 kilómetros al sur de la capital.

El alcalde de la ciudad de Kiev, el exboxeador Vitali Klitschko, ha anunciado, este sábado, el endurecimiento del toque de queda, que, hasta el lunes, será desde las cinco de la tarde hasta las ocho de la mañana. «Todos los civiles que estén en la calle durante el toque de queda van a ser considerados como miembros de grupos de sabotaje y de reconocimiento del enemigo», ha advertido Klitschko.

Los ucranianos habrían dinamitado el principal puente que da acceso a la capital en un intento de ralentizar el avance de las fuerzas rusas. Pero aún así, los blindados de Putin estarían ya a solo 20 kilómetros del centro de Kiev.

Pero los combates no solo se están recrudeciendo en Kiev y alrededores. Las tropas rusas han entrado en la ciudad ucraniana de Járkov, en el norte del país, según ha indicado el Servicio Estatal de Comunicaciones Especiales y Protección de la Información de Ucrania. Se trata de la segunda mayor ciudad del país. No obstante, según la información que llega los ucranianos parecen resistir de nuevo los ataques: «las fuerzas armadas ucranianas están eliminando el enemigo», señalan. Las últimas informaciones hablan de fieros combates en las calles de la ciudad. Por su parte, el presidente ucraniano Zelenski ha acusado a los rusos de bombardear zonas residenciales en varias localidades del país.

En la región del Donbás –principal reclamo del presidente ruso, Vladimir Putin, para atacar Ucrania– se han registrado también varias explosiones. La cifra oficial de víctimas mortales desde el inicio de la guerra con Rusia asciende a 198, entre ellas tres niños, y más de 1.000 heridos, según ha informado el ministro de Salud ucraniano, Viktor Lyashko. Rusia sigue sin ofrecer datos oficiales sobre muertos y heridos.

La Inteligencia británica, así como la estadounidense, sostiene que «es probable que los decesos sean numerosos y mayores de lo previsto o reconocido por el Kremlin». Y apuntan que «la velocidad del avance ruso se ha ralentizado temporalmente como resultado de agudas dificultades logísticas y una fuerte resistencia ucraniana», a pesar de que Putin ha ordenado, bajo el pretexto de que el Gobierno ucraniano había rechazado la oferta de negociaciones, «ampliar la ofensiva».

Esta situación es previsible que cambie en las próximas horas, y más tras el anuncio del líder checheno, Ramzan Kadirov, de desplegar a sus combatientes en Ucrania. «El presidente (Putin) ha tomado la decisión correcta (de entrar en Ucrania) y cumpliremos sus órdenes bajo cualquier circunstancia», ha declarado Kadirov en un vídeo publicado en internet.

Los soldados chechenos son conocidos por su violencia desproporcionada. El propio Kadirov ha sido sancionado por Estados Unidos por sus continuas violaciones contra los derechos humanos. El líder checheno asevera que su principal misión es «evitar la pérdida de vidas humanas». Se espera que más de 12.000 soldados chechenos lleguen a Ucrania para combatir en lo que han llamado la «operación especial rusa».

A pesar de la gravedad de los acontecimientos, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha vuelto a dirigirse a sus ciudadanos, como cada día desde que empezara la ofensiva rusa. Vestido con una camiseta militar verde, Zelenski ha alabado la labor del Ejército del país que «está resistiendo dignamente a los ocupantes y luchará tanto como sea necesario». El mandatario, por ahora, se mantiene firme en su promesa de permanecer en Ucrania, y ha rechazado el plan de evacuación propuesto por Estados Unidos.

Occidente empieza a cambiar su política armamentística, sobre todo Alemania. El primer ministro, Olaf Scholz, ha aprobado el envío de 500 misiles antiaéreos y mil lanzagranadas antitanques al Ejército ucraniano. Bélgica y Países Bajos también han acordado enviar más armamento a Kiev.

Sin embargo, la mayor de las noticias se ha dado a conocer a última hora del sábado, y se trata del acuerdo al que había llegado la Unión Europea, junto con Reino Unido, Canadá y Estados Unidos de excluir a los bancos rusos, previamente sancionados, del sistema Swift de pagos interbancarios. El objetivo de estas nuevas medidas es «seguir imponiendo costes a Rusia que la aíslen aún más del sistema financiero internacional y de las economías occidentales», ha explicado la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

La comisaria, con gesto serio y que ha terminado su comparecencia sin responder a las preguntas de los medios, se ha mostrado vehemente con el presidente ruso al que ha reprochado que se «embarcó en un camino destinado a destruir Ucrania, pero lo que también está haciendo, de hecho, es destruir el futuro de su propio país».