500 días de guerra en Ucrania ¿Qué son las bombas de racimo que usan Rusia y Ucrania y por qué son tan polémicas?
Varias ONG han denunciado el uso de este tipo de artefactos, prohibidos desde 2008, hasta en tres ocasiones desde el lanzamiento de la ofensiva el pasado jueves
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Los reportes desde el terreno en el quinto día de ofensiva contra Ucrania apuntaron a la posibilidad de que Rusia hubiera empleado en varias ocasiones bombas de racimo contra la población civil. Con el correr de los meses y cumplidos 500 días de la invasión, se ha descubierto que no sólo el Kremlin ha recurrido a este tipo de armamento prohibido, Ucrania también lo ha hecho.
500 días de guerra en Ucrania
EE.UU. enviará bombas de racimo a Ucrania, pese a estar prohibidas por 120 países
Se trata de un arma prohibida desde hace 12 años en un amplio acuerdo internacional, por lo que su uso podría constituir un crimen de guerra. Pero, ¿qué son exactamente y para qué sirven?
La principal característica de estos explosivos es que poseen un dispositivo que, al liberarse, diseminan muchas otras bombas de menor dimensión. Su gran riesgo, sobre todo, estriba en el hecho de que no cuentan con un mecanismo de guía, por lo que su zona de impacto puede ser demasiado amplia. Su margen de error, por otro lado, es muy alto (5 %), lo que se debe al hecho de que muchas de las municiones pueden no detonarse o, como sucede con las minas, hacerlo tiempo después.
El amplio catálogo de riesgos y amenazas condujo, no obstante, a un amplio consenso para aprobar su prohibición a través de la Convención sobre Municiones en Racimo, firmada en 2008 con la colaboración de la sociedad civil y las organizaciones internacionales. Un total de 110 países suscribieron entonces el pacto, pero no Rusia ni tampoco Ucrania y Estados Unidos.
Capítulos del Tratado
El tratado aborda tres apartados fundamentales: la prohibición de su uso, desarrollo, producción, almacenamiento y transferencia; la destrucción de las reservas que cada país pudiera tener de este tipo de armamento y la limpieza de las áreas que resultaran contaminadas; y la cooperación internacional, por último, para aplicar los dos puntos anteriores.
Diversos informes de Naciones Unidas y ONG como Human Rights Watch han denunciado el uso de bombas de racimo por Rusia y posteriormente también de Ucrania.